Seis indígenas defensores del agua, de San Pedro Tlanixco fueron encarcelados por liderar la resistencia del agua en su comunidad.
Regeneración, 31 de octubre de 2018.- La Organización de la Naciones Unidas lanzó una petición para el próximo gobierno de México encabezado por Andrés Manuel López Obrador a quien solicitaron la libertad de seis indígenas, presos políticos por defender el agua.
En un mensaje en video, la ONU Derechos Humanos detalló que los seis indígenas, entre ellos una mujer, fueron condenados a 50 años de pirsión “en un juicio marcado por serias violaciones al debido proceso”.
Se trata de Dominga González Martínez, Marco Antonio Pérez González, Lorenzo Sánchez Berriozábal, Pedro Sánchez Berriozábal, Teófilo Pérez González y Rómulo Arias Mireles, quienes lideraban la resistencia para tratar el agua como bien social y cultural y no como bien económico, antes de ser apresados.
El representante de la ONU en México, para los derechos humanos, Jan Jarab, afirmó que es un momento para actuar con justicia.
“Es una gran oportunidad para rectificar la injusticia que ha costado, hasta la fecha, la libertad de estas personas por más de diez años”, afirmó Jarab.
La historia de resistencia inicia desde los años 80, cuando grandes floricultoras llegaron al municipio Villa Guerrero, Estado de México, y comenzaron a usar agua; pero la situación se agravó cuando Conagua concesionó a una de las empresas el río que nace en San Pedro Tlanixco.
“Desde entonces, los nahuas no tienen acceso a su propia agua, aunque cuenten con documentos válidos que los acreditan para poder explotarla”, indica Proceso.
El 1 de abril 2003 los pobladores de San Pedro Tlanixco fueron agredidos por grupos paramilitares, financiados por el presidente de los floricultores –de origen español– que argumentaban que el agua del rio llegaba sucia, provocando daños a sus productos. Al repeler la agresión resultaron lesionadas varias personas y el empresario resultó muerto.
Poco después de este incidente, policías mexiquenses, con apoyo de grupos paramilitares, iniciaron una fuerte represión contra los habitantes de la comunidad y sacaron a los seis líderes de sus casas, bajo amenazas de ser asesinados y violando mujeres.
“La única razón de dirigir la acción penal contra estas personas es que los ahora detenidos fungían como representantes del pueblo indígena y es la única razón por la Estado se dirigió en su contra, además de que con esta acción, los autoridades y los empresarios floricultores dejaron acéfala la resistencia indígena de Tlanixco y por otro dejaron un mensaje de terror para desmovilizar a la comunidad”, aseguró.
Aunque los indígenas se han defendido desde ese 2003, se les mantiene en la cárcel; fue hasta el año 2017 que la ONU-DH supo de la agresión contra estos activistas, pero tampoco ha logrado que el gobierno mexicano los libere.
El único delito de los procesados es representar los intereses de los indígenas de esta región del país y la defensa de los derechos humanos; ahora enfrontan la posibilidad de morir en prisión pero la defensa jurídica y la solidaridad de los pueblos les darán la libertad, dijo Jan.