Viva la dignidad del pueblo ante la indignidad de los gobernantes. Viva la organización que brota en los rincones del territorio y que se extiende como un mar de esperanza
Por Pedro Miguel en su columna Navegaciones.
Vivan los cantos y los saludos en la soberanía de las calles y las plazas. Vivan las asambleas, los debates públicos y los mítines. Vivan las marchas. Vivan los volantes, los blogs, los whatsapps y los periódicos pobres que circulan de mano en mano, de pantalla en pantalla, de boca en boca, de conciencia en conciencia, de lucidez en lucidez, de duda en duda. Vivan los libros y los artículos escritos para entender y proponer, para salir al paso de la mentira, para esclarecer el país y el mundo. Vivan los videos que documentan la infamia.
Viva la dignidad del pueblo ante la indignidad de los gobernantes. Viva la organización que brota en los rincones del territorio y que se extiende como un mar de esperanza. Viva el surco en que se siembra la conciencia. Viva la honradez combativa de los movimientos populares. Viva el avance de las resistencias. Vivan los ciudadanos huérfanos de gobierno que se organizan para resolver y se preparan para gobernar. Vivan quienes trabajan sin descanso tocando puertas y abriendo corazones. Vivan los sindicalistas que no se rinden ante la ofensiva neoliberal. Vivan los ambientalistas que enfrentan persecución, cárcel y asesinato por defender nuestro entorno. Vivan quienes defienden su manera de vivir sin imponerle nada a nadie. Vivan los que mandan obedeciendo y viva la regeneración nacional.
Vivan las enfermeras y los médicos, las cocineras y los herreros, los físicos y las filósofas, los talabarteros y las vendedoras, los ambulantes y las contadoras, las escultoras y los escritores, las parteras y los jimadores, los historiadores y las bioquímicas, los mecánicos y las dentistas, los electricistas y los carteros, los informáticos y las recepcionistas, los músicos y las actrices, las sobrecargos y los bailarines, y los campesinos y las obreras.
Vivan los curas y las monjas que trabajan al lado de los débiles, las y los legisladores que no traicionan a sus representados, los alcaldes y las jefas delegacionales honestos, los policías que cuidan a los ciudadanos en lugar de extorsionarlos, los funcionarios que administran el presupuesto sin meterle mano y los soldados y marinos que se disparan en un pie antes de disparar contra sus hermanos del pueblo.
Vivan los jóvenes que rechazan la herencia de homofobia, de misoginia y de violencia. Vivan las chavas y los chavos que toman la historia en sus manos. Vivan las jubiladas y los jubilados que entregaron millones de sus horas a la construcción de México. Vivan las mujeres que han conquistado mucho, pero siguen mirando sin cansancio el horizonte de su liberación definitiva.
Viva el movimiento de los trabajadores de la salud. Vivan las policías comunitarias. Vivan los maestros democráticos de todo el país. Viva la lucha magisterial en defensa de la enseñanza pública.
Viva el artículo 39 constitucional. Viva la separación entre la Iglesia y el Estado. Viva el federalismo verdadero. Viva el municipio libre. Vivan los derechos a la salud, a la educación, al trabajo, al salario remunerador, a la vivienda y a la cultura.
Viva Asunción Nochixtlán. Viva Arantepacua. Viva Xochicuautla. Viva Cherán. Vivan todos los pueblos dignos del país. Vivan los barrios urbanos.
Vivan el Distrito Federal y los defeños que resisten la ofensiva privatizadora de sus calles y de sus espacios verdes.
Vivan los presos políticos, los exiliados y los desplazados.
Vivan los normalistas y vivan nuestros 43 desaparecidos, y vivan todos nuestros desaparecidos.
Vivan los niños de la guardería ABC. Vivan los caídos en la guerra gubernamental. Vivan las muertas de Juárez. Vivan las víctimas de la homofobia. Vivan los periodistas caídos en la lucha por la verdad.
Viva Cuauhtémoc. Viva Gonzalo Guerrero. Viva Bartolomé de las Casas. Viva Francisco Tenamaztle. Viva Jacinto Canek. Viva Vasco de Quiroga. Viva Gaspar Yanga. Viva Gabriel Teporaca. Viva fray Servando Teresa de Mier. Viva Francisco Primo de Verdad. Viva Miguel Hidalgo. Viva Josefa Ortiz de Domínguez. Viva Juan José de los Reyes Amaro. Viva Manuela Herrera. Viva José María Morelos. Viva Leona Vicario. Viva Epigmenio González. Viva Mariana Rodríguez del Toro. Viva Francisco Xavier Mina. Viva Gertrudis Bocanegra. Viva María Fermina Rivera. Viva Narciso Mendoza. Viva María Tomasa Estévez. Viva Vicente Guerrero. Viva Catalina González, La Generala. Viva el Batallón de San Patricio. Viva Benito Juárez. Viva Guillermo Prieto. Viva Ignacio Zaragoza. Viva José Santos Degollado. Viva Melchor Ocampo. Viva Mariano Escobedo. Viva Vicente Riva Palacio. Viva Ignacio Manuel Altamirano. Vivan Ricardo y Enrique Flores Magón. Viva Elvia Carrillo Puerto. Viva Juana Belén. Viva Emiliano Zapata. Viva María Arias Bernal. Viva Aquiles Serdán. Viva Hermila Galindo. Viva Belisario Domínguez. Viva Margarita Ortega. Viva Francisco Villa. Viva Dolores Jiménez y Muro. Viva Elisa Acuña. Viva Antonio Díaz Soto y Gama. Viva María Talavera. Viva Elisa Griensen. Viva Felipe Carrillo Puerto. Viva Lázaro Cárdenas. Viva Francisco J. Múgica. Viva Heriberto Jara. Viva Rubén Jaramillo. Viva Benita Galeana. Viva Valentín Campa. Viva Lucio Cabañas. Viva Demetrio Vallejo. Viva Genaro Vázquez. Viva Dení Prieto. Viva José Revueltas. Viva Sergio Méndez Arceo. Viva Heberto Castillo. Viva Monsiváis. Viva Bety Cariño. Viva Samuel Ruiz.
Vivan las nochebuenas del invierno, la flor de la biznaga del verano, el cempasúchil de noviembre, las jacarandas de la primavera.
Viva la soberanía nacional.
Viva la verdad.
Viva la honradez.
Viva la solidaridad.
Viva la paz.
Viva la vida.
Viva México.
Viva México.