El muralismo como declaración política: Hospicio Cabañas

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El hombre el llamas de José Clemete Orozco

Este hospicio se creó a principios del siglo XIX para dispensar cuidados y ofrecer asilo a toda suerte de desamparados, ya fuesen huérfanos, ancianos, discapacitados o inválidos.

Hospicio
Hospicio Canañas
Guadalajara, Jalisco

El conjunto arquitectónico es único en su género porque, a diferencia de los centros análogos de su época, presenta una serie de elementos absolutamente originales, especialmente concebidos para satisfacer las necesidades de los asilados. Son especialmente notables la sencillez de su trazado y sus dimensiones, así como la armonía lograda entre los edificios y los espacios al aire libre.

Entre los años 1936 y 1939, la capilla fue ornamentada con un conjunto de frescos soberbios debidos al pincel de José Clemente Orozco, en un espacio de 436 metros cuadrados de superficie; en la que destaca en la cúpula central El hombre en llamas, obra cumbre del artista que sintetiza la particularidad de su lenguaje artístico, su pasión por los temas universales y su destreza en el manejo del muralismo.

El hombre en llamas es un ejemplo del virtuosismo técnico y del dominio de la técnica muralista de Orozco. La cavidad de la cúpula permite que la obra se pueda ver desde cualquiera de los 360 grados de la circunferencia; es decir, seduce a los espectadores en cualquier punto de ubicación al hierro magnético y los atrae a centrase por debajo de la obra para ver al Prometeo de un México emergente de la Revolución.