«La lucha que emprenden los familiares de los normalistas de Ayotzinapa se parece bastante a la que emprenden los brigadistas del 68 hoy día», escribe Ángel González Granados
Por Ángel González Granados
Regeneración, 5 de octubre de 2018. Claudio Lomnitz escribió hace poco en La Jornada un artículo que llevaba por título “El 68 ya no sirve para entender lo de ahora”. Su motivación para ese escrito pareció partir de la utilidad de reflexionar el ahora, incluyendo la desaparición de los 43 de Ayotzinapa a la luz del 68. En un trabajo alusivo a Ayotzinapa que presentó dentro de la compilación de ensayos “La nación desdibujada”, en aquél entonces sugería que los 43 normalistas estaban desaparecidos. Hoy no entiendo por qué en esa columna parte sin más explicación de calificarles como “asesinados”, espero el error sea solo editorial, no por detalles de estilo de escritura sino por razones más importantes como las de no ignorar la lucha que todavía llevan adelante los familiares de los normalistas de Ayotzinapa quienes necesitan conocer el paradero de sus familiares.
¿Tendrá alguna utilidad pensar el 2 de octubre de 1968 para entender el ahora, sobre todo la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa?
La lucha que emprenden los familiares de los normalistas de Ayotzinapa se parece bastante a la que emprenden los brigadistas del 68 hoy día. Es una lucha que involucra la recuperación constante de su propia memoria sobre esos acontecimientos trágicos pero también pasa por exponer sus memorias de la tragedia frente a los demás. Su lucha es recordarnos qué no hacemos como sociedad y por supuesto como dijo Don Emiliano Navarrete, padre de José Ángel Navarrete, uno de los 43 desaparecidos de la normal rural de Ayotzinapa, también lo que hacemos como sociedad:
“Se necesita a la sociedad para no caer. Ustedes nos han dado mucha fuerza, porque no solamente hemos tocado puertas. La cosa hasta el día de hoy es que no han podido cerrar nuestro caso, han surgido nuevas esperanzas para esclarecer el paradero de nuestros hijos.”
La lucha por los 43 normalistas desaparecidos y la que evoca ahora al movimiento estudiantil del 68 -no solamente el episodio trágico- también converge sobre la violencia del estado . No es necesario irnos tan lejos, la resistencia del ejército a ser investigado sobre la masacre perpetrada el 2 de octubre de 1968 sigue siendo un componente vivo presente en las declaraciones que dio al diario El Universal, Alejandro Ramos Flores, jefe de la Unidad de Asuntos Jurídicos de la Secretaría de la Defensa Nacional, calificando de imparcial y poco objetiva la posible existencia de una Comisión de la Verdad sobre el caso Ayotzinapa. Esa resistencia de hecho venía desde mucho antes, en el 2015 expresada en la negación del gobierno federal al Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes para acceder a 26 testimonios de militares del 27 batallón de infantería, presentes en los hechos ocurridos el 26 y 27 de septiembre de 2014 .
Las formas de traer al presente el pasado y de articularlo con nuestra propia historia son diversas.
Me quedo por lo pronto con las imágenes de la marcha que conmemoró el 2 de octubre de 1968 en la Ciudad de México. A propósito de las alusiones numéricas que usan los movimientos sociales, la cifra 68 y 43 se acompañaban -1968 y 43 desaparecidos-. En el Eje Central en la sección del desnivel vehicular que antecede a la explanada de Garibaldi se encontraba la imagen de una bayoneta disparando dos balas, una con un 68 y otra con un 43. La memoria de los estudiantes que hoy se manifiestan hoy día reclaman cierta concepción histórica de estos hechos: uno de los murales realizados por alumnos de la Facultad de Artes y Diseño de la UNAM decía “la historia que nos une nos sigue matando”.
Las heridas de 1968 y del 2014 siguen sin verdad ni justicia. Por eso era necesario marchar y recordar a los sitios donde no nos gustaría volver. Recordar que en este país hay más de 37,000 desaparecidos y recordar también el temple de quienes siguen caminando por todo el país buscando a sus desaparecidos, recordar a quienes siguen preguntando quiénes murieron el 2 de octubre de 1968 y quienes fueron desaparecidos en ese periodo de terror.
¿El estado responsable de estos crímenes sigue siendo el mismo? ¿Sirve el 68 para reflexionar hoy día?
Por lo pronto, el domingo 7 de octubre a las 10 de la mañana seguiremos reflexionando en vivo por radio, transmitida por Internet, los colegas de Interruptus Radio, Anuar Ortega y el autor de este texto.