Regeneración 23 de enero del 2016.- El diputado Paulo César Martínez de Morena será parte de las iniciativas que el grupo parlamentario presente en el próximo periodo de sesiones y que se luchará porque sea introducido en las discusiones de la Asamblea Constituyente.
Lo anterior debido a que la Ciudad de México es la más etnodiversa de América Latina: más de 1 millón 500 mil habitantes pertenecen a algún pueblo originario o son indígenas residentes, esto es el 15% de la población de la megalópolis; además, habitan hablantes de 69 lenguas indígenas diferentes, pero toda esta diversidad cultural no está reconocida en las leyes del Distrito Federal.
Este no es el primer intento de los pueblos indígenas por el reconocimiento pleno de sus derechos; la Ley Indígena se persigue desde la cuarta legislatura y ha sido frustrada en tres intentos anteriores.
Según Filemón Bravo, Consejero de Pueblos Indígenas: “En la cuarta legislatura se presentó un proyecto de dictamen que no prosperó; para la quinta legislatura se formó un grupo interinstitucional que elaboró un borrador de la ley; para la VI legislatura el comité se amplió aún más y se reinició el proceso”. Según el consejero, la ley no ha podido avanzar porque “no hay buena intención de que la mayor parte de la población sea beneficiada” pues se contemplan programas sociales específicos para atender las necesidades de los pueblos indígenas: “Así que durante todo este tiempo hemos navegado a contracorriente”.
Dicha ley es necesaria en un contexto como el de la capital del País pues a los pueblos indígenas todavía se les restringe la participación política plena y no tienen voz en las decisiones del gobierno que también les afectan en lo territorial y cultural.
El diputado de Morena dijo que el argumento que siempre se ha esgrimido para detener la Ley Indígena es que hay diferencias entre los indígenas residentes y los pueblos originarios, sin embargo, apuntó que esta diferencia ha sido creada artificialmente por los mismos organismos de gobierno que decidieron crear dos consejos separados y no uno sólo como lo pensó la administración de Andrés Manuel López Obrador. “El Consejo de Participación Indígena creado en la administración 2000-2006 permitió avances considerables pero fue desarticulado en el 2007”.
Así, el momento ideal para que los habitantes indígenas de la Ciudad sean reconocidos plenamente se presentará cuando comiencen los trabajos de la Asamblea Constituyente. Morena y los Consejos se preparan para hacer esta defensa tan necesaria.