Desde el momento en que ORO registró su candidatura contó con la compañía personal y el arrastre multitudinario de AMLO.
Por: Jaime Avilés (@Desfiladero132) para Polemón.
Regeneración, 13 de marzo 2016.- Aunque los “líderes de opinión” insisten en que las elecciones extraordinarias de mañana domingo en la capital de Tabasco serán “decisivas” para las aspiraciones presidenciales de Andrés Manuel López Obrador, ya que “si pierde en su tierra” no tendrá futuro en el resto del país, la verdad es que las cosas son muy otras. Lo que está en disputa no es más que la presidencia municipal de Villahermosa, cuyo nombre oficial es Centro.
En los comicios del 5 de junio del año pasado, el candidato de Morena, Octavio Romero Oropeza (ORO), obtuvo 29 mil 693 votos y quedó en cuarto lugar, debajo de la ex perredista y en ese momento abanderada del Verde, Rosalínda López Hernández, que reunió 38 mil 593 y fue superada, a su vez, por los 51 mil 817 batos que votaron porEvaristo Hernández Cruz, del PRI, quien sin embargo “perdió” ante Gerardo Gaudiano Rovirosa, del PRD, que “ganó” la pelea con 60 mil 969 boletas tachadas a su nombre.
Aquella, para no variar, fue una contienda asquerosa, y tan asquerosa, que las mal llamadas “autoridades electorales” no tuvieron más remedio que anularla. Gaudiano, el PRD y el gobernador Arturo Núñez Jiménez cometieron todo tipo de delitos, desde la compra de votos hasta el robo de urnas, pasando por las múltiples estaciones intermedias del fraude.
El tiempo, sin embargo, no transcurrió en vano. AMLO denunció enérgicamente a Arturo Núñez (un mapache electoral de toda la vida, a una muy larga nariz pegado), que llegó al poder en 2012 gracias a los votos de los pejesimpatizantes. Como si fuera un Jesús Ortega o Zambrano, un Lupito Acosta, un Canino Navarrete, no dudó un minuto en traicionarlos para echarse en brazos de Peña Nieto (igual que Graco Ramírez en Morelos, Miguel Ángel Mancera en el DF y un largo etcétera que se remonta hasta 2006).
Anulada la elección, las “autoridades” ordenaron que se repitiera este 13 de marzo. En vía de mientras, Arturo Núñez formó una junta municipal, encabezada por su amigoFrancisco Peralta Burelo. Gaudiano, por su parte, se enemistó con doña Marta Lilia López Aguilar (Marlili), esposa de Núñez y, según los que saben, verdadera “gobernadora” de Tabasco.
Evaristo Hernández Cruz, a quien AMLO había tachado de “corrupto”, rompió con el PRI y comenzó a tejer una relación de entendimiento con la dirección estatal de Morena. La reconciliación fue tan fructuosa que terminó pasándose a Morena, después de ser “perdonado” por el líder nacional de ese partido.
Rosalinda López Hernández, recién casada con un político del Verde que ya se siente sucesor de Manuel Velasco en Chiapas 2018 (¿y ella sucesora de Anahí? no, por favor), decidió no participar en esta elección extraordinaria. Octavio Romero Oropeza, por su respectiva parte, tuvo que someterse a una operación a corazón abierto, se repuso, refrendó su deseo de volver a competir y recibió el apoyo absoluto de AMLO.
Desde el momento en que ORO registró su candidatura contó con la compañía personal y el arrastre multitudinario de AMLO. Éste viajó a Villahermosa en distintas ocasiones para hacer campaña con él, recorriendo las colonias y los pueblos comprendidos en el municipio de Centro, visitando a la gente casa por casa, tocando puertas y pidiendo el voto para el renacido Octavio Romero, que hoy aparece en segundo lugar, pisando los “talones” de Gaudiano.
Nieto del ex gobernador Leandro Rovirosa Wade, quien fue uno de los maestros del joven AMLO durante el sexenio de José López Portillo, Gerardo Gaudiano difícilmente reunirá los 60 mil votos que le dio el fraude electoral del año pasado. ¿Razones? Ni muchas ni pocas.
