Papa Francisco llama a combatir el “cáncer” de la corrupción

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El Papa Francisco hizo un llamado a terminar con el «cáncer» de la corrupción y el veneno de la ilegalidad, al recordar a ciudadanos chinos víctimas de explotación laboral en la ciudad de Prato y que murieron hace durante un incendio hace dos años

Regeneración, 10 de noviembre de 2015.

El Papa Francisco urgió este martes combatir hasta el fondo el “cáncer” de la corrupción y el “veneno de la ilegalidad”, al recordar un famoso caso de explotación laboral que involucró a ciudadanos chinos en la ciudad italiana de Prato.

Al iniciar una visita de apenas unas horas por la región italiana de La Toscana, el Papa visitó la catedral de Prato y se asomó a un púlpito externo, ubicado en uno de los extremos del templo, desde donde se dirigió a una multitud de fieles.

Fue entonces cuando evocó la trágica muerte de cinco hombres y dos mujeres chinos, quienes fallecieron dos años atrás durante un incendio en el espacio donde habían construido un dormitorio dentro de la misma zona industrial de la ciudad.

“Es una tragedia de la explotación y de las condiciones inhumanas de vida. ¡Esto no es trabajo digno! La vida de cada comunidad exige que se combatan hasta el fondo el cáncer de la corrupción y el veneno de la ilegalidad”, clamó.

“¡Dentro de nosotros y junto con los demás, no nos cansemos nunca de luchar por la verdad! Animo a todos, sobre todo a los jóvenes, a no ceder nunca al pesimismo y a la resignación”, agregó.

Entre los fieles que acudieron a la explanada ubicada frente al templo se encontraban muchos chinos, una comunidad que ha hecho de Prato un símbolo de la diversidad étnica pero también una localidad constantemente acusada de favorecer la piratería.

En su mensaje, el líder católico instó a la Iglesia a salir para “acercarse a los hombres y mujeres de nuestro tiempo”, porque “una fe que piensa en sí misma y que está encerrada en la casa, no es fiel a la invitación del Señor, que llama a los suyos a tomar la iniciativa y a involucrarse, sin miedo”.

Puso en guardia también ante “el peligro de sufrir torbellino de los eventos”, y “perder la valentía de buscar la ruta”, prefiriendo el refugio de algún puerto seguro “renunciando a navegar siguiendo la palabra de Jesús”.

Destacó los esfuerzos constantes de los ciudadanos de Prato por integrar a cada persona, “contrarrestando la cultura de la indiferencia y del descarte”, sobre todo en tiempos “marcados por incertidumbres y miedos”.

Les pidió que no se resignen ante las situaciones difíciles de convivencia y los animó a buscar siempre el establecimiento de “verdaderos pactos de proximidad”.