Ni siquiera se le puede llamar tradición, el cual empezó a darse hace no más de 30 años, lo cual se ha dado en todo el mundo de buscar en las raíces antiguas un paliativo, alguna cosa que haga pensar que este mundo todavía tiene remedio ante las crisis que enfrentan.
Las personas que acuden a los sitios arqueológicos para la supuesta carga de energía en el Equinoccio de Primavera es el resultado de la corriente New Age y en donde la gente se aferra a lo que puede como es este misticismo, aseveró el arqueólogo Eduardo Merlo Juárez.
En entrevista con Notimex, dijo que es algo que ni siquiera se le puede llamar tradición, el cual empezó a darse hace no más de 30 años, lo cual se ha dado en todo el mundo de buscar en las raíces antiguas un paliativo, alguna cosa que haga pensar que este mundo todavía tiene remedio ante las crisis que enfrentan.
“El rito de cargarse de energía es un mito, ya que en el mundo prehispánico, antes de la llegada de los europeos, las pirámides efectivamente eran sitios más que súper sagrados y por lo tanto ningún mortal, ningún hijo de vecino que no fuera sacerdote podía subir a ellas jamás”, acotó.
Comentó que si los teotihuacanos o los cholultecas mirarán que en la actualidad todos se suben a sus pirámides se morirían del escándalo, esto debido a que eran estructuras tan sagradas que pensaban que el sólo tocarlas podía provocar una descarga y matar al intruso o profano que se acercara, entonces jamás se concedió que la gente se subiera a las pirámides.
“Las corrientes como estas buscan una amalgama de todo lo que se puede, han creado rituales verdaderamente extraños y ajenos completamente a cada una de ellas”, dijo.
“Además, han adoptado hasta uniformes. En el caso de México y otras partes del mundo como en Machu Pichu, en América del Sur, se visten de blanco con paliacates rojos en la cabeza o en la cintura una faja roja y no puede ser que en el mundo antiguo en cualquier parte del mundo se hayan uniformado para hacer estos rituales”, anotó.
Merlo Juárez dijo que, ciertamente, en el mundo antiguo no sólo en México, sino en cualquier parte, estos cambios de estación eran evidentes y celebrados, con fiestas y sacrificios, por eso muchas de las fiestas en el caso de nuestro país, el 21 de Marzo que es la primavera, equivale con la fiesta de la anunciación y el verano con San Juan Bautista.
“Si se busca en los años 30 y 40 no había esto –recargarse de energía-, de ahí que no hay ninguna conexión con el mundo antiguo en donde la gente iba al templo alrededor de las pirámides y presenciaba la ceremonia, participaba y recibía las bendiciones de los sacerdotes, pero no se hablaba que se cargaban de energía”, acotó.
El arqueólogo narró una anécdota, que cuando era estudiante tras ayudarle al encargado de la zona arqueológica de Teotihuacán puso una varilla en la cúspide de la pirámide del Sol, esto para empezar hacer las mediciones del levantamiento de la pirámide y registro de los planos.
“La varilla se quedó unos 35 centímetros fuera de la superficie, pues la gente le dio el símbolo del eje del universo y entonces le sobaba, le ponía el pie, se acostaba, se agarraban de ella, rituales tras rituales al cabo de 35 años la varilla se acabó, es decir, la parte enterrada no, pero la parte que estaba en la superficie quedó con un puntito plateado”, puntualizó.
Merlo Juárez externó que parece mentira que el hierro se haya acabado con tanta sobada, porque era el centro del universo y cuánta gente se agarró de ahí.
“Este fenómeno muy particular va creciendo en donde hace más de 40 era incipiente, pero ahora son muchísimos, en el caso de Teotihuacan se debe implementar un dispositivo especial de policía y sólo se permite una hilera para subir a la pirámide y una para bajar”, comentó.
Indicó que todo esto se debe a que hay tanta gente, lo mismo pasa en el Tajín, en Monte Albán y Chichen Itzá, en Cholula es menor.
Con información de MVS