‘No todo priista es como Duarte’, dice Ochoa Reza que tiene flotilla de taxis

Enrique Ochoa, actual dirigente nacional del PRI, recibió una liquidación equivalente a nueve meses de su salario de la Comisión Federal de Electricidad

Regeneración, 27 de agosto del 2017.-Frente a los señalamientos de propiedades inmobiliarias y empresas del dirigente nacional del PAN, el líder priista Enrique Ochoa Reza advirtió que de la misma manera que no todo priista es como Javier Duarte, no todo panista es como Ricardo Anaya.

El dirigente nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI) acusó a Anaya Cortés de querer generar un conflicto entre partidos políticos, porque no haya como justificar el presunto enriquecimiento que dio a conocer un medio de comunicación.

Ochoa Reza negó tajante que se estén sembrado pruebas .”Es completamente falso. De hecho eso permite señalar, que de la misma manera que no todo priista es como Javier Duarte, no todo panista es como Ricardo Anaya.”

Entrevistado al término de la toma de protesta de dirigencia estatal de este instituto político en Durango, insistió que es muy claro que Anaya Cortés está tratando de generar un conflicto entre partidos, donde no lo hay.

“Debería concentrarse mejor en eso -explicar los señalamientos en su contra- en lugar de estar buscando generar un enfrentamiento entre partidos políticos que no existe“, recomendó a su homólogo panista.

Aunque las acusaciones del priista son ciertas, él también ha estado envuelto en escándalos de corrupción. 

Ochoa Reza es amigo del presidente Enrique Peña Nieto, es dueño de una flotilla de cien taxis y de una colección millonaria de pinturas de Frida Kahlo, Enrique Ochoa Reza dejó el cargo de director de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) para lanzarse como candidato a la presidencia nacional del PRI justo después de ordenar el aumento de tarifas de consumo.

En 2006 desembolsó 5.6 millones de dólares a la casa de subastas Christie’s para comprar una pintura de Frida Kahlo. Dos años después compró otras pinturas: “Jongo”, “Horizontes”, “Homenaje a zapoteca 1994”, del artista japonés Shinzaburo Takeda, además de tres obras de Kahlo y cinco litografías de Israel Nazario.

Enrique Ochoa Reza vive en una casa en San Ángel, al sur de la Ciudad de México, con 398 metros cuadrados de construcción. Simultáneamente a que su carrera como funcionario ascendía, empezó a registrar más compras de obras de arte contemporáneo mexicano. Pero por más alto que fuera su salario, no alcanzaría para comprar al contado los taxis y las obras de arte que ahora tiene, señala la Revista Proceso

Tan sólo las tres obras de la pintora mexicana podrían superar un costo de 10 millones de dólares. Es tan conocida su afición por el arte que, entre el mundo de los vendedores, se le conoce como la “Colección Enrique Ochoa”.

 

Cabe recordar que de 2012 a 2014, Ochoa Reza fue miembro del Consejo de Administración de Petróleos Mexicanos. En noviembre de 2012 se integró a la administración priista como asesor de Peña Nieto durante el periodo de transición, con un sueldo de 138 mil 324 pesos mensuales.

Ochoa Reza reemplazó a Francisco Rojas como director de la CFE en febrero de 2014, con un sueldo neto mensual de 143 mil 492 pesos.

Luego de trabajar dos años y 155 días al frente de la CFE, el 8 de julio, Enrique Ochoa Reza envió una carta al presidente Enrique Peña Nieto (encargado de su designación y, por tanto, su jefe, según la Ley de CFE) para presentar su renuncia y buscar la presidencia nacional del PRI.

Enrique Ochoa, actual dirigente nacional del PRI, recibió una liquidación equivalente a nueve meses de su salario de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), pese a que fue director de esta empresa durante sólo dos años y cinco meses y a que no fue despedido, sino que renunció.

De acuerdo con documentos oficiales, el líder priista obtuvo un millón 200 mil pesos, monto que fue justificado por el área jurídica de la CFE como el correspondiente, según el reglamento que rige las relaciones laborales de los altos mandos de esta empresa. Se trata, según explicaron, de un procedimiento “legal”.

Sin embargo, expertos en derecho laboral que revisaron los mismos documentos coincidieron en que se trató de “un pago indebido” porque obtuvo beneficios económicos como si hubiera sido despedido y, al tratarse de una renuncia, el monto debía ser menor.

Recordaron que, en México, un trabajador que renuncia no obtiene ninguna liquidación, ni logra un año de salario por una antigüedad de dos años y cinco meses, como tuvo Ochoa.