El ébola se convierte en el nuevo y apabullante distractor para una sociedad que le preocupa más que dos médicos norteamericanos puedan “contagiar” a todos que los bombardeos de su aliado Israel en Gaza.
Por: Jenaro Villamil | Homozapping
Regeneración, 4 de agosto 2014.-“¿Pueden do enfermos contagiar a 320 millones de habitantes?”, se pregunta la agencia de noticias alemana DPA en su reporte sobre el auténtico “contagio” en Estados Unidos: la epidemia del miedo en redes sociales y decenas de telenoticiarios sobre el virus del ébola.
Convenientemente, como hace una década sucedió con el ántrax –en vísperas de la invasión norteamericana a Afganistán y luego a Irak-, el ébola se convierte en el nuevo y apabullante distractor para una sociedad que le preocupa más que dos médicos norteamericanos puedan “contagiar” a todos que los bombardeos de su aliado Israel en Gaza.
“No abras tus puertas a una víctima del ébola”, “un suero secreto probablemente salvó a enfermos de ébola”, “aterriza en EU primer paciente infectado con ébola”, “no quiero tener cerca de Estados Unidos a nadie con ébola”, son algunos de los miles de mensajes que inundan Twitter fuera y dentro de Estados Unidos.
Algunos especialistas como Crawford Kilian advierten en su cuenta @crof que el ébola “ha infectado el discurso público con una nueva xenofobia”. Y no es para menos: se convierte en una nueva justificación para restringir la migración de habitantes de Africa, especialmente de Nigeria y Liberia, los dos países más afectados por esta epidemia.
La ola de miedo se generó en medios electrónicos y digitales de Estados Unidos cuando se informó el regreso de dos norteamericanos, el médico Kent Brantly y la misionera Nancy Writebol, infectados por el virus. Fueron internados en un hospital de Atlanta.
Y una norteamericana típica, lanzó este mensaje: “Atlanta está a sólo seis horas y conozco al menos a dos personas allí”, como si fuera una afectada directa de este padecimiento.
“Traer el ébola a Estados Unidos es la mayor mierda que jamás he oído”, lanzó una cuenta bajo el nombre Quandra.
Los fantasmas contra el “otro”, contra el migrante negro, de origen africano, contra las viejas culturas que “traen las enfermedades” han vuelto a revivir en esta sociedad tan epidérmica a la única intoxicación puritana que la envuelve: el discurso del miedo mediático.