La aportaciones de los migrantes mexicanos a la economía nacional superó los ingresos por venta de petróleo en 2016. Mientras las remesas alzanzaron los 28 mil 542 millones de dólares, las ventas por la mezcla mexicana fueron menores a los 23 mil millones de dólares de 2015.
Regeneración, 14 de junio de 2017. El informes titulado Sending money home (Enviando dinero a casa), publicado este miércoles destaca que las remesas enviadas por migrantes en América Latina en 2016 alcanzaron los 73 mil millones de dólares, 18 por ciento más al monto registrado en 2007.
El reporte señala que los principales países latinoamericanos beneficiarios fueron México (con 28 mil 542 millones de dólares), Guatemala (siete mil 427 millones), República Dominicana (cinco mil 534 millones), Colombia (cuatro mil 904 millones) y El Salvador (cuatro mil 581 millones).
En lo que se refiere al porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB) que las remesas significaron para cada país, el principal beneficiario de América Latina fue Haití, pues los envíos representaron el 24.7 por ciento de su PIB, seguido por Honduras (18 por ciento), Jamaica (17 por ciento), El Salvador (17 por ciento) y Guatemala (10 por ciento).
En México las remesas equivalieron al 2.3 por ciento de su PIB y en Colombia al 1.6 por ciento.
El reporte señaló que aunque las remesas crecieron a nivel global en 51 por ciento entre 2007 y 2016, en ese mismo periodo el número de migrantes aumentó 28 por ciento y el de la población de los países beneficiarios (de las remesas) se incrementó 13 por ciento.
En entrevista con Notimex antes de partir a Nueva York, donde este día presentó el informe, el coordinador del programa Fondo de Financiación para remesas del FIDA, Pedro de Vasconcelos, destacó que el año pasado los mexicanos que viven en Estados Unidos viajaron menos a su país y prefirieron enviar dinero a sus familias.
“Los viajes de mexicanos que viven en Estados Unidos hacia México disminuyeron ante la incertidumbre de si iban a poder regresar (debido a las amenazas del presidente Donald Trump). El gasto que destinaban a viajar a México lo enviaron en forma de remesas”, comentó.
Eso explicaría el incremento en el monto de las remesas, pues según datos del Banco de México, en 2015 sumaron 24 mil 771 millones de dólares, lo que significaría que en un año hubo un incremento de aproximadamente el 15.2 por ciento.
Vasconcelos señaló que la tendencia al alza de las remesas a nivel mundial se ha mantenido en los últimos 10 años, periodo en el que solamente ha registrado dos flexiones: en 2008, con el inicio de la crisis financiera y económica global, y entre 2015 y 2016, con la caída de los precios mundiales del petróleo y las fluctuaciones en los mercados de divisas.
Según el informe, en 2007 las remesas mundiales fueron de 296 mil millones de dólares y desde entonces han crecido a un promedio anual del 4.2 por ciento, para alcanzar los 445 mil millones de dólares de 2016.
Los 10 países desde donde más dinero se envía son Estados Unidos, Arabia Saudita, Rusia, Emiratos Árabes Unidos, Alemania, Kuwait, Francia, Qatar, Reino Unido e Italia.
En cambio, el 80 por ciento de las remesas son recibidas por 23 países y los cinco principales son China, India, Filipinas, México y Pakistán.
Asimismo, 800 millones de personas en todo el mundo se benefician directamente de las remesas y si a ellas se añaden los 200 millones de trabajadores inmigrantes que las envían, el fenómeno involucra a mil millones de individuos, equivalentes a un séptimo de la población del planeta.
En la última década, el crecimiento más dinámico de remesas se registró en Asia, que ahora recibe el 55 por ciento de los flujos, mientras América Latina concentra el 16 por ciento, África el 13 por ciento, Europa el 10 por ciento y el Cercano Oriente y el Cáucaso el seis por ciento.
Se estima, igualmente que de los 200 millones de migrantes que envían las remesas, 100 millones son mujeres, lo que para el FIDA puede ayudar a avanzar hacia una mayor equidad de género y al empoderamiento femenino.
Según Vasconcelos, los datos muestran que los trabajadores migrantes se vuelven cada vez más necesarios para las economías de las naciones desarrolladas, cuya población está envejeciendo.
“Los datos nos muestran que la tendencia en el aumento de las remesas no va a cambiar y que en los próximos años los inmigrantes reemplazarán a la población laboral en los países desarrollados”, dijo.
Resaltó que tampoco es tan cierto que los inmigrantes roben empleos en los países a los que llegan, pues generalmente suelen realizar labores que la población local rechaza.
“Los empleos que los inmigrantes latinoamericanos en Estados Unidos tienen son los empleos que los estadunidenses no quieren. Sólo en dos ó tres rubros hay un mínimo de competencia”, destacó.
Dijo que aunque hay sectores laborales que cambiarán debido a la automatización y al avance de la tecnología, existen rubros que dan empleo a inmigrantes en donde ello no sucederá, como son los trabajos de meseros, empaquetado de carne o en el sector de la construcción.
“La mayoría de los trabajos en Estados Unidos en manos de la población de inmigrantes de América Latina son empleos que no van a ser reemplazados por la tecnología, por lo menos en los próximos 20 o 30 años”, anotó.
Destacó que en total los inmigrantes ganan aproximadamente tres mil billones (millones de millones) de dólares anuales, de los cuales aproximadamente el 85 por ciento se queda en los países hospedantes y solamente el resto sale en forma de remesas.
“Los inmigrantes contribuyen mucho más al PIB de los países desarrollados en los que residen”, remarcó.