Candelaria Tovilla, indígena de Chiapas y trabajadora doméstica, quedó atrapada en el edificio de Saratoga tras el sismo. Una funcionaria impidió su rescate.
Verónica García
Regeneración, 28 de septiembre de 2017.
Candelaria Tovilla Montoya sufrió hasta el último instante de su vida la discriminación, como indígena, jefa de familia, trabajadora doméstica o víctima del desastre que no fue rescatada a tiempo por la negligencia de Olivia Corral, funcionaria del Gobierno de la Ciudad de México.
Ese martes, 19 de septiembre, Candi como le llamaban de cariño, se encontraba realizando las labores de limpieza en el departamento 304 en el edificio de Saratoga número 714, en la colonia Portales Sur. De repente vino el sismo. Las personas que se encontraban en el inmueble pintado de color azul y blanco, corrieron para ponerse a salvo. Algunos salieron ilesos, otros maltrechos. La señora Juana Hernández, herida de gravedad, a bordo de la ambulancia dio la alerta “Candi venía detrás de mí”.
La hija de la señora Juana llamó a los vecinos para preguntar si Candi había podido salir. Hasta ese momento los habitantes de Saratoga 714 se dieron cuenta que faltaba una persona. Informaron al personal de Protección Civil de la Delegación Benito Juárez que Candelaria se había quedado atrapada en el edificio. Los cuerpos de rescate, que venían acompañados por paramédicos, no ingresaron alegando que la estructura estaba por colapsarse.
El velador de la construcción aledaña informó que se escucharon gritos de desesperación desde las 4 a las 6 de la tarde de ese martes.
Literalmente el primer piso y la planta de estacionamiento del edificio de Saratoga 714 se hundieron. El segundo piso quedó inclinado al ras de la banqueta esa fue la imagen que vio Carlos Tovilla, hermano de Candi a quien le decía mamá pues ella fue quien lo crió.
“Yo llegué a Saratoga hasta las 8:40 de la noche, caminando desde muy lejos porque no había transporte, pues sabía que mi mamá había ido a trabajar ahí y desde el temblor no me había podido comunicar con ella y no sabía cómo estaba. Cuando llegué vi cómo había quedado el edificio y muy asustado le pregunté al personal paramédico donde habían llevado a las personas rescatadas del edificio, le mostré copia de la credencial del IFE de mi mamá y es cuando me enteré que todavía se encontraba una persona atrapada dentro del edificio. En ese momento me enteré que era mi mamá la persona atrapada”, cuenta con tristeza Carlos.
¿Y el protocolo de rescate?
Carlos Tovilla relata lo que pasó la noche del martes: “Cuando al fin ingresamos unas 20 personas a remover escombros para despejar una entrada y que pudieran ingresar los de rescate, eran aproximadamente las 11 de la noche cuando escuchamos un grito y salimos a pedir apoyo”.
“Hasta las 2:30 de la madrugada del miércoles arribó una brigada”, dice Carlos. “Me explicaron que iban a hacer 3 rastreos con los perros, quienes marcaron en el mismo lugar las 3 veces, señalando la presencia con vida de mi mamá. Unos soldados de la SEDENA se acercaron a informarme que en efecto mi mamá estaba aún con vida y que habían pedido un scanner para detectar la profundidad a la que se encontraba y con ese dato después recibir órdenes para proceder al rescate”, prosigue.
“Como a las 3:20 horas, llegaron además marinos y metieron el scanner en el lugar señalado por los perros y me confirmaron que estaba aún con vida. Me informaron que venía una cuadrilla de topos para rescatarla. Un marino me dijo que ya venía en camino la ayuda, que no me preocupara”.
“En cuanto se fueron los marinos, unas 15 personas que estaban conmigo, comenzamos a gritar el nombre de mi mamá, luego hicimos silencio y escuchamos un grito, el personal de SEMAR nos pidió silencio. Gritaban ‘Candi, si estás bien, golpea 3 veces’ y los militares escucharon los 3 golpes”.
“Teníamos esperanza, pero no había personal suficiente para que se realizar el rescate en esos momentos, aseguraron que la ayuda llegaría”, recuerda Carlos Tovilla.
La funcionaria negligente que impidió el rescate
En cuanto amaneció mucha gente se concentró en el centro de acopio improvisado en la esquina de enfrente a la zona siniestrada.
