14 de los 15 miembros del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas en favor de resolución sobre Palestina. Vetado
Regeneración, 19 de septiembre de 2025. Washington bloqueó una resolución que exigía un alto el fuego inmediato en Gaza, blindando a su aliado, Israel, de la creciente presión diplomática global.
La decisión se produjo en medio de un panorama de hambruna declarada en el territorio palestino y una escalada de bombardeos.

La Relatoría de un Veto Anunciado
La propuesta, impulsada por los diez miembros no permanentes del Consejo, hacía un llamado claro y directo: «un alto el fuego inmediato, incondicional y permanente en Gaza, respetado por todas las partes».
Además, exigía la liberación inmediata de los rehenes israelíes y la entrada sin restricciones de ayuda humanitaria para aliviar el sufrimiento de la población civil.
La votación reveló un aislamiento casi total de la postura estadounidense.
Catorce de los quince miembros del Consejo apoyaron la resolución. Entre ellos, los otros cuatro miembros permanentes: Rusia, China, Francia y Reino Unido. La oposición de Washington fue el único obstáculo para su aprobación.
La representante estadounidense, Morgan Ortagus, defendió el veto: «Nuestra oposición a esta resolución no será ninguna sorpresa. No condena a Hamás ni reconoce el derecho de Israel a defenderse, y legitima erróneamente las falsas narrativas que le benefician».
Con estas palabras, Ortagus reiteró que, según la visión de Washington, la responsabilidad del conflicto recae en Hamás, y que la guerra podría terminar si el grupo «libera a los rehenes y renuncia a las armas».
Indignación Global y un Patrón de Obstrucción
La decisión de Estados Unidos provocó una profunda frustración entre los miembros del Consejo y la comunidad internacional.
Este no es un hecho aislado, sino la sexta vez que Washington veta una resolución de este tipo desde el inicio de la guerra en Gaza.
La última ocasión, en junio, fue para una propuesta con exigencias idénticas.
Este patrón de obstrucción resalta la firmeza de la alianza entre EE. UU. e Israel, incluso frente al clamor de la inmensa mayoría de la comunidad global.
Mientras la diplomacia se veía nuevamente truncada, la realidad en Gaza era devastadora.
Tanques y aviones israelíes bombardeaban Gaza en una nueva ofensiva terrestre que obligaba a los palestinos a huir.
El bloqueo de ayuda humanitaria impuesto por Israel en marzo ha sumido a la población en una aguda hambruna, declarada oficialmente por la ONU.
Según las autoridades locales, la cifra de muertos desde que comenzó el conflicto ya ha superado los 65 mil.
El veto de Washington en la ONU, lejos de ser un simple acto diplomático, se tradujo en una luz verde para que la ofensiva continúe, con un costo humano trágico.