Sin el respaldo de la esposa de Núñez, esa cantidad puede reducirse, en cálculos muy conservadores, un 20 por ciento (12 mil). Además, ahora tiene al propio Núñez en contra, no sólo porque éste es un reverendo mandilón, sino porque le conviene que el proceso de mañana se vuelva a anular, para que el municipio quede por el resto del trienio en manos del concejo conducido por su leal Peralta Burelo.
Evaristo Hernández Cruz, quien con sus propias fuerzas logró la mitad de los 51 mil votos del año pasado, entregará ese caudal a Octavio Romero. Sin embargo, como ademásgestionó que otros dirigentes priístas se sumaran a Morena, éstos desde luego contribuirán con sus propios votantes.
Descobijado por las fracturas internas, pero aprovechando que Rosalinda López Hernández no quiso volver a la batalla, el PRI se alió con el Verde, lo que no le asegura en absoluto los 38 mil votos de la ex senadora perredista, ya que ésta dejó a su gente en libertad de favorecer a quien más quiera. De allí, bajita la mano, Octavio Romero bien podrá hacerse de varios miles de votos más.
De acuerdo con el ábaco (siempre fallido) de esta columna, el candidato de Morena tiene para mañana un número de votantes similar al que en junio pasado acumuló (por la vía del fraude) Gerardo Gaudiano (GG). Pero éste, para colmo de desventuras propias y alegrías ajenas a sus ambiciones, fue sorprendido en una nueva jugada, no sucia sino repugnantemente inmunda.
Con ayuda de su compinche, Alberto Manuet, creó un esquema de compra de voto como el que usó Peña Nieto con la agencia bancaria Monex para comprar cinco millones de votos en 2012, a través del reparto de tarjetas prepagadas para que los pobres y los cínicos pudieran adquirir alimentos en la cadena de tiendas Soriana. Que triplicó sus utilidades y sucursales.
Pese a que el tope de gastos de campaña de Gaudiano es de 2 millones 18 mil 349 pesos con 74 centavos, a la fecha ha erogado más de 66 millones, de acuerdo con una denuncia penal interpuesta ante la PGR por Adán Augusto López Hernández, dirigente estatal de Morena. El candidato del PRD y del PT (cuyos militantes en Tabasco caben en un autobús) está utilizando dinero de procedencia desconocida, entre otras cosas, para entregar dos mil pesos a cada muerto de hambre, discípulo de la reforma educativa, que quiera venderle su voto.
Tras un minucioso seguimiento de las estructuras de campaña de Gaudiano, el aparato estatal de Morena descubrió los números de incontables tarjetas de la empresa Multiva y los nombres de sus beneficiarios, y cuenta con videos en los que éstos las usaron para retirar dinero en cajeros automáticos, o comprobantes de las adquisiciones que realizaron en tiendas de autoservicio.
Spotligth Choco, el equipo de Adán Augusto, localizó, videograbó y puso en conocimiento de la PGR los datos de un total de 38 domicilios, dentro de Villahermosa, en donde, luego de que fueran denunciadas las tarjetas de Multiva, los mapaches de Gerardo Gaudiano están entregando, ahorita mismo, dinero en efectivo.
Por otra parte, ayer en Durango, AMLO selló un pacto con los maestros de aquella entidad, contra la “reforma punitiva” de la OCDE y Peña Nieto, y por el rescate de la educación como herramienta indispensable para la transformación del país. Al mismo tiempo, en Cancún, una popular locutora radiofónica que se la pasa hablado pestes contra esos maestros opositores al régimen, fue postulada como candidata de Morena a alcaldesa de aquella ciudad, lo que provocó la renuncia inmediata de un alto cargo del comité municipal de ese partido.
¿Qué pasará en Villahermosa? ¿ORO, el Revenant, logrará que Gaudiano sea derrotado por el oso que el Chelito, como le dicen a Gerardo (por güero), ya está haciendo?