Carlos Tovilla cuenta que “como a las 9 de la mañana se presentó la licenciada Olivia Corral, rodeada de policías y granaderos, diciendo que era de Gobernación. Y habló directamente con los militares y paramédicos que habían escuchado los gritos la noche anterior. Después de hablar con ella, éstos cambiaron la versión y manifestaron que no escucharon ningún grito cuando en la madrugada lo habían aceptado”.
“Una hora después -explica el hijo de Candelaria- me mandó llamar esta licenciada diciendo que ya había pedido ayuda de maquinaria pesada para derrumbar el edificio y entregarme el cuerpo de mi madre. Yo le dije que no iba a permitir eso, que iba a hacer hasta lo imposible por sacarla “completa” y le pregunté que cómo sabía ella que ya estaba muerta. A lo que me respondió que varios vecinos estaban de acuerdo con ella”.
Olivia Corral “me exigía que firmara un documento donde decía que yo aceptaba el derribo”, denuncia Carlos. “Ante mi negativa, me dijo que me daba 15 minutos para pensarlo, porque si no lo hacía tendría que esperar a que pasaran 72 horas para que me entregara el cuerpo, que para eso ya estaría en muy malas condiciones. Me indignó mucho cómo me habló, su prepotencia y su falta de sensibilidad y, sobre todo, me indignó que no estuviera permitiendo que entrara ningún grupo a rescatar a mi mamá y que ya la diera por muerta”.
Maricela Sánchez, vecina de Saratoga y quien fue maestra de Carlos, ratifica que desde que Olivia Corral llegó al lugar impidió el acceso de los topos de Nuevo León y tampoco dejo pasar a los Topos de Guanajuato, pidió el apoyo de granaderos y 3 retroexcavadoras que intentaron ingresar a las 13:33 horas”.
Varios vecinos del edificio de Saratoga señalan que “esta señora no los dejó acceder diciéndoles que “esto ya fue valorado y no se va permitir que se arriesguen más vidas por sacar a una sola persona”.
Carlos Tovilla rememora: “Yo preguntaba ¿Quién lo valoró? ¿Quién es esta fulana? ¿Acaso es experta en estructuras? ¿Dónde está su equipo? Todo el tiempo estuvo escondida y sólo hablaba con los militares y policías. Los vecinos le pedían explicaciones e inmediatamente los granaderos y policías la rodeaban”.
“Para impedir la demolición me paré en el camino para evitar su paso. Con el apoyo de los vecinos logramos pararlas y solo dejamos pasar una grúa para sacar el tanque de gas estacionario”, explica Carlos Tovilla.
“Olivia Corral no actúo ni dejó actuar a nadie. Esta señora estuvo todo el tiempo impidiendo la ayuda de protección civil, topos, brigadistas, voluntarios y su única preocupación era derribar el edificio ¿por qué tanta prisa en hacerlo?”, se preguntan Carlos Tovilla y vecinos de la calle de Saratoga.
A pesar de la emergencia, los vecinos de Saratoga se dieron a la tarea de investigar quién era la persona que impedía el rescate de Candi, ¿por qué a seis cuadras, en Petén y Zapata sí había rescate y ahí no?
Primero encontraron en Internet que Olivia Corral Arriaga es senadora suplente de la perredista Iris Vianey Mendoza Mendoza, y que trabaja en la Dirección de Asuntos Sociales de la Secretaría de Gobierno de la Ciudad de México.
Recuerda Carlos Tovilla: “Me quedé muy desesperanzado pues ya nadie estaba ayudando. Como a las 5 o 6 de la tarde del miércoles, Olivia Corral realizó una reunión en la calle con algunos vecinos del edificio colapsado, diciéndoles que se iba a derrumbar el edificio, que había que demolerlo, que tenía órdenes de ‘muy arriba’ para hacerlo, pero los vecinos se opusieron a ello”.
A las 6: 30 de la tarde, continúa Carlos, Corral se retiró del lugar, negándose a informarme algo, o siquiera dirigirme la mirada, rodeada de policías y granaderos y quedándose muchos de ellos a resguardar el lugar estaba cerrada la calle desde Zapata hasta Repúblicas”.
Durante la noche del miércoles 20 de septiembre no se hizo nada, sólo resguardaron el lugar.
