grupo irresponsable, promotor de la discordia e inestabilidad política y
social en México: AMLO
Palabras de Andrés Manuel López Obrador durante una reunión con senadores y diputados del PRD, PT y Movimiento Ciudadano en la sede del Senado de la República
Muchas gracias a los dirigentes de sindicatos independientes, a Francisco
Hernández Juárez, muchas gracias.
Amigas, amigos, compañeras, compañeros senadores del Movimiento Progresista
Como integrante del Movimiento Regeneración Nacional (MORENA), doy a
conocer, una vez más, nuestra inconformidad con la iniciativa de reforma a
la Ley Federal del Trabajo, ordenada –como aquí se ha dicho— desde el
extranjero, promovida por la cúpula del poder en México y acordada entre
Calderón y Peña Nieto.
Es evidente que esta reforma no contribuye al crecimiento económico y
tampoco generará empleos ni bienestar. Eso es una mentira, es una falacia.
Por el contrario, alentará la descomposición social, los resentimientos,
la inseguridad y la violencia. Por eso he sostenido que dicha reforma es
dañina no sólo para los trabajadores, sino también para los verdaderos
empresarios del país.
Se trata de un acto de prepotencia ideológica de un grupo minoritario, que
podemos calificar de irresponsable y promotor de la discordia y de la
inestabilidad política y social en México.
Es por ello que respetuosamente convoco a todos los senadores, aunque como
aquí se ha expresado, ya han tomado la decisión de actuar con dignidad y
con decoro.
En lo particular llamo respetuosamente a los senadores de los partidos
progresistas a que actúen a la altura de las circunstancias y se opongan
al retroceso que significa la llamada reforma laboral.
Quiero también añadir que si se vulneran los derechos individuales de los
trabajadores, todo lo que se pretende acerca de la subcontratación, del
despido sin reconocer derechos a los trabajadores, del pago por hora, si
esto llegara a aprobarse, vamos a hacer causa común con las organizaciones
sindicales, con el movimiento social, desde luego, con los partidos del frente
progresista, para acudir, si es necesario, al amparo y promover amparos para
frenar esta contrarreforma laboral.
Asimismo, considero que no debe avalarse la corrupción sindical alentada,
lo subrayo, por los gobiernos del PRIAN. Ya basta de líderes o caciques
que viven colmados de privilegios a costillas de los trabajadores, al
amparo del poder, de las complicidades y de la corrupción gubernamental.
Estoy seguro que todos los senadores del Movimiento Progresista se
manifestarán a favor de que haya transparencia, rendición de cuentas,
libertad y democracia en los sindicatos. Tengo que decir, ofrezco
disculpas por anticipado, pero tengo que expresarlo, porque ya ha
sucedido, que los legisladores no deben faltar a sesiones que son
fundamentales, nada de abstenerse, salir de viaje, supuestamente
enfermarse o ir al baño al momento de la votación.
Tampoco debe permitirse y tolerarse que grupos de intereses creados
sometan a las autoridades laborales, como sucedió en los casos de Mexicana
de Aviación, Cananea y Pasta de Conchos, en los cuales predominó el
influyentismo y la impunidad para favorecer y proteger a empresarios
corruptos y de malos sentimientos.
Lo mismo puede decirse del cierre arbitrario de la empresa pública Luz y
Fuerza del Centro, acompañado del infame despido de más de 40 mil
trabajadores del Sindicato Mexicano de Electricistas. Inclusive, esta
decisión ha sido considerada ilegal por un juez de distrito, que ha
ordenado la reinstalación de los trabajadores y debe exigirse el pronto y
cabal cumplimiento de esta sentencia.
También aprovecho mi estancia en este recinto legislativo, esta es una
gran oportunidad y por eso les pido un momento más de su atención, para
manifestar que no aceptáremos la propuesta de Peña Nieto de entregar la
renta petrolera a extranjeros y compensar lo que dejaría de recibir la
hacienda pública, con el aumento del IVA del 16 al 22 por ciento.
¿Qué es lo que están tramando quienes se creen dueños del país y tripulan
a Peña Nieto?
No conformes con el influyentismo que impera en PEMEX y en la Comisión
Federal de Electricidad, en cuanto a la asignación de contratos que sólo
favorecen a empresas privadas, nacionales y extranjeras, sin beneficios
para la nación, ahora pretenden cínicamente apropiarse de la renta que se
obtiene por la explotación del petróleo crudo y del gas.
Para explicarlo de manera sencilla: actualmente extraer un barril de
petróleo cuesta alrededor de 11 dólares y se vende en 104 dólares, lo que
significa una utilidad de 93 dólares por barril. Y este, precisamente, es
el negocio que ambicionan, la gran tentación; quieren privatizar, en parte
o por completo, esta ganancia que pertenece a todos los mexicanos.
