El gobierno se encuentra en una encrucijada, si liberalizan los precios, habrá descontento social, si no lo hacen, el costo fiscal sería de 145 mil millones de pesos.
Regeneración, 21 de diciembre 2016.- Debido a la depreciación del peso y al alza en el costo de la gasolina en Estados Unidos, de donde proviene cerca de la mitad del consumo mexicano de combustible, el incremento en el precio de la gasolina una vez que se dé la liberalización del mercado nacional será alrededor del 22.4 %, alertó Citibanamex.
“La liberalización implicaría precios significativamente mayores que los actuales”, consideró el grupo financiero.
El escenario previsto por el gobierno federal cuando decidió adelantar la liberalización del mercado de gasolina, cambió drásticamente debido a la depreciación del peso en 18% hasta este momento del año y al alza en las cotizaciones del petróleo.
“De seguir adelante con sus planes el precio de la gasolina subiría 22.5% en promedio en el 2017, con un impacto de inflación de 0.95 puntos porcentuales”, afirmó Citibanamex.
Recordemos que actualmente, el precio de la gasolina se encuentra controlado y fluctuando en no mayores al 3%, sin embargo, con la eliminación de la banda de incremento de precios, el aumento será de 13.2% con relación al costo de diciembre de 2016.
Ante esta situación, Citibanamex, estima que el precio de la gasolina subirá en 2017 a un promedio anual de 16.61 pesos por litro, es decir, el 22.5 más alto del promedio de 2016.
En enero, los precios llegarían a 15.82 pesos el litro frente a los 13.98 pesos que se pagan actualmente, estos aumentos, tendrían un impacto importante en los precios al consumidor y al productor.
“Esto supone un dilema para el gobierno: si quisiera evitar todo aumento del precio, el costo fiscal sería de 145 mil millones de pesos”.
De esta forma, el retraso en la liberalización, sería la única forma de evitar el descontento en la población por el aumento de precios, pero aun costo fiscal fuerte.
Además, la liberalización, trae consigo otras dificultades, por una parte, el precio variará dependiendo de la región y su cercanía respecto a los centros de producción, importación almacenamiento etc. Y por otra, serán la Comisión Reguladora de Energía en conjunto con la Comisión Nacional de Competencia quienes determinarán qué zonas y en qué tiempos se realizará la liberalización, por lo que se presume que no se hará de forma simultánea en todo el país.
Es decir, podría darse el caso de que dos o tres estados al liberalizar el precio experimenten un aumento inmediato en enero de 13.2 por ciento, mientras que el gobierno decide el precio máximo en el resto del país, causando descontento en los estados donde sí se liberalice el precio.
Con información de La Jornada.