Amigos, vecinos, ciudadanos y voluntarios nos movimos indignados por todos los medios posibles y presionamos a todos los niveles para que se reanudara la búsqueda, informa Carlos.
“Por la mañana (del jueves 21 de septiembre) llegó ayuda, mucha ayuda. Protección civil, topos con perros, 6 marines estadounidenses, cientos de voluntarios, vecinos, apoyo médico, herramientas, comida, café, conseguíamos todo lo que nos pedían los topos, pero llegó nuevamente esta fulana a detener la búsqueda, aduciendo lo mismo: que el edificio estaba por derrumbarse y que no podía exponer la vida de nadie más. Para ese momento los ánimos estaban muy subidos y empezamos a gritarle, pero la policía cerró filas y los granaderos la rodearon para protegerla”.
Los vecinos de Saratoga denuncian que se pasearon por ahí varios funcionarios de protección civil, de la Delegación, de vivienda, de varias dependencias como el secretario de Seguridad Publica de la ciudad de México, Hiram Almeida, pero se tomaban fotos y se iban sin querer hablar con nadie ni dar ninguna explicación, a pesar de que cientos de personas que estaban ahí exigían información y que se efectuara el rescate de Candelaria.
Carlos retoma el aliento y continúa narrando: “Como a las 12:15 (del jueves 21 de septiembre) llegó la brigada internacional de topos “azteca” a quienes llamó una vecina, y también les negaron el acceso, pero los topos se impusieron diciendo que ellos estaban entrenados para salvar vidas y que las órdenes vinieran de quien vinieran a ellos no le importaban, que ellos iban a entrar y que le hiciera como quisiera”.
“El Topo “El chino” y “Topo campirano” entraron al edificio. Olivia Corral rodeada de policías y guaruras sólo permitió la entrada de 2 en 2, poco a poco fueron entrando, ingresaron unos 10 topos”.
“El topo apodado “El Chino me dijo: pues yo ya estoy mayor, ya viví, y te juro que voy a hacer lo posible para entregarte a tu mamá, y no me voy a retirar hasta entregártela viva o muerta”.
“Y así fue. Cuatro horas después de la entrada de los topos, encontraron a mi mamá, ya muerta. Si hubieran permitido la entrada de protección civil y/o topos desde el primer día o el día anterior, estaría con vida”, dice con enojo Carlos Tovilla.
Justicia para Candy, pide su hermano
A sus 24 años, Carlos Tovilla dice que lo único que lo sostiene es la convicción de exigir justicia para Candelaria, quien dejó en la orfandad a tres niñas de entre los 6 y los 11 años.
Tovilla Montoya denuncia: “Responsabilizo a Olivia Corral por la muerte de mi madre, por su negligencia, cerrazón y prepotencia. Una persona que sin preparación adecuada determinó que no se podía realizar el rescate y como se demostró, si se pudo hacer sin que el edificio se derrumbara y sin que nadie más saliera lastimado. Los topos me dijeron que si esta fulana no hubiera impedido las labores de rescate el día anterior o antes, seguramente mi madre estaría herida, pero aún con vida”.
“Olivia Corral llegó al extremo de que no dejaba acceder a personal calificado, pero sí dejó entrar a su hija, quien estaba esperando que yo me distrajera para tomar fotografías”, señala Carlos Tovilla.
“Yo me enojé, pues estaba el cuerpo de mi madre aún tendido entre los escombros y le pedí al oficial de policía que la retirara del lugar, pero él me dijo que no podía pues era hija de la licenciada Olivia”.
Locatel dijo que era falsa la noticia de que había habido un deceso en Saratoga y tuve que responderles ya muy enojado. Después me pidieron una disculpa”, comenta el hermano de Candi.
“¿Eso cómo se nombra?”, pregunta Carlos.
Es miércoles 27 de septiembre, 9 días después del sismo de 7.1 grados Richter que sufrió la Ciudad de México, Carlos Tovilla estuvo en la calle de Saratoga y Zapata, no llora, habla claro y fuerte “Hoy pasé por el edificio, sigue ahí, no lo han derribado ¿no que tenían tanta prisa por tirarlo? Hay muchas cosas incomprensibles en la actuación de esta señora (Olivia Corral), esto no puede quedarse así. No quiero que nadie pase por lo que yo pasé, por eso quiero denunciar a Olivia Corral y hacerla responsable de la muerte de Candelaria Tovilla”.