Además, debe tenerse en cuenta que, de consumarse este atraco, la hacienda
pública dejaría de recibir 1 billón de pesos anuales que se obtienen
solamente por derechos de hidrocarburo, que significan, a la vez, cerca
del 30 por ciento del presupuesto público, dinero que no aportarían las
empresas particulares, ni nacionales ni extranjeras, debido a que gozan de
privilegios fiscales.
Por ejemplo, las 10 más grandes empresas privadas nacionales y extranjeras
que cotizan en la Bolsa de Valores y que en su conjunto tienen ingresos
equivalentes a los de Pemex (un billón 300 mil millones de pesos) pagan de
impuestos 65 mil millones de pesos al año, o sea 15 veces menos que la
contribución por petróleo.
De ahí que pretendan tapar el hueco de las finanzas públicas que dejaría
la privatización, aumentando los impuestos, de manera regresiva, a todos
los mexicanos. Es decir, las reformas energética y fiscal, son
complementarias y forman parte de la misma operación de despojo y pillaje.
Esta es la razón por la que nos oponemos a estas mal llamadas reformas
estructurales, que son en realidad viles atracos y graves retrocesos
sociales. Más aún, no podemos aceptar estas regresiones porque queremos
vivir en paz.
Insisto: si se entrega la renta petrolera, no habrá suficiente
presupuesto, no se tendrían recursos para garantizar el desarrollo ni el
bienestar de los mexicanos y se producirían mayores tensiones y conflictos
sociales.
Ahora bien, para revisar el comportamiento del Poder Legislativo en
nuestro país en los últimos años, es una vergüenza que las instituciones
nacionales, en este caso el Poder Legislativo, actúen como simples
instrumentos al servicio de los organismos financieros internacionales y
de la banda de malhechores que domina y azota al país.
Desde hace más de 20 años, casi todas las leyes que se han aprobado van
orientadas a beneficiar a una élite y a perjudicar a la mayoría del pueblo
y a la nación.
Veamos sólo algunos ejemplos: en mayo de 1989, al inicio del gobierno de
Carlos Salinas, el PRI y el PAN, avalaron el Plan Nacional de Desarrollo
(1989-1994) que permitió la venta de importantes empresas públicas al
sector privado, de las más importantes empresas del sector público al
sector privado.
El 27 de junio de 1990, el PRI y el PAN reformaron el artículo 28
constitucional para entregar 18 bancos que eran propiedad de la nación.
El 6 de enero de 1992, el PRI y el PAN modificaron el artículo 27
constitucional para poner al mercado las tierras ejidales.
El 6 de mayo de 1992, el PRI y el PAN cambiaron la Ley Minera para
entregar, durante todo este periodo, el 29 por ciento del territorio
nacional a particulares nacionales y extranjeros, que explotan el oro, la
plata y el cobre, sin pagar impuestos por la extracción de estos
minerales.
El 22 de diciembre de 1992, el PRI y el PAN aprobaron la reforma a una Ley
secundaria que, a contrapelo de la Constitución, ha permitido a empresas
privadas, principalmente extranjeras, generar energía eléctrica. Hoy,
tales empresas venden a la Comisión Federal de Electricidad el 50 por
ciento de la energía eléctrica que se consume en el país, a precios
elevadísimos, al mismo tiempo que se mantienen paradas o subutilizadas las
plantas del sector público.
El 5 de marzo de 1993, el PRI y el PAN aprobaron la reforma al artículo
tercero constitucional para limitar la gratuidad de la educación pública
sólo a nivel de primaria y secundaria, y se dejó al mercado, como si fuese
una mercancía, la educación media superior y la educación universitaria.
El 18 de marzo de 1995, la mayoría del PRI en la Cámara de Diputados,
aprobó el aumento del IVA del 10 al 15 por ciento.
El 12 mayo de 1995, el PRI y el PAN reformaron la ley reglamentaria del
servicio ferroviario para privatizar los Ferrocarriles Nacionales de
México.
El 23 de mayo de 1996, el PRI y el PAN aprobaron la Ley de los sistemas de
ahorro para el retiro, que entregó a operadoras financieras privadas,
nacionales y extranjeras, la administración de las pensiones de millones
de trabajadores que no dejan de vivir en la incertidumbre por el manejo
nada seguro de esos fondos.
El 12 de diciembre de 1998, diputados del PRI y del PAN aprobaron el
Fobaproa, que convirtió las deudas privadas de unos cuantos empresarios y
banqueros en deuda pública.
El 8 de diciembre de 2005, ya durante el foxismo, el PRI y el PAN
modificaron la Ley del Impuesto Sobre la Renta para conceder a las grandes
corporaciones económicas y financieras el privilegio de diferir el pago de
impuestos hasta por el 100 por ciento de sus contribuciones.
El 22 de marzo de 2007, el PRI y el PAN modificaron la Ley del ISSSTE y
entregaron a los banqueros el manejo de las pensiones de los trabajadores
al servicio del Estado.
