Fue a los 55 años cuando el artesano perdió la vista a causa del glaucoma y tuvo que parar sus labores por unos meses, pero después, ayudándose de sus demás sentidos, volvió a trabajar.
Regeneración, 5 de noviembre de 2017.- José García Antonio, artesano invidente originario de San Antonio Castillo Velasco, una comunidad del distrito de Ocotlán, Oaxaca, se quedó ciego hace varios años, pero eso no opacó su gusto por trabajar el barro.
“Se me opacó la vista por completo, pero no se me apagó la vida. Sigo respirando, estoy vivo y quiero trabajar hasta donde el ser supremo, al que le digo Dios, me lo permita” dijo en entrevista con El Universal.
Desde niño, José empezó a jugar con el barro, pero fue hasta los 20 años que descubrió que tenía talento. Luego, su cuñado le regaló un horno y ahí encontró su pasión.
“En el barro encontré muchísimo qué hacer y hoy sigo trabajándolo. Soy artesano, ceramista o escultor, pues he llegado a hacer figuras de tamaño real que describen cómo fue la raza oaxaqueña, con mujeres de ropa típica y peinadas con trenzas”.
Además, relató que también esculpe hombre del México antiguo: “Son hombres que se ven, así como yo me visto, de calzones de manta, huaraches y sombrero”.
De repente, a José le vino la idea de hacer una sirena de barro y fue experimentando poco a poco hasta que le dio forma a la figura que se convertiría en su favorita.
Fue a los 55 años cuando el artesano perdió la vista a causa del glaucoma y tuvo que parar sus labores por unos meses, pero después, ayudándose de sus demás sentidos, volvió a trabajar.
A más de dos décadas de perder la visión, José comentó que nunca quiso convertirse en una carga para su familia y gracias a su esposa, Santa Reina Teresita Mendoza, quien le ayuda para realizar su trabajo, ha seguido adelante: “Ella es mis ojos”, dice José.
Las sirenas le han dado popularidad a nivel internacional, por ello su trabajo ha sido reconocido en varias ocasiones y ha llegado hasta Nuevo México, Estados Unidos.
Hace poco, el Festival Shiin Naa Lasn 2017 (el arte del pueblo), de San Martín Tilcajete, le dedicó a José la decimoprimera edición de la muestra de arte.
Los hijos de José y Santa Reina aprendieron el oficio en el taller de la familia, sus dos hijas elaboran artesanías y su hijo es pintor y escultor.
Además, también los nietos se vieron influenciados por el trabajo familiar, pues Lucero, con solo siete años ha sido galardonada tres veces en concursos culturales por su habilidad para hacer artesanías.
Con información de El Universal