En los últimos 17 años, por lo menos unas 300 mujeres han sido obligadas a casarse, sin poder decidir si quieren o no hacer vida en pareja y con quién.
Regeneración, 12 de diciembre de 2017.- En Metlatónoc, ubicado en la sierra de Guerrero, las padres de familia pueden “vender” a sus hijas por 180 mil pesos, debido a una práctica que sus pobladores califican de “tradicional”.
El Universal realizó una investigación , en donde detalla que este es el segundo municipio con el índice de desarrollo humano más bajo de América Latina, incluso por debajo de los países que integran el África Subsahariana. Mientras que a nivel nacional ocupa el quinceavo lugar entre los más pobres, según el Coneval.
UNAS 300 MUJERES HAN SIDO OBLIGADAS A CASARSE
En los últimos 17 años, por lo menos unas 300 mujeres han sido obligadas a casarse, sin poder decidir si quieren o no hacer vida en pareja y con quién, informó el Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan.
“Si es mayor se dice “que no la quieren para puta” dice el comisario de Yuvi’ nani, Melitón Hernández. “Es una vieja práctica que no podemos erradicar, aunque la ley dice que la práctica se configura como un delito, específicamente de trata de personas”, declaró el asesor del síndico de Metlatónoc, el abogado Serafín Nava Ortiz.
elitón Hernández, comisario de Metlatónoc, dijo en entrevista para el diario El Universal que los hombres generalmente llegan a pagar hasta 180 mil pesos por una menor de edad, e incluso, la mayoría buscan a niñas vírgenes para violarlas después de pagar la suma de dinero acordada con sus padres.
MUJERES PIDEN ASESORÍAS PARA ROMPER CON ESA “TRADICIÓN”
Neil Arias, abogada del centro Tlachinillan, detalló que esa práctica es un delito relacionado con la trata de personas y que en los últimos 17 años cientos de mujeres de la región se han acercado con ella para pedir asesorías y romper esa tradición. La mayoría son mujeres que viven en matrimonios arreglados, quienes sufren violencia diariamente, y otras son jóvenes que no quieren casarse de manera forzada.
Arias lamentó que esta práctica continúe dentro de la cultura indígena, en la región de la montaña, donde a las mujeres se le trata como un objeto, lo cual atenta contra su dignidad y cuerpo.
El Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan documenta desde hace 23 años este tipo de casos y brinda asesoría jurídica, pero gran parte de ellos son denunciados después del agravio, cuando las mujeres buscan escapar del círculo de violencia y ataques físicos en su contra.
Según cifras de la Encuesta Intercensal del Instituto Nacional de Geografía y Estadística, de las niñas, niños y adolescentes que se encontraban casados formalmente en el 2015, la mitad vivía en situación de pobreza, mientras que el 73 por ciento había abandonado la escuela y el 80 por ciento de los varones se había incorporado a alguna actividad económica.
En el caso de las niñas y adolescentes forzadas a un matrimonio, el 49 por ciento sufren violencia física, el 68 por ciento violencia sexual y el 16 por ciento más violencia económica en comparación aquellas que se unieron después de la mayoría de edad.