Ubicados en la ribera del lago de Chapala, los pobladores de estas comunidades luchan por subsistir entre la pobreza, la desnutrición y la amenaza que representa para su salud el agua con sustancias nocivas.
Regeneración, 14 de junio de 2017.- De acuerdo con información que publica el diario La Jornada, el grupo, que llegó temprano en un autobús procedente de las localidades Agua Caliente, Mezcala, San Pedro Itzicán, Chalpicote, La Zapotera y Santa María de la Joya, exhibió datos preliminares de un estudio que realiza la Universidad de Guadalajara (UdeG) que confirman que la incidencia de padecimientos renales en Poncitlán respecto de los demás municipios del estado, es 10 veces mayor entre niños y cuatro veces más alta entre adultos.
Cargando seis ataúdes, habitantes del municipio de Poncitlán, en la ribera suroeste del lago de Chapala, se manifestaron fuera del palacio de gobierno en esta capital para exigir una respuesta más pronta y amplia de parte de las autoridades municipales, estatales y federales, ante lo que califican como epidemia de males renales.
El estudio reveló que en la entidad se tiene en lista para posible trasplante a unos mil 600 casos por millón de habitantes, pero en Poncitlán la incidencia sube a 2 mil 500 por millón, lo que significa una “contingencia epidemiológica”.
El estudio es encabezado por Felipe Lozano Kasten, del Centro Universitario de Ciencias de la Salud de la UdeG, y ha encontrado pesticidas en la orina de los habitantes, sobre todo en niños, pues se detectaron molinato, glisofato, dimetheotate, metoxuron o picloran en 231 menores, 24 por ciento de la población de Agua Caliente que fue sometida a análisis.
Al menos un centenar de habitantes de los poblados de San Pedro Itzicán y Agua Caliente, en el estado de Jalisco, murieron en la última década debido a problemas renales y decenas enferman por el agua potable contaminada, afirman especialistas.
Ubicados en la ribera del lago de Chapala, los pobladores de estas comunidades luchan por subsistir entre la pobreza, la desnutrición y la amenaza que representa para su salud el agua con sustancias nocivas.
Esas comunidades de origen indígena han ingerido por décadas el agua proveniente de un pozo termal y un manantial que surten a la red pública, pero que no es tratada para el consumo humano, dice Enrique Lira, miembro del Foro Socioambiental Guadalajara, una organización religiosa que da seguimiento al problema.
Aunque es multifactorial, la insuficiencia renal en estas comunidades es atribuida principalmente al uso de agua de origen volcánico que se distribuye a través de la red pública, lo cual no se ha solucionado a pesar de múltiples solicitudes para que el sistema sea abastecido de pozos no contaminados con metales pesados y minerales.
Una representación de manifestantes fue recibida por funcionarios del gobierno estatal y de la Comisión Nacional del Agua, además del alcalde de Poncitlán, Juan Carlos Montes y representantes de la Comisión Estatal de Derechos Humanos y de la asociación Ánimo Jalisco, para una reunión en la que se exigió que no sea postergado más el cambio de la red pública y se liberen recursos para abastecer el agua de pozos libres de contaminantes.
Al final se redactó una minuta con nueve puntos a los que se debe dar seguimiento cercano, además que se impulsará desde el gobierno estatal el tema para que el saneamiento de la cuenca Lerma-Chapala, que inicia en el estado de México, sea un objetivo de todos los gobernadores y la Federación para lograr el rescate integral de esta zona hídrica en la que habitan al menos 30 millones de personas.
Con información de: La Jornada y Sin Embargo