‘Nos chingamos al Estado’

Crónica de una maestra que logró escapar del acoso estatal y sus razones para permanecer en la lucha.

rosa María

 

Por Fabiola Rocha

En el camino de la resistencia, hay que tener nervios de acero, estar dispuesto a jugársela pase lo que pase, así lo considera Rosa María Cordova Rodríguez, maestra disidente del Congreso Nacional de Bases, quien en noviembre pasado fue perseguida por autoridades con una orden de presentación por sus actividades políticas.

Regeneración 14 de marzo del 2016.- El sábado 21 de noviembre del 2015, día de la evaluación, Rosa María Cordova Rodríguez, se levantó temprano; tenía la sensación de que algo pasaría y preparó un montón de comida: por si la agarraban, por si había que defender a los compañeros, por si las dudas, por si esa noche no llegaba a casa.

No se sabía particularmente perseguida, pero ella y otros compañeros organizaron las intervenciones en los centros de evaluación docente en Querétaro, prueba obligatoria para la instauración de la “reforma educativa” anunciada desde el 2012. Con sus acciones, el objetivo era convencer a los maestros de no hacer el examen pese a las amenazas de las autoridades educativas de la cancerosa Secretaría de Educación Pública.  

“No entres a la evaluación, con eso aceptas la reforma, aceptas que se pierda tu trabajo”, decían algunos…. Pero otros que no eran maestros sino indígenas de la zona rurales del Estado, eran los más convincentes.

“Maestro, no dejes que te quiten tu trabajo, yo que no tengo estudios pero tú sí…”, contó Rosa María que dijo una mujer indígena a una profesora quien luego salió corriendo y llorando.

El examen no sólo se llevó a cabo ahí, sino en todo el País, incluidos los Estados más resistentes como Michoacán, Chiapas, Guerrero y Oaxaca. Aquel fin de semana, hubo marchas, protestas en los centros, enfrentamientos con la policía y heridos. Miles de maestros hicieron la evaluación, otros miles no y de ésos que no, fueron “cesados” tres mil quinientos, presumió meses más tarde el Secretario de Educación.  

Aunque, según explicó la profesora, no es posible cesar a un maestro sindicalizado “fulminantemente”, sólo les entregan la notificación y comienza el proceso administrativo para la baja que todavía puede ser echada para atrás.

Aquel sábado las acciones salieron bien, narró Rosa María, y al final de la jornada se reunió con algunos en el parque; “luego del mitin, los que organizamos nos fuimos a comer, pero como no me gustó el café que me dieron, me fui a tomar un café y comerme un croissant”.

Ahí estaba cuando el abogado le llamó y le dijo que tuviera cuidado.

“‘¿En dónde estás?’, me preguntó; pero a mí me daba pena decirle que estaba en una cafetería francesa después de estar en el mitin”.

Al final le dijo dónde estaba.

“Salga de ahí lo más rápido que pueda y no vaya a su casa porque hay un destacamento importante”, le informó el abogado.

Cuando se fue del lugar, tuvo la sensación de que una camioneta la estaba siguiendo, pero justo cuando se fue, otro vehículo se interpuso entre la que me perseguía y ella, así la pudo perder.

Varios maestros han sufrido acoso de las autoridades, en su Estado se giraron dos órdenes de presentación, que ella sepa, la de su compañero “Jeros” y ella.

Se fue de la pastelería; y el acelere de la supuesta persecución la orilló a buscar refugio en la casa de uno de sus tíos.

“Llegué y mi tía me dijo: ‘qué milagro, pues ¿quién se murió?’”; no quiso decir a sus familiares por qué estaba ahí, pero se la pasó pensando “a ver a qué chingada hora entran por mí”. Pasó tres días en esa casa.

Después de varios días, consiguió un amparo contra cualquier acción en su contra.

“Luego supe que no querían agarrarnos, sino acorralarnos para que no fuéramos a trabajar en tres días y nos cesaran, pero pedí un permiso económico y nos chingamos al Estado”.

Una vida de lucha

Desde los años 80 Rosa María se involucró en la lucha, entonces “yo tenía 16 años y fue el movimiento más importante de la Escuela Normal del Querétaro”, dijo, “8 de mayo, se llamó (el movimiento), porque ese día fue la represión, el 8 de mayo de 1980”.

“Cuando mis hijos estaban chicos, mis obligaciones era repartir volantes y mantener mi escuela sin charros”, contó; pero ahora que ya están grandes, se ha inmiscuido más en las labores que abarcan cuatro puntos de acción: jurídico, pedagógico, político-sindical y social.

Y desde “la quincena 24 (diciembre) del 2014”, no cobra su salario porque mantiene una batalla legal en contra de la automatización de su salario, lo cual, aseguró, es una forma de entrar en las políticas del Banco Mundial y dejar sin derechos laborales a los trabajadores.

En un mundo tan automatizado como el nuestro, aquel que no tiene dinero electrónico podría parecer anticuado, pero para Rosa María, quien pertenece a la que llama la “corriente viva de la CNTE”, es una manera de resistencia congruente en todo sentido con la lucha magisterial.

Congreso Nacional de Bases

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Luego de varios años de protagonizar las marchas más violentas, la CNTE ha ido perdiendo adeptos; los maestros más reaccionarios se han encargado de quebrar la relación entre los maestros con los nuevos profesores y la sociedad. Muchos de los dirigentes de la Coordinadora, tenían discursos apasionados y reales, pero nunca se desvincularon de sus afecciones políticas, generalmente ligadas al PRI.

Por todo ello, dijo Rosa María, hubo personas que decidieron formar su propia faceta de la coordinadora, que si bien pertenece al controvertido “brazo izquierdo del SNTE”, se deslindaron en 2008.

Su organización, llamada desde entonces Congreso Nacional de Bases es una facción más estratégica de la CNTE abarca ejes de acción que van más allá de mítines y movilizaciones, busca tener un plan de acción a largo plazo con la creación de pedagogías lineadas al desarrollo comunitario, planes de estudio, normas, leyes, integración de la comunidad, fortalecimiento de sus lazos con sus comunidades y reformas al interior de su sindicato, entre otras cosas.

Para Rosa María y sus compañeros, es el propio Estado quienes han propiciado el clima de incertidumbre del sector educativo en el País.

“(El hartazgo de la sociedad) tiene que ver con un desgaste de las instituciones que ellas mismas propician para que (los maestros) dejen de tener la base social que antes sí tenían”, dijo.

Actualmente, el Congreso Nacional de Bases tiene muchos afiliados, alrededor de 200 mil profesores de todo el País; con su presencia, podrían incluso crear su propio sindicato, pero es algo que han descartado pues para ellos, es importante que los maestros sigan unidos en el Sindicato más grande de América Latina.

La presión laboral sobre los maestros, surgida a raíz de la Reforma Educativa del 2012, ha propiciado un clima de incertidumbre que ha mermado la calidad de la educación más que aumentarla, dijo Rosa María, pues como puede observar, los profesores contratados bajo el esquema de «interinos» (contratos laborales temporales), no echan raíz con sus alumnos ni con sus escuelas, lo que evita que haya un idóneo desarrollo del plan de educativo.

«Hay grupos que han tenido hasta cinco maestros en el ciclo lectivo, y luego no nos contratan en tiempo por lo que dejan a los niños sin clases», contó.

Para la maestra y su organización, la lucha contra la Reforma Educativa aún está en pie y no planean dar un paso atrás.