Indígenas paraguayos atacarán a quienes planten marihuana en sus tierras

Indígenas paraguayos de la comunidad Aché advirtieron el martes de que arremeterán con arcos y flechas contra campesinos que incursionen en sus tierras con el objetivo de deforestar para vender sus árboles y plantar marihuana.

Miembros de la comunidad indígena Ache Guayaki se reúnen en Canindeyu, a 280 km de Asunción
Miembros de la comunidad indígena Ache Guayaki se reúnen en Canindeyu, a 280 km de Asunción

9 de septiembre de 2014.- El líder indígena del departamento de Canindeyú, 400 km al noreste de Asunción, explicó a la AFP que expusieron su posición a las autoridades en la capital para evitar la invasión a sus tierras, estimada en unas 6.400 hectáreas.

«Es la última advertencia que hacemos para que sepan de la gravedad de la situación», dijo el cacique del lugar, conocido como Kuetuvi, Martín Achipurangi, en un contacto telefónico con AFP.

El líder indígena dijo haber enviado un emisario a Asunción para conversar con las autoridades del Ministerio del Interior.

«Aquí no nos hacen caso, ni la fiscalía ni la policía», se lamentó.

En su propiedad viven unas 60 familias, más de 300 personas, entre hombres, mujeres y niños, dedicados al cultivo de productos de alimentación básica, a la caza y a la pesca.

Organizaciones estatales y privadas instalaron en sus tierras pozos de agua potable, establecimientos escolares y de salud, entre otros.

Sin embargo, según el cacique Achipurangi, «oportunistas y estafadores buscan de todas formas hostilizarlos» para ocupar parte de sus tierras, último reducto de la otrora selva virgen de los años 70.

Hoy en día estas tierras han sido ocupadas enteramente por grandes monocultivos de soja, maíz y trigo.

La ONG internacional World Wildlife Fund envió técnicos hace una semana para realizar un informe de la reserva indígena y descubrieron cultivos de marihuana, restos de carbón y vestigios de camiones que extraen y hurtan rollos de madera, muchos de ellos centenarios.

«Estamos dando un plazo de tres semanas para que entren a actuar las autoridades. De lo contrario, vamos a usar nuestros propios medios para defender nuestra comunidad», reiteró Achipurangi.

El cacique ordenó a los hombres fabricar arcos y flechas, incluso para los niños. «No podemos tolerar más esta situación», manifestó.

Los aché-guayakí fueron los últimos indígenas en salir de la selva entre los años 60 y 70, en la región oriental de Paraguay.

Hasta la fecha murieron unos 4.000 miembros de esta comunidad por epidemias y asesinatos, y su población se estima en no más de 2.000 personas.

En Paraguay se estima una población de distintas comunidades indígenas que no supera las 150 mil personas.

(AFP)