Como parte de un cortometraje, Elia Tamayo, madre del menor fallecido a causa de una bala de goma durante el bloqueo del 9 de julio de 2014 en la autopista Puebla-Atlixco, narra cómo autoridades intentaron modificar su declaración y quisieron sobornarla.
Regeneración, 5 de abril de 2016.- El 9 de julio de 2014, los habitantes de San Bernardino Chalchihuapan, Puebla, bloquearon la autopista Puebla-Atlixco para protestar por el cierre del registro civil en su localidad. Durante la manifestación, fueron agredidos por policías estatales que utilizaron balas de goma, granadas y gases, dejando al menos 5 pobladores heridos de gravedad, entre ellos el niño José Luis Alberto Tehuatlie Tamayo de 13 años.
Como parte del cortometraje “Chalchihuapan: un año sin justicia”, la madre del menor, Elia Tamayo, dio su testimonio sobre lo ocurrido hace casi dos años y exige justicia para su hijo.
“En ese momento llegó una persona llamada Luis Arturo Cornejo, me decía que qué le había pasado a mi hijo, yo le dije que le tocó una bala de goma porque los policías estaban aventando cosas y él me dijo que no, que había sido de seguro un cohetón, después se retiró y llegaron unos de la procuraduría y me dijeron que me iban a llevar, que iba yo a declarar, les dije yo ahorita no puedo irme, mi niño me necesita… Pero ellos me obligaron, yo no quería”.
En las declaraciones que hizo a la Organización No Gubernamental (ONG), “Un mundo sin mordaza”, participante del concurso internacional de cortometrajes sobre Derechos Humanos “The Right Cut”, Elia Tamayo aseguró que las autoridades se aprovecharon de ella ante la magnitud del acontecimiento y modificaron su declaración.
“En el hospital me metieron a un cuarto, uno me grababa, otro me fotografiaba y otro se apuraba a escribir. Ellos me pedían mi declaración y no les gustaba, ellos todo ponían a su favor, es lo que ellos hicieron, se aprovecharon de mí en ese momento me vieron llegar acabada”.
El documental producido por Lourdes Gil, recrea con apoyo de vídeos e imágenes, lo acontecido ese 9 de julio. Elia Tamayo se observa triste y con lágrimas en los ojos narra cómo dijo a las autoridades que a su niño le tocó una bala de goma porque “tenía una herida redondita”.
Cuando dijo eso en su declaración, los servidores públicos le respondieron que “eso no les agradaba” mientras Tamayo aseguraba decir la verdad, ellos le dijeron que “así como declaró en los derechos humanos, hasta va usted a ir a la cárcel”.
“No, yo solamente estoy diciendo la verdad, yo no tengo miedo… Querían comprarme para que yo quedara en silencio pero yo como le dije, no crean que voy a vender a mi hijo, yo lo que quiero es justicia”, dijo Elia.
Días después, la señora Tamayo se enteró de la muerte de su hijo en medios de comunicación, cuando llegó al hospital para recoger su cuerpo se encontró con que el gobernador ya lo había hecho.
“Yo me enteré por un medio de comunicación que mi niño ya había fallecido, consulté con mi familia y llegamos al hospital, el niño ya ni siquiera estaba ahí, el gobernador ya se había desecho de él porque ya lo había mandado a un forense, ya le había hecho la autopsia pero se la hicieron sin mi consentimiento”.
Elia, extraña a su hijo, quien siempre la animaba a seguir adelante. Ella exige y quiere justicia.
“Él siempre me animaba, me decía no te preocupes mamita ya estoy grande, vamos a salir de la secundaria y si ya no podemos más, vamos a entrar a trabajar. A veces me decía, yo quiero ser doctor”.
Con información de Los Fuertes.mx