• Tan solo contiene un gramo de manzana, mientras que 12 gramos son de azúcares.
• No recomendable para niños, por las altas cantidades de azúcar y porque contiene colorantes que inducen cambios en su conducta y por la presencia de sucralosa (endulzante artificial).
El Poder del Consumidor 23 de julio 2014. Debido a que en nuestro país se ha aprobado una nueva regulación de etiquetado de alimentos y bebidas por la Comisión Federal para la Protección de Riesgos Sanitarios (Cofepris), estaremos presentando en nuestras radiografías una serie de productos procesados que cumplen con ciertos criterios para portar un “distintivo nutrimental” y que podrán publicitarse en horarios infantiles, a pesar de ser altos en azúcar y calorías —lo que representa un riesgo a la salud ante su alto consumo—, contradictoriamente el gobierno mexicano los avalará como “mejores” productos (elpoderdelconsumidor.org/Daña Cofepris derechos de consumidores con nuevo etiquetado de alimentos).
El Poder del Consumidor ha denunciado públicamente los criterios que ha aprobado Cofepris, los cuales expertos consideran ser de riesgo para la salud de los consumidores (elpoderdelconsumidor.org/Advierten expertos riesgo de nuevo etiquetado en carta abierta a Peña Nieto).
Yogurt Yoplait Yopli con manzana (150 gramos, un botecito):
Azúcar:
Cada botecito de 150 gramos contiene 12.3 gramos de azúcar añadida.
Esto equivale a 2½ cucharadas cafeteras de azúcar.
Es importante resaltar que en el caso de los lácteos hay que contemplar la lactosa dentro de los azúcares totales que se declara en la etiqueta.
Para determinar la lactosa presente en los yogures se pueden utilizar tablas de contenido de nutrientes en los alimentos como apoyo.
Por tanto, es difícil determinar la cantidad exacta de lactosa que pudiesen contener los diferentes productos lácteos.
Es por esto que es importante que en los etiquetados se establezcan azúcares añadidos y no azúcares totales.
Los azúcares añadidos que contienen los productos es información de mayor relevancia para los consumidores, puesto que son los tipos de azúcares que provocan serios daños metabólicos a la salud, por su presencia tan elevada en los distintos productos.
Por ejemplo, la cantidad de azúcares añadidos que contiene este botecito de yogur cubre del 62 al 82% de la cantidad máxima tolerada de azúcar para todo un día para un niño o niña.
La presentación sugiere que es un producto para niños, aunque no lo dice explícitamente. En esta ocasión, se presentarán datos sólo para niños y niñas, ya que el producto está claramente dirigido a la infancia y difícilmente un adulto lo consume.
Un solo botecito contiene casi el total del azúcar máxima para un niño o niña, ya que los infantes no deben consumir más de tres a cuatro cucharadas cafeteras de azúcar diarias, de acuerdo con la Asociación Americana del Corazón.
Lo que resulta realmente alarmante, ya que la porción es sumamente pequeña y en la etiqueta frontal se establece que es un yogurt con manzana sin especificar que tan solo contiene 1 gramo de manzana, mientras que 12 gramos son de azúcares, haciendo creer que es un producto de consumo adecuado para un niño o niña.
Este producto dista mucho de ser una buena opción para niños, ya que el alto consumo de azúcar se ha asociado a un mayor riesgo a padecer obesidad y diabetes(ajcn.nutrition.org/content/Intake of sugar-sweetened beverages and_.full.pdf+html).
Asimismo, se ha observado que los altos consumos de azúcar provocan adicción, por lo cual una vez que se convierte en hábito es mucho más difícil dejar de consumir este tipo de productos con altas cantidades de azúcar (www.saber.ula.ve/bitstream/Evidence That Intermittent, Excessive Sugar_.pdf).
Es preocupante que la población, en especial la infancia, cada vez tenga mayor acceso a este tipo de productos y que éstos se hayan convertido en parte de la ingesta cotidiana lo que contribuye a que se generen malos hábitos a largo plazo.
