Ana fue golpeada, violada e intentaron asesinarla. Cuando acudió al MP, el médico no creyó su versión y le dijo que había sido su culpa por ser “rebelde”, que no podían mandar a su agresor a la cárcel porque ella “no tenía nada”.
Regeneración, 20 de julio de 2017.- El pasado 9 de julio, a Ana, llamada así para proteger su identidad, la golpearon, violaron e intentaron asesinarla.
Los hechos ocurrieron a pocos metros de la parroquia del poblado de Aquiles Serdán, en el municipio de Tizayuca, en Morelos, de donde la joven es originaria.
La adolescente de 14 años pudo escapar de su agresor, identificado como Williams. Corrió por un camino de terracería hasta llegar a la casa de sus vecinos, quienes llamaron a la policía municipal. Williams fue capturado minutos después del ataque.
La policía de Tizayuca, prometió a Ana y su madre que la llevarían al municipio de Cuautla, para que le practicaran los peritajes médicos y psicológicos, pero no cumplieron lo hicieron.
Con sus propios recursos, Ana viajó a Cuautla para que un médico del Ministerio Público la revisara. Fue con la misma ropa enlodada y sucia que vestía un día antes, cuando la violaron, porque así se lo pidieron los policías de Tizayuca.
Luego, en el consultorio, el médico legista no confió en la versión de Ana e incluso le dijo que el hecho de que le introdujeran los dedos en sus partes íntimas no era una violación.
No le tomaron fotografías de las heridas en cuello, cara y cuerpo, ni le dieron medicamentos retrovirales a los que tiene derecho cualquier víctima de violación sexual. Incluso, el médico le dijo “no vamos a echar al tipo a la cárcel, porque aquí no hay nada para mostrar… Tú no tienes nada”.
“A la hora de revisarme, de introducir un cotonete grande, (el doctor) me lastimó (la vagina), ahorita todavía me duele”, dice Ana, seis días después de la revisión. “Me estuvo diciendo que era rebelde… que no le hice casó a mi mamá”, agrega la joven, quien considera que el médico, antes de encontrar evidencia, quería responsabilizarla, hasta que “me volteó por atrás y me dijo que ahí sí había violación, pero que en la parte de adelante no, que cómo iban a comprobar si ahí no había nada”.
El pasado 17 de julio, la Fiscalía de Morelos informó que el presunto agresor de Ana fue vinculado a proceso por el delito de violación, por lo que el juez que atendió el caso le dictó cinco meses de prisión preventiva, pero del intento de feminicidio, las amenazas y los golpes no se dijo nada.
Roberta, la madre de Ana, no ha obtenido acceso al expediente del caso ni a los peritajes, incluso, el mismo 17 de julio, cuando el juez vinculó a proceso a Williams por violación, a la mamá de Ana no se le permitió estar en la audiencia, con el argumento de que sería un “proceso privado”, para proteger la identidad de la víctima, en este caso su hija menor de edad.
Además, un día después, a Roberta le hicieron saber que se había dado una segunda audiencia, pero nadie le notificó al respecto.
A Ana y su familia solo se les concedió una patrulla por parte del MP de Cuautla que los vigila todo el día como parte de las medidas cautelares a las que tienen derecho como víctimas, pues temen que el agresor quiera tomar represalias por denunciarlo.
Con información de Animal Político | ep