Causas como falta de atención médica, desnutrición, vivienda precaria, violencia y feminicidios, acaban con la vida de indígenas en México.
Regeneración, 22 de diciembre de 2017.- La violencia institucional es uno de los mayores factores para la muerte de mujeres indígenas en México, y es que de las principales causas de muerte para este sector, la mayoría son previsibles.
Muertes de mujeres relacionadas con falta de acceso a la salud, desnutrición, analfabetismo, vivienda precaria, exclusión laboral y violencia, tiene un carácter previsible, y las obligaciones gubernamentales, de realizarse, las erradicarían.
Así lo indica el análisis Mortalidad en poblaciones indígenas y violencia estructural, elaborado por Graciela Freyermuth Enciso, catedrática del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (Ciesas).
La también médica por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), precisa que la brecha entre la población indígena y no indígena en México es resultado de la desigualdad estructural y de un escenario social caracterizado por la injusticia.
En el caso de las mujeres indígenas en edad reproductiva, las tasas de mortalidad son mayores en municipios con más de 70 por ciento de habitantes de lengua indígena con respecto a las del resto de la población, situación que se acentúa en Chiapas y Guerrero en donde el riesgo de morir se incrementa drásticamente.
Según estimaciones del Coneval de 2014 a nivel nacional indican que la mortalidad materna –entre la población en general- fue de 38.9 defunciones por cada 100 mil niños nacidos vivos. En Chiapas fue de 68.1 por cada 100 niños nacidos vivos, en Oaxaca 46.7, y en Guerrero 58.7 muertes por cada 100 niños nacidos vivos.
Son las entidades del país con los índices más altos de mortalidad materna “que sean preservado durante mucho tiempo”, por múltiples factores como falta de atención médica, carencia de cobertura institucional, y zonas de población indígena alejadas de los centros de asistencia médica.
Por otro lado, las enfermedades prevenibles como diabetes y cirrosis, y enfermedades crónicas del hígado son la primera y segunda causas de muerte en la población femenina que vive en municipios indígenas del país.
El análisis de la especialista, publicado por el Ciesas en coordinación con la Comisión Nacional de los Derechos Humanos se realizó en los tres grupos de población indígena específicos: mujeres que habitan en municipios de más de 70 por ciento de población indígena, las que viven en localidades de entre 40 por ciento a 69 por ciento de población indígena, y el resto de la población.
Estos segmentos de población de mujeres indígenas comparten causas de muerte por tumores, enfermedades isquémicas del corazón, homicidios, infecciones respiratorias agudas, nefritis y nefrosis, homicidios, tumor del útero y de mama, cirrosis hepática, enfermedades crónicas del hígado y feminicidio.
Respecto a los hombres indígenas, Freyermuth Enciso indica en su estudio que presentan un perfil y tasas de mortalidad similares al de las mujeres, así como causas de muerte: homicidios, cirrosis, accidentes, diabetes mellitus, suicidios, enfermedades isquémicas del corazón, alcoholismo, infecciones respiratorias, VIH/Sida, nefritis y nefrosis.
“El hecho de que entre 45 y 54.6 por ciento de la población que vive en municipios con 40 por ciento y más de habla indígena mueren en sus hogares, a diferencia del 31.1 por ciento en el resto de los municipios”, subraya.
Y es que el pobre acceso a los servicios de salud está condicionado también por la ubicación de los municipios indígenas, advierte Freyermuth Enciso, ya que entre 74 y 89 por ciento de las mujeres que fallecieron en municipios indígenas del país fue en localidades rurales menores de 15 mil habitantes, porcentaje que se eleva en Chiapas (97.4 por ciento), Oaxaca (90.8 por ciento) y Guerrero (85.4 por ciento).
Pese al incremento de afiliación al Seguro Popular en poblaciones indígenas y aún más en mujeres, los perfiles epidemiológicos siguen mostrando rezagos a través de la presencia de enfermedades previsibles.
“Los rezagos en educación y vivienda, que la afiliación de los servicios de salud no esté asegurando el acceso efectivo a los mismos porque no están disponibles, no tienen la calidad que se requiere o carecen de capacidad resolutiva”.
Vía Contralínea.