Colorantes:
Amarillo 5 (tartrazina) y amarillo 6 (amarillo ocaso), ambos asociados a provocar cambios en la conducta en niños, como hiperactividad y déficit de atención(www.cspinet.org/new/pdf/bateman.pdf).
Ingredientes:
Leche entera pasteurizada, azúcar, preparado de fruta 2.8% (azúcar y/o de jarabe alta fructosa, manzana 24%), sabor manzana, pectina, ácido cítrico, sorbato de potasio y/o benzoato de sodio, almidón modificado, mezcla de vitaminas y minerales (A, B1, B2, B12, ácido fólico, calcio), colorantes (amarillo 5 y amarillo 6), sólidos de leche, almidón modificado, jarabe de alta fructosa, pectina, sucralosa, cultivos lácticos.
21 ingredientes en total, dentro de los cuales el azúcar se encuentra presente en dos ocasiones, así como el jarabe de maíz de alta fructosa.
Es importante mencionar que se ha comprobado la directa asociación entre altos consumos de azúcar y una mayor probabilidad de padecer diabetes tipo 2.
Actualmente, hemos estado expuestos a productos con altos contenidos de azúcar y no sólo eso, sino que provienen de diferentes fuentes y con diferentes nombres, por lo cual no siempre logramos detectar los altos contenidos.
Es impresionante la cantidad de ingredientes que contiene este “yogurt” para niños, cuando el yogurt natural casero o no comercial consta de tan sólo dos ingredientes (leche y cultivos lácticos) o puede aumentar a tres (fruta o miel).
En este yogurt observamos 21 ingredientes en total. Y entre estos 21 ingredientes observamos que se utiliza almidón modificado (mencionado dos veces), el cual es frecuentemente utilizado para dar espesor o consistencia a ciertos productos.
Además, contiene un endulzante artificial (sucralosa), lo que induce a acostumbrar al paladar a sabores intensamente dulces.
La sucralosa (una de las marcas más populares es el “Splenda”), que es un edulcorante no calórico, de acuerdo a la Secretaría de Salud, no recomendables para niños y niñas.
Preocupa que contiene altas cantidades de azúcar y adicional a ello un endulzante químico que puede llegar a tener un dulzor cinco veces mayor que los endulzantes calóricos (www.espatentes.com/pdf/Una composición edulcorante.pdf).
Es frecuente que al ver el nombre “sucralosa” se confunda con “sacarosa”.
El nombre real de la molécula de “sucralosa” es 4,1’,6’-tricloro-4,1’,6’-tridesoxigalactosacarosa, confundiendo al consumidor al poner un nombre muy parecido a la “sacarosa”.
Además de que el nombre por sí solo es confuso, no se establece de forma visible en el empaque que contiene dicho químico.
De esta forma, la madre o padre de familia confiados en que están proporcionando un producto saludable a sus hijos, jamás sabrán que le están dando un químico no recomendable para menores (www.cienciasdelasalud.edu.ar/powerpoints/Consumo de bebidas para una vida saludable: recomendaciones para la población mexicana.pdf).
Esto atenta directamente el derecho del consumidor a saber lo qué realmente está consumiendo y ofreciendo a su familia.
Etiquetado:
El etiquetado frontal es colorido con una caricatura de un niño en patineta.
Los colores son muy llamativos y la presentación, sin decirlo explícitamente, induce a creer que es para niños. Aunque en la página web sí se establece que es un “yogurt infantil”.
“Yopli, la marca de Yoghurt infantil, tiene una consistencia y sabor delicioso que no sólo les encantará a los niños, sino que también los ayudará en su desarrollo físico e intelectual gracias a que está fortificado…”
Las madres y padres de familia realmente consideran que este tipo de productos son buenas opciones, ya que tiene la denominación de un yogurt.
