El aumento a las gasolinas, será de dos tipos: directos e indirecto; uno de ellos es para todos aquellos que tienen auto y el otro para todos los que usan productos que se mueven en autotransportes.
Regeneración, 03 de enero de 2017.- Del gasolinazo y el alza en la luz no se salva nadie, ya que son dos de las energías utilizables por comercios y personas comunes; el efecto, sin embargo será diferenciado, como explica Gerardo Esquivel en su columna de hoy en el Universal.
Según el columnista hay dos tipos de impacto: directo e indirecto. El primero es para todos aquellos que tienen auto y que tendrán que pagar entre un 15 y 20 por ciento más en el precio de la gasolina, que es mayoritariamente la clase media.
«Este sector estará posiblemente entre los más afectados de manera directa, ya que es el que destina una mayor parte de su ingreso al gasto en este producto», escribió.
«Sorprende, sin embargo, que muchos de ellos (clase media) se quejen porque el precio de la gasolina sea mayor en México que en Estados Unidos, sin que se pregunten siquiera porqué esto es así. Si no hicieran, quizá debería protestar entonces por esta situación (la causa) y no por la consecuencia (el precio más alto)».
Esquivel indica que la compra de gasolina en el exterior es el factor fundamental para que cueste más aquí que allá, pues se debe considerar la transportación del producto.
«Los que hoy protestan por el precio de la gasolina quizá en realidad deberían estar protestando por las políticas que llevaron al desmantelamiento y subutilización de la capacidad refinadora del país», indicó.
Por otro lado las repercusiones indirectas van más allá, señaló
«1) Por la vía de aumentos previsibles en el costo del transporte público: taxis, autobuses urbanos y foráneos, etc. Esto afectará evidentemente a los usuarios de estos servicios (principalmente gente de clase baja o media baja, aunque también a gente de clase media
que usa taxis o Uber).
«2) Por la vía del aumento en el costo del transporte de productos y, por lo tanto, en el precio final de los mismos. Esto afectará principalmente a los precios de los alimentos y, por ende, al segmento de la población más pobre, ya que son ellos quienes destinan un mayor porcentaje de su ingreso al consumo de estos productos. Si bien no se anticipa un aumento equivalente en el precio de estos productos, un aumento importante en el precio de los alimentos podría traducirse en un incremento no trivial en las tasas de pobreza en el país.
«3) Habrá efectos regionales diferenciados. Debido a que la liberalización de precios de la gasolina conducirá a que los precios ahora dependan de la existencia de infraestructura, es previsible esperar que la gasolina sea más cara en regiones alejadas, más pobres o con
baja demanda de gasolina. Así, la gasolina aumentará más en las zonas pobres, rurales y con baja densidad que en sus contrapartes. Este canal tendrá efectos desigualadores desde una perspectiva regional.
«4) A nivel macroeconómico es previsible suponer que la respuesta del Banco de México será tratar de combatir el efecto inflacionario del aumento en los precios de la gasolina. Esto conducirá, casi inevitablemente, a aumentos en la tasa de interés a lo largo de 2017. El efecto
de esto será una menor inversión, un menor gasto en bienes durables y, por lo tanto, en un menor crecimiento económico y en una menor generación de oportunidades laborales».
En resumen, el impacto del aumento en el precio de los energéticos muy probablemente nos afectará a todos.
Vía El Universal