A 50 años de la represión al Movimiento Estudiantil de 1968, mujeres que participaron codo a codo con sus compañeros, y que incluso también fueron presas y torturadas, reclaman reconocimiento
Regeneración, 2 de octubre de 2018.- «La participación de nosotras las mujeres, de todas, de una forma u otra, en una trinchera o en otra, ha sido vital para que ese movimiento permanezca, a 50 años. Las mujeres tuvimos ahí un gran papel, pero no se hablaba de nosotras; la historia la contaban los hombres líderes… La realidad es que sí, la mujer ha sido discriminada desde siempre en México… Yo estaba metida en el movimiento estudiantil, y no sabía que, en la prisión, había presas políticas ya. Pero esas presas políticas eran guerrilleras, pero que sí fueron verdaderamente maltratadas, torturadas, y que no se les ha hecho justicia… Todo mi esfuerzo, hasta mi último aliento de vida, es para que se reconozca el trabajo de las mujeres del 68».
Las mujeres que hace 50 años participaron codo a codo con sus compañeros en el Movimiento Estudiantil de 1968 participaron en el panel «Las mujeres del movimiento de 1968», realizado en septiembre pasado en el marco de las Jornadas 1968-2018 Miradas sobre el Movimiento Estudiantil, a 50 años. Tuvo lugar en la Casa de las Humanidades de la UNAM.
Las panelistas fueron: Eufrosina Rodríguez Trejo y Ana Ignacia Rodríguez Márquez, además de la historiadora Gloria Tirado Villegas.
Lo que actualmente sabemos en torno al movimiento de 1968 ha sido contado a través de las voces de sus ex líderes. La historia, dijo Ana Ignacia «La Nacha» Rodríguez Márquez, la contaron ellos, los hombres.
Sin embargo, la participación de las mujeres, de una forma u otra, desde una trinchera u otra, ha sido vital para que, a 50 años de su estallido, aún permanezca en la memoria de la sociedad.
El hecho de que hoy se esté recordando se debe en parte a sus participantes, sí, pero “las mujeres tuvimos ahí un gran papel”, apuntó Rodríguez Márquez durante su participación en la conferencia “Las Mujeres en el 68”, realizada en la Casa de las Humanidades.
A pesar de que en el 68 la labor de la mujer solía ser muy cuestionada, su participación activa fue importante en las asambleas y mítines, además de aquellas que visitaban las diferentes cárceles en búsqueda de sus esposos, hermanos o hijos. Es decir, no se puede entender una sociedad representada sólo por hombres, coincidieron las ponentes.
A La Tita, por ejemplo, no se le hizo el reconocimiento ni antes ni ahora, señaló La Nacha Rodríguez, quien fuera una de las mujeres más emblemáticas del movimiento estudiantil. Por eso, hemos tenido que salir y empoderarnos para poder exigir que se reconozca el trabajo de las mujeres”.
Condena el hecho de que sus compañeros presos nunca hablaron de aquellas pocas mujeres que estuvieron presas en el kilómetro 16.5 de la carretera Ciudad de México-Puebla:
“Había más de 200 hombres en Lecumberri, sí, pero no se hablaba de las mujeres. Por eso, a 50 años sigo reclamando a mis compañeros no nada más de comité o de prisión, sino a todos los que conozco, el no haber hecho nada en ese momento para reconocer la participación de nosotras”.
Por otro lado, Gloria Tirado Villegas, especialista en historia de las mujeres y el Movimiento de 1968, mencionó que lo que se ha escrito respecto a este momento historico ha sido reducida a una sola fecha: el 2 de octubre. “Pero este movimiento atravesó por un proceso de 134 días que pocas veces es recordado o mencionado en la historia”.
Para entender lo que pasó hay que saber qué eran las instituciones de educación superior, así como los acontecimientos sociales a nivel mundial. Mucha gente del 68 mantenía la idea de querer cambiar el mundo desde muchos ángulos: partidos políticos, movimientos armados, los sindicatos, la educación. Además, a partir del movimiento del 68 muchas mujeres comulgaron con la ideología imperante en torno al feminismo.
Diez años después, el 2 de octubre de 1978, se llevó a cabo la primera marcha de homosexuales en México. Asimismo, la creación de algunos medios de comunicación impresos como La Jornada, Unomásuno y Proceso no se podría entender sin la participación de la generación del 68″, precisó Tirado Villegas.
Eufrosina Rodríguez, quien narró cómo su familia y ella fueron parte del activismo político durante el movimiento estudiantil, subrayó que la lucha no empezó en el 68 ni terminó en la Plaza de las Tres Culturas. “La lucha continúa”. Y recordó a Rosario Castellanos con uno de sus versos: “Recuerdo, recordemos hasta que la justicia se siente con nosotros”.
Las mujeres del 68 https://t.co/QKcZEjh19T
— Yelitza (@Yelitaruiz) 2 de octubre de 2018
Con información de UNAM Global