La jovencita fue sometida por tres de sus compañeros, hasta el momento no ha recibido justicia a pesar de que estudios han confirmado la violación.
Regeneración, 24 de marzo de 2018.- Hace 10 meses Guadalupe, una niña de 14 años, fue violada en la telesecundaria donde estudiaba en Tlatlauquitepec, Puebla, tres de sus compañeros la encerraron en el salón y la violaron, pero ante tales hechos la adolescente no ha tenido justicia, ya que la Fiscalía General del Estado (FGE) no ha acreditado el delito de “violación”, luego de someterla a tres estudios para saber si en realidad fue abusada.
La adolescente acompañada de su madre Sonia Escobar, viajó cuatro horas hasta la capital de Puebla para que un médico legista del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) le hiciera un tercer estudio vía vaginal. Aunque ya ha pasado tiempo el médico determinó que todavía tiene desgarre; pero, se negó a acreditar el delito de violación y la han llamado a un cuarto estudio, pero “después de las vacaciones de Semana Santa”.
De los tres estudios que le han realizado, uno acreditó la violación, otro la negó y el tercero solo confirmó que había un desgarre. Cuando la médico legista de la FGE rechazó la violación en el segundo estudio, la agente del MP que está a cargo del caso en la Fiscalía Especializada en Delitos Sexuales y Víctimas de Violencia Intrafamiliar le dijo a su madre que probablemente a su hija solo la habían tocado y levantado la falda; pero que no la violaron.
“Mamá, no soy una niña de dos años que no sabe lo que me hicieron”, respondió Guadalupe a su mamá tras escuchar la versión de los hechos.
Ambas debieron mudarse y ahora la madre de la agredida tiene que pagar con sus propios recursos atención psicológica para su hija, pues luego de los hechos, en las noches Guadalupe se jalaba el cabello y se lastimaba las manos, así lo detalla un reportaje de Página Negra.
Hasta el momento ni el DIF municipal ni ninguna otra dependencia le han brindado la atención necesaria a la víctima y tampoco se han acercado a ella. Además ambas han recibido varias amenazas, incluso de muerte, por parte de los familiares de los jóvenes que señalan como los responsables.
Tras lo sucedido, los maestros de inmediato se percataron de los hechos y en vez de apoyar a Guadalupe, la amenazaron para que no dijera nada. Al no querer asistir los siguientes días a la escuela, Guadalupe le dijo a su mamá que unos compañeros la habían tocado, solo eso.