El 13 de septiembre de 2007, el PRI y el PAN aprobaron un paquete fiscal,
que incluyó la creación del Impuesto Empresarial de Tasa Única (IETU) y el
impuesto del 2 por ciento por depósitos en efectivo, que más tarde
aumentaron al 3 por ciento.
Siguiendo esta cronología de la ignominia, prosigo recordando que mediante
un acuerdo político entre Calderón y Peña Nieto, en ese entonces
gobernador del estado de México, el 20 de octubre de 2009, los diputados
del PRI y del PAN aprobaron la Ley de Ingresos en la que aumentaron el IVA
del 15 al 16 por ciento; incrementaron el Impuesto Sobre la Renta de 28 a
30 por ciento, y autorizaron los aumentos mensuales a las gasolinas, el
diesel, el gas y la luz.
En junio de 2010, el PRI y el PAN aprobaron que Televisa y Telefónica,
empresa española de telecomunicaciones dirigida por Francisco Gil Díaz,
quien fuera secretario de Hacienda de Fox, se quedaran con un hilo de la
fibra óptica de la industria eléctrica nacional.
Por último, y por si fuese poco, ahora los que mandan en el país están
empeñados en reformar la Constitución y las leyes para afectar aún más a
los trabajadores, aumentar impuestos y apropiarse de la renta petrolera.
En contraste, cabría preguntar ¿dónde está la ley para mejorar el salario
mínimo; dónde está la ley para impulsar actividades productivas y crear
empleos; dónde está la ley para combatir la pobreza; dónde está la ley
para impulsar la educación pública y establecer en México el Estado de
bienestar; dónde está la ley anticorrupción; dónde está la ley para
terminar con los privilegios de la alta burocracia; dónde está la ley para
hacer valer la austeridad republicana y terminar con esta injusticia de
que se tiene un gobierno rico con pueblo pobre; dónde está la ley para
evitar efectivamente las prácticas monopólicas; dónde está la ley que
impida que se compren los votos y se trafique con la pobreza de la gente
en los procesos electorales; dónde está la ley para cobrar impuestos por
la extracción de minerales; dónde está la ley para terminar con los
privilegios fiscales de las grandes corporaciones empresariales y
financieras que prácticamente no pagan impuestos; dónde está la ley para
terminar con el monopolio de la televisión y la radio y garantizar el
derecho a la información; dónde está la ley para que los ciudadanos elijan
a los ministros de la Corte y no los imponga Carlos Salinas?
Ya basta de que la agenda nacional y legislativa y el orden del día lo
impongan siempre extranjeros o los 30 potentados de México, que se creen
amos y señores en nuestro país. Ya es hora de que las instituciones estén
realmente al servicio del pueblo y de la nación.
Que no se malinterprete, no vengo a dar línea a nadie. Cada quien debe
asumir su responsabilidad. Estoy aquí como parte de un movimiento de
mujeres y hombres libres, comprometidos a combatir, a abolir el régimen de
corrupción, de injusticias y de privilegios, un movimiento para
transformar a nuestro país.
Ustedes saben que siempre digo lo que siento, sin medias tintas y con
claridad.
Estoy seguro, no tengo duda, que ustedes, senadoras y senadores, que están
iniciando sus actividades como legisladores sabrán actuar como auténticos
representantes populares, que no se prestarán para seguir reformando la
constitución y las leyes, y seguir legalizando despojos y abusos de
quienes sólo son movidos por la ambición y por la codicia.
Para decirlo de manera coloquial, ustedes no van a ser nunca achichincles
de la mafia del poder.
En cuanto a lo que a nosotros corresponde, como integrantes del Movimiento
Regeneración Nacional, MORENA, expreso que estaremos atentos y actuaremos
cada vez que sea necesario.
Podemos tener diferentes y esto es parte de la democracia, no puede haber
pensamiento único, tiene que haber pluralidad y diversidad, pero hay
asuntos fundamentales que nos convocan a la unidad.
Cada vez que sea necesario vamos a estar juntos, para detener este proceso
de degradación de nuestro país y mejorar las condiciones de vida de
nuestro pueblo.
Vamos a estar muy pendientes en todo esto que significa la aprobación de
la mal llamada reforma laboral. Vamos a estar pendientes todos estos días
y vamos a estar muy pendientes del proyecto de Presupuesto que se va a
enviar el mes próximo a la Cámara de Diputados.
Aunque eso es facultad exclusiva de la Cámara de Diputados, también
estamos seguros que ese proyecto de Presupuesto estará acompañado de un
proyecto de Ley de Ingresos, que sí tiene que ver con ustedes, y ahí van a
empezar a querer llevar a cabo reformas para aumentar impuestos y ahí
vamos a estar juntos.
Y desde luego que vamos a estar juntos en la defensa del petróleo.
La Patria no se vende, la Patria se ama y se defiende.
Muchas gracias.
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