El candidato presidencial en Egipto, ex Ministro de Defensa Abdel Fattah el-Sisi, reveló que el gobierno de Barack Obama le pidió postergar el golpe de Estado que derrocó al presidente electo, Mohamed Morsi. De ganar las elecciones, «erradicaré a la Hermandad Musulmana», aseguró.
La primavera egipcia, traicionada
Regeneración, 7 de mayo de 2014. Abdel Fattah el-Sisi, candidato a ganar las próximas elecciones presidenciales en Egipto, reveló que el gobierno de Obama le pidió postergar unos días el golpe de Estado que derrocó al presidente electo, Mohamed Morsi, en julio del año pasado.
Según informa el programa independiente de noticias Democracy Now!, que se trasmite diario en los Estados Unidos, el general egipcio declaró en una entrevista televisiva, que el embajador de Estados Unidos le había solicitado demorar la destitución de Morsi “por un día o dos”. Esta declaración es la primera confirmación pública de que Sisi habría discutido el golpe con funcionarios estadounidenses justo antes de llevarlo a cabo. Actualmente, EU ha reducido la ayuda a Egipto pero se ha negado a considerar la expulsión de Morsi como un “golpe de Estado”.
De acuerdo con las encuestas publicadas, el general Fattah el-Sisi ganaría la presidencia de Egipto en las elecciones nacionales del 26 y 27 de mayo próximos. A tres semanas de los comicios, la empresa Baseera difundió un sondeo en el que Sisi arrollaría a su único contrincante, Hamdeen Sabahi.
Sabahi es un político de izquierda, seguidor de las ideas del ex presidente Gamal Abdel Nasser, pero se propone eliminar la polarización política. La víspera Sabahi anunció que anulará una recién promulgada ley de manifestaciones y acabará con lo que calificó de políticas «mubarakistas» en alusión a la mano dura del actual Gobierno con los movimientos que obligaron a renunciar al expresidente y ahora encarcelado Hosni Mubarak.
El ex ministro de Defensa, Abdel Fattah El-Sisi
«Erradicaré a la Hermandad Musulmana»: Sisi
De triunfar en los comicios, una de las prioridades del militar será la erradicación de la Hermandad Musulmana egipcia. Abdel Fattah El Sisi declaró el aserto en una entrevista a medios egipcios: “Sí, (la eliminaré) en un chasquear de dedos”, respondió el ex ministro de Defensa.
Añadió al respecto que “no solo yo, sino todos los egipcios rechazan la reconciliación con la Hermandad y reveló que Khairat El Shatter, lugarteniente del guía supremo de la HM, Mohamed Badie, amenazó con inundar Egipto de yihadistas de Libia, Siria y Afganistán «si algo le ocurre al presidente Morsi». «Le respondí que cualquiera que levante un arma contra el Ejército sería barrido de la faz de la tierra», se ufanó frente a los periodistas.
La Yihad significa guerra santa islámica y los yihadistas son los miembros de grupos armados partidarios de implantar gobiernos regidos por la ortodoxia de la religión musulmana, que cuenta con unos mil 500 millones de fieles en el mundo.
Tanto Shatter, como Badie, Morsi y toda la estructura de mando de la HM egipcia están detenidos y sujetos a juicio por incitación a la violencia, asesinato de opositores y espionaje, entre otras alegaciones.
El 24 de marzo pasado, un tribunal del Alto Egipto, sur, condenó a muerte a 529 miembros de la proscrita Hermandad, acusados de matar al vicejefe de una unidad policial en la provincia de Minya en agosto de 2013. Sólo estaban presentes 147 de los procesados, el resto está prófugo de la justicia.
Las sentencias a la pena capital tienen que ser aún confirmadas por el Imán de la mezquita de Al Azhar, el centro de máxima autoridad del Islam sunita, que tiene su sede en El Cairo.
La Hermandad niega su participación en actos de violencia, pero se fue ilegalizada desde septiembre de 2013 y tres meses después, incluida en la lista de grupos terroristas.
El ministro del Interior egipcio, Mohamed Ibahim ha admitido un alza de las acciones subversivas de la Hermandad Musulmana y reveló que los cuerpos especializados han frustrado varios atentados dinamiteros. Los «grupos terroristas se esconden en villas miseria y áreas rurales lo que nos obliga a a investigar para hacer planes adecuados a las características de esas zonas», aseguró el ministro.
Desde el derrocamiento por las fuerzas armadas en julio pasado del presidente electo Mohamed Morsi, grupos radicales islamistas han incrementado sus acciones contra instalaciones militares y policiales y las han expandido a esta capital y otras ciudades importantes del norte y el sur del país.
El aumento de esos ataques ha provocado una ola de críticas contra el ministro y los cuerpos especializados a los que se acusa de emplear métodos obsoletos.
Para el gobierno interino egipcio el tema de los ataques de grupos islamistas es una prioridad dada la inminencia del anuncio de la fecha para las próximas elecciones presidenciales, cuya celebración requiere un clima de estabilidad difícil de lograr.
La tranquilidad social es prioritaria por una ola de atentados dinamiteros y ataques contra instalaciones y oficiales del Ejército y la Policía que estremece a este país tras el derrocamiento de Morsi.
Egipto atraviesa por una crisis económica provocada por la violencia y la inestabilidad política. Hay 12 millones de egipcios desempleados, son deficientes los servicios de educación y salud, dos graves problemas que enfrenta este país, amenazado además por una explosión demográfica en la próxima década y la inseguridad alimentaria.