Especialistas llaman promulgar leyes a favor de la eutanasia

 

68.3% de los mexicanos considera que un paciente que se encuentra en fase terminal y dolorosa de su enfermedad debería tener la opción de adelantar su muerte si así lo desea

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Regeneración, 17 de octubre del 2016.-De acuerdo a investigadores que participaron en la Mesa de Diálogo: La Eutanasia en el Mundo, Derecho o Muerte Digna, realizada en el Instituto de Investigaciones Juríricas de la UNAM, estuvieron de acuerdo que el tema en cuestión tiene que plantearse en la agenda pública.

Después de conocer las proyecciones demográficas sobre el envejecimiento en el país, consideraron que se debe modificar el marco legislativo y promulgar leyes a favor de la eutanasia que respondan a los dilemas éticos y situaciones de salud que los mexicanos enfrentarán en el siglo 21.

De acuerdo a esta proyección, con cifras oficiales para el 2050, 21.5 por ciento de la población en el país, 32 millones serán de 60 años o más.

“La medicina y la biomedicina han tenido avances extraordinarios, sin embargo, cuando se trata del proceso final de la vida de las personas, o sea, de la muerte, estos avances no siempre funcionan a favor del bienestar y calidad de las personas, sino más bien, con frecuencia funcionan en su contra”, aseguró, Amparo Espinosa Rugarcía, presidente de la asociación Por el Derecho a morir con Dignidad.

La representante de la asociación también indicó que de acuerdo con la Primera Encuesta Nacional Sobre Muerte, que en los próximos días darán a conocer, el 68.3 por ciento de los mexicanos considera que un paciente que se encuentra en fase terminal y dolorosa de su enfermedad debería tener la opción de adelantar su muerte si así lo desea. Y que un 58.3 está de acuerdo en que el médico aplique directamente sustancias letales al paciente terminal que lo solicite para acelerar su muerte (eutanasia).

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De igual manera señaló que el 56.4 por ciento estimó que el médico le proporcione al enfermo terminal sustancias letales que él tome por sí mismo (muerte o suicidio medicamente asistido). Agregó que un 19 por ciento conoce la posibilidad legal de una declaración anticipación de voluntad y sólo un tres por ciento de los encuestados manifestaron ya haber hecho dicha declaración.

“En México estas prácticas son ilegales. La penalización de la eutanasia es de 12 a 24 años de prisión y de la muerte medicamente asistida de 2 a 5 años dependiendo de la razón de compasión, según lo valores el juez. Los intentos recientes en la Ciudad de México para regular la eutanasia y la muerte medicamente asistida no han prosperado”, dijo Espinoza Rugarcía.

Por su parte, el investigador del Colegio de México, Roberto Blancarte, lamentó que la falta de legislacion en nuestro país sobre esta materia dependa en mucho por la postura de la religión «el único que da o quita la vida es Dios», con lo cual le quitan la posibilidad de intervenir a la persona que requiere de una decisión.

De acuerdo al especialista en la materia “La Constitución mexicana ya garantiza dos cosas que el Estado laico quiere garantizar y que son centrales de la vida de la laicidad y son la libertad de conciencia y la de convicciones éticas, que no necesariamente son religiosas y la libertad de religión. Hay un elemento en el Estado laico que hay que reforzar, la autonomía de lo político frente a lo religioso. Esta muy bien que las iglesias digan y piensen lo que quieran, lo que no pueden hacer es imponerle al resto de la sociedad su doctrina o su manera de concebir el mundo. Tienen su propio espacio y ahí deberían de poderlo desarrollar».

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Sobre el punto, el jurista e investigador de la UNAM, Diego Valadez, agregó «resulta comprensible que se tengan que prever nuevas experiencias patológicas y también nuevas soluciones para los problemas de una sociedad que tenga otras características diferentes de las que tuvo en el siglo 19 o en los previos».

Y concluyó con la siguiente afirmación «la población global de personas mayores se va a disparar, de ahí, la preocupación sobre un aumento de enfermedades de la tercera edad como casos de demencia y cáncer».

Con información de La Jornada