Stéphane Charbonnier concedió una entrevista en 2012 poco después de publicar las famosas caricaturas de Mahoma. «Sólo estamos tratando de hacer un humor divertido en un lenguaje que los fundamentalistas no entienden», aseguró
Regeneración, 9 de enero de 2015. «Prefiero morir de pie a vivir de rodillas». Así declaró el director de Charlie Hebdo, Stéphane Charbonnier, más conocido como “Charb”, hace dos años en una entrevista al diario Le Monde. Él, junto a once personas, fallecieron este miércoles por un ataque perpetrado por dos individuos en la sede del semanario satírico en París.
Nacido el 21 de agosto de 1971 en Conflans-Sainte-Honorine, el dibujante tenía protección policial desde el incendio del periódico en 2011, después de la publicación de las caricaturas de Mahoma.
Precisamente, esta entrevista fue hecha días después de que «Charb» publicara unas caricaturas de Mahoma que levantaron todo tipo de críticas. La publicación del semanario se agotó el miércoles 19 de septiembre de 2012, el mismo día de su salida, por lo que fue reeditada dos días más tarde. Estos hechos tuvieron lugar un año después de que la redacción del semanario fuera incendiada tras haber publicado otras viñetas del profeta.
Stéphane Charbonnier siempre defendió el derecho de la publicación a mostrar las caricaturas. «Hay que seguir hasta que el Islam sea tan común como el catolicismo. Sólo estamos tratando de hacer un humor divertido en un lenguaje que los fundamentalistas no entienden… no. Se basan en el miedo», declaró a «Le Monde», defendiendo su postura. «Yo no tengo hijos, ni esposa, ni coche, ni crédito. Yo prefiero morir de pie que vivir de rodillas», afirmó consciente de que quizás un día él sería el objetivo.
Wolinski, Cabu, Charb y Tignous
Las víctimas de los mejores dibujantes de Francia
Los cuatro dibujantes que fueron asesinados en el atentado contra la revista satírica francesa Charlie Hebdo, Charb, Wolinski, Cabu y Tignous, fueron algunos de los mejores caricaturistas de Francia.
“Charb”: Stéphane Charbonnier alias Charb nació en 1967 y era el director de Charlie Hebdo. Con campañas irreverentes luchaba, entre otras cosas, a favor de la igualdad de oportunidades para los inmigrantes. En Francia es muy conocido su cómic «Maurice et Patapon». Maurice es un perro anarquista bisexual que ama los excrementos y es muy lujurioso. Patapon es un gato asexual con ideas fascistas, que valora la muerte y el sufrimiento, pero en los demás.
La columna de Charb en Charlie Hebdo llevaba por título «Charb n’aime pas les gens» («Charb no quiere a las personas»).
Wolinski: Georges Wolinski, nacido en 1934 en Túnez, dibujaba desde hace más de 50 años. Además de en Charlie Hebdo, también trabajó en L’Humanité y en el ya desaperecido diario France Soir.
Su obra más conocida es la serie «Paulette», que desarrolló en los primeros años 70 como autor junto con el dibujante Georges Pichard.
La protagonista es una joven heredera millonaria que cae en manos de violadores y torturadores. En muchas caricaturas de Wolinski tiene un papel importante el enfrentamiento entre géneros. En una de ellas, una mujer con ropa interior transparente muestra orgullosa la palabra «libertad», que le une las manos como unas esposas.
“Cabu”: Jean Cabut, nacido en 1938, era un «grand seigneur» del cómic. En la revista cultural Pilote, comenzó su serie «Le Grand Duduche» en 1963. Su joven alter ego con peinado con raya al costado, gafas, jenas y zapatillas de baloncesto hizo conocido a Cabu. El personaje se adapta a los tiempos, se hace seguidor del movimiento ecologista y tiene experiencias desagradables con la violencia policial. Cabu -que dibujaba en Charlie Hebdo y en Le Canard Enchaîné– seguía siendo físicamente parecido a su joven héroe a pesar de que se iba acercando a los 80 años. Una de sus caricaturas llevaba la frase: «¡Dios no existe!». Debajo se ve al papa, a un mulá y a un hombre con el típico sombrero judío ortodoxo, los tres fuertemente armados. El hombre con el turbante amenaza: «¡Sí!».
“Tignous”: Bernard Verlhac, cuyo nombre artístico era Tignous, nació en 1957. También él apostaba por un lenguaje visual potente. En una caricatura se ve a un europeo gordo con cara de pocos amigos ante el alambrado de la frontera exterior de la Unión Europea. Detrás espera una multitud de personas negras. «Ni bien se deja entrar a Amadou y Miriam (conocidos músicos de África), esto es un desastre», dice el europeo.