La publicidad induce en su totalidad a creer que el presente producto es una buena opción para niños cuando no lo es. Además de contener altas cantidades de azúcar, contiene sucralosa la cual no es recomendada para niños.
A través de las leyendas e imágenes en el etiquetado hace parecer que es un sencillo “yogurt con manzana”. Sin embargo, la cantidad de manzana que contiene es tan sólo 1 gramo, mientras que contiene 12 veces más de azúcar añadida.
En la parte lateral se encuentra la información nutrimental. Aparte de que las letras son sumamente pequeñas (1 milimetro) y difíciles de leer, la información se muestra por una porción de 100 gramos y no el botecito completo, lo que dificulta conocer los contenidos nutricionales totales, ya que habría que multiplicar la información mostrada por 1.5 porciones. Multiplicar por decimales es mucho más complicado que multiplicar por números enteros. Además, tener que hacer ese tipo de ecuaciones en un supermercado es una real locura.
Sumado a los engaños en el etiquetado y publicidad de este producto, ahora con los nuevos criterios aprobados para etiquetado frontal por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) este producto “cumple” con los criterios para poder portar un sello nutrimental, avalándole como un producto de mejor “calidad” (http://elpoderdelconsumidor.org/saludnutricional/Daña Cofepris derechos de consumidores con nuevo etiquetado de alimentos). Hagamos valer nuestros derechos rechazando este tipo de etiquetados.
El etiquetado es la única orientación que el consumidor realmente tiene para conocer cuál es la calidad nutricia de los productos industrializados. Es importante que el etiquetado no induzca al error puesto que está claramente establecido en la norma oficial de etiquetado, NOM-051-SCFI/SSA1-2010 que la información no debe inducir a error y debe ser clara (www.dof.gob.mx/NOM051 05/04/2010.html).
Recientemente se publicaron algunos resultados de la Encuesta Nacional de Nutrición 2012que reveló un alza bastante considerable en la incidencia de diabetes con un 30%.
Asimismo, se observa que en los últimos seis años el número de personas con diabetes diagnosticados pasó de 4.3 millones a 6.4 millones, de los cuales sólo 1.6 millones tienen un control adecuado y 1.8 millones ya presentan alguna complicación: falla renal, amputación, infarto o ceguera.
Se estima que una cifra similar, es decir, al menos otros 6.4 millones de mexicanos también padecen diabetes, aunque todavía no estén enterados.
El engaño publicitario y en los etiquetados ha contribuido enormemente a los padecimientos que actualmente se viven en el país, como el sobrepeso, obesidad y diabetes.
Es prioritario que los etiquetados no engañen a los consumidores y no desorienten haciendo alusión a que son buenas opciones de consumo cuando no lo son.
Valoración general:
No recomendado para consumo habitual en adultos. Se puede consumir como postre.
No recomendable para niños, por las altas cantidades de azúcar y porque contiene colorantes que inducen cambios en su conducta y por la presencia de sucralosa (endulzante artificial).
Alternativa:
Yogurt natural, casero, batido con fruta que más guste al niño o niña (elpoderdelconsumidor.org/saludnutricional/Prepara yogurt casero).
Nota: No olvidemos que la obesidad es una enfermedad y además es una epidemia, es decir, existe algo en el ambiente que está enfermando a la gente. A este ambiente se le ha llamadoambiente obesigénico.
A diferencia de otras epidemias que se han presentado en la historia, entre lo que nos está enfermando, es el consumo de productos ultra industrializados o a lo que se le ha denominado la “dieta occidental”. Ésta consiste en el alto consumo de productos con concentraciones elevadas de azúcar, grasa, sal, harinas refinadas, aditivos y bajos en fibra.
La obesidad no es una cuestión de “decisión personal”, ya que existe un fuerte engaño con referencia la calidad de los productos que consumimos (www.youtube.com/The Fructose Epidemic – An Article by Dr Robert H. Lustig).