Jane Godall cambió nuestra comprensión de los chimpancés y de nosotros mismos. Falleció en medio de una gira por EE.UU
Regeneración, 2 de octubre 2025– Jane Goodall, renombrada primatóloga y conservacionista británica cuyo trabajo con chimpancés en Tanzania transformó nuestra comprensión de los animales y de nosotros mismos, murió este miércoles a los 91 años.
Causas naturales
Goodall «falleció por causas naturales» mientras se encontraba en California en una gira de conferencias por Estados Unidos, informó su instituto en un comunicado en redes sociales.
«Los descubrimientos como etóloga de la doctora Goodall revolucionaron la ciencia y fue una incansable defensora de la protección y restauración de nuestro mundo natural», informó el Instituto Jane Goodall.
Goodall desafió las normas científicas tradicionales al sumergirse en el mundo de los chimpancés que observó y tomar medidas como darles nombres en lugar de identificarlos por números.

Cuando llegó al Parque Nacional Gombe Stream, en Tanzania, tenía apenas 26 años y ninguna formación científica.
No obstante, logró ganarse la confianza de los primates, lo que dio lugar a importantes descubrimientos.
Hallazgos
Entre sus hallazgos más famosos se encuentra que los chimpancés usan herramientas, cazan para obtener carne.
Participan también en comportamientos sociales complejos que antes se consideraban exclusivos de los seres humanos.
Más de seis décadas después, su trabajo de campo y sus esfuerzos de conservación todavía son celebrados en todo el mundo.
A medida que su carrera evolucionaba, pasó de centrarse en la primatología a la defensa del clima tras ser testigo de la devastación generalizada del hábitat.
Instó al mundo a tomar medidas rápidas y urgentes contra el cambio climático:
«Estamos olvidando que formamos parte del mundo natural», declaró a la CNN en 2020. «Aún hay tiempo».
En 2003, fue nombrada Dama del Imperio Británico y, en 2025, recibió la Medalla Presidencial de la Libertad de los Estados Unidos.
Tras conocerse la noticia, António Guterres, secretario general de la ONU, escribió en la plataforma X que Goodall «deja un legado extraordinario para la humanidad y nuestro planeta».
Pasión por la naturaleza
Nacida el 3 de abril de 1934 en Londres, Inglaterra, la fascinación de Goodall por los animales comenzó a una edad muy temprana.

«Aparentemente, desde que tenía 1 año y medio o 2 solía estudiar insectos, cualquier cosa, y esto gradualmente evolucionó, se desarrolló y creció.
Luego leí libros como Dr. Dolittle y Tarzán. Entonces África tenía que ser mi objetivo», le dijo a Terry Wogan de la BBC en su programa de entrevistas en 1986.
«El consejo que doy a la gente joven de hoy en día es exactamente el mismo que mi madre me dio cuando yo tenía 10 años,
Dije: «voy a crecer, me iré a África, viviré con los animales salvajes y escribiré libros sobre ellos».
Todo el mundo se rio de mí. ¿Cómo podría hacerlo? No teníamos dinero, la II Guerra Mundial estaba en su punto álgido, yo era solo una niña…
Pero mi madre siempre me había dicho ‘si realmente quieres conseguir algo, tendrás que trabajar duro, tendrás que aprovechar cada oportunidad que se te presente y nunca renunciar’.
He tomado prestado ese mensaje para transmitirlo a toda la juventud del planeta».
Tanzania
Goodall llegó a Tanzania el 14 de julio de 1960 siendo una joven estudiante de secretariado.
Pero lejos de ser una desventaja, ella y distintos expertos creen que la falta de una educación científica formal le permitió observar con una mente abierta y desafiar los conceptos de la época.
Fue la primera en observar a los chimpancés fabricando y usando herramientas, lo que derribó la creencia de larga data de que la fabricación de herramientas era un rasgo exclusivamente humano.

En concreto, los vio tomar ramas, sacarle las hojas y meterlas adentro de agujeros para «pescar» termitas.
Según contó la primatóloga en el documental Jane’s Journey (2010), cuando Leaky escuchó esta revelación, dijo:
«Ahora debemos redefinir herramienta, redefinir ser humano o aceptar que los chimpancés son humanos».

También descubrió que son omnívoros, que se abrazan, besan y hacen cosquillas, pero también aprendió la lección de que pueden ser agresivos entre sí.
No obstante, los méritos de Goodall no estuvieron solo en lo científico: ella también acercó la naturaleza al público en general.
Flint
Quizás el máximo ejemplo sea una imagen de ella tomada por su difunto esposo, el fotógrafo holandés Hugo van Lawick, en Tanzania junto a un chimpancé bebé conocido como el pequeño Flint.

En la foto se muestra a Goodall agachada y extendiendo su brazo derecho hacia Flint, el primer chimpancé que nació en Gombe después de la llegada de Goodall, mientras él extiende su brazo izquierdo hacia ella.
«Cuando la vi, aunque no me di cuenta de que se volvería icónica, me hizo pensar en la pintura de Miguel Ángel de Dios acercándose al hombre», dijo en 2023.
La foto, agregó, «trajo una forma completamente nueva de comprender a los animales y mostró que los humanos somos parte y no estamos separados del resto del reino animal».

En esa entrevista, Goodall dijo que ver la imagen le traía nostalgia: «Me recuerda una época mágica en la que conocía a cada chimpancé en particular, como si fueran miembros de mi familia».
A mediados de la década de 1980, Jane Goodall había pasado más de 20 años inmersa en la investigación de los chimpancés;
Había obtenido un doctorado, había criado a su hijo y había fundado el Instituto Jane Goodall.

De científica a activista
Escribió libros que se convertirían en éxito de ventas y participó en numerosas charlas alrededor del mundo hablando de sostenibilidad ambiental y bienestar animal.
Su fama llegó a ser tal que una entrega de premios en Estados Unidos en 2009 la presentaron diciendo:
«Si la conservación tuviera estrellas como el rock, esta mujer sería Mick Jagger, Bob Dylan, John Lennon y Elvis, todos juntos en una sola persona».
En sus viajes siempre la acompañó un pequeño compañero: Mr. H, un mono de peluche que le regaló Gary Haun, un veterano marine estadounidense ciego.
Símbolo de resiliencia y esperanza, Mr. H la acompañó a más de 60 países.
En la entrevista con BBC Mundo, Goodall recordó el día que, después de una conferencia en Burundi, un niño le preguntó: «Si recojo un pedazo de basura todos los días, ¿eso marcará una diferencia?».
Ella respondió: «Sí y podrías persuadir a 10 de tus amigos para que recojan la basura todos los días, y luego cada uno de ellos puede persuadir a 10 de sus amigos».
Y acotó: «Los ojos del niño se hicieron más grandes y más grandes. Él crecerá con esperanza, eso es seguro».














