Roberto Duque envía Carta a Denise Dresser sobre el voto nulo

Mientras más indecisos votemos nulo, más valor cobran los votos obtenidos con acarreo, entrega de despensas y con el voto duro.

duque

Distinguida doctora Dresser:

 Confieso que me llevé una triple sorpresa al conocer su apreciación acerca del video “El voto nulo en México” que he divulgado recientemente en Internet. Desde su perspectiva (Reforma 25-05-15, p.15) este trabajo “disemina información equivocada”, pues –según dice usted– el voto nulo ya no perjudica a los partidos menores como antes, y en ese sentido subraya que es un mito que el voto nulo le beneficie al PRI.

El primer motivo de asombro es que, para sustentar su afirmación, dice usted citar la ley: “No alcance el 3 por ciento del voto efectivo”. Temo informarle que dicha disposición no existe en la legislación mexicana. Probablemente se confundió con la votación válida emitida. No la culpo: Las leyes electorales son intrincadas. Pero le sugiero atentamente no entrecomillar normas inexistentes porque, eso sí, disemina información falsa.

 La segunda razón de sorpresa es que hace unos meses la escuché exponerle el posicionamiento contrario a Leo Zuckermann en una intervención televisiva. Afirmaba usted que en 2015 ya no acompañaría al movimiento anulista, dado que el voto nulo –dijo usted– “implicaría aceitar la maquinaria del priismo”.

 La cita es textual. No hay descontextualización. Esa fue la opinión que vertió (para mayor ilustración, va aquí el video donde lo afirmó).

 Ahora me entero que volvió a cambiar de parecer.

 Me gustaría conocer, doctora, los argumentos que respaldaban aquella afirmación suya. Y es que puede ser que su lógica de aquel entonces se parezca a la de mis planteamientos en el video. Eso sí, con la siguiente acotación: Si bien podría decirse que el PRI “patentó” hace tiempo la maquinaria electoral a la que usted alude –acarreo y clientelismo incluidos–, la evidencia enseña que ahora ese partido ya no está solo en la práctica de tales artimañas. Pareciera que la patente se venció, ¡como con las medicinas! Pensemos en el PRD del Distrito Federal o en el PVEM en Chiapas, por citar sólo dos ejemplos que menciona la analista Alejandra Cullen.

 Opino que su generalización fue desmedida, pero de alguna manera comprendo aquella posición que le sostuvo a Zuckermann. Muchos estamos seguros, en efecto, de que el PRI es el principal beneficiario del voto nulo.

 Y la tercera causa de mi extrañeza fue que en su argumento en contra del video está usted aceptando que antes de 2014 el voto nulo sí perjudicaba a los partidos menores. Me llama la atención porque esto se contradice con lo que había usted señalado en el pasado y también va a contrapelo de los datos duros a los que alude en su texto sobre lo que ocurrió en 2009.

 La verdadera diferencia entre su más reciente punto de vista y el mío, se centra en que para usted el voto nulo no beneficia a partido alguno. Yo sostengo que sí. Si observa el video de