Juzgar a expresidentes: el mejor ejemplo de que la cosa va en serio

«Enjuiciar a los ex presidentes no es cuestión de odios, es una cuestión de “no más impunidad”

Por Marco Dávila

Hoy, el pueblo de México sigue clamando justicia y exige que se enjuicie a los ex presidentes, Salinas, Zedillo, Fox, Calderón y Peña, por corruptos, por asesinos, por traición a la patria…

No pedimos que sean fusilados (esas prácticas ya no van con el siglo XXI), sólo pedimos que se aplique la justicia. Porque si en manos del pueblo estuviera, sin vacilaciones, se les cortarían sus cabezas y serían lanzadas desde la Pirámide del Sol para posteriormente clavarlas en estacas para su exhibición pública, o algún otro castigo no menos radical que se le ocurriría al pueblo.

Enjuiciar a los ex presidentes no es cuestión de odios, es una cuestión de “no más impunidad”. Andrés Manuel López Obrador (AMLO), siendo un líder con autoridad moral, que ha sabido administrar el poder con humildad, lo repite una y otra vez: “yo no soy rencoroso… yo no voy a perseguir a nadie”. Sin embargo, el pueblo pareciera decirle que esto no es un asunto de “venganzas”, sino que es, simplemente, parte importante del combate a la corrupción, y por ende del combate a los criminales más peligrosos de México.

Con todo y no ser alguien que odia o que guarda rencores, AMLO no ha parado de propinarle golpe tras golpe a los conservadores reaccionarios, como si se estuviesen saldando cuentas históricas, por todas las que nos han hecho, por todo el daño que han ocasionado.

Puede ser que el darle cárcel a los ex presidentes no solucione los grandes problemas nacionales, pero lo que sí es seguro es que se sanarían algunos de los dolores de México, y sería un buen avance en el combate al cáncer de México, la corrupción de alto nivel.

En definitiva, por la batalla contra los criminales más peligrosos de México, todo nuestro apoyo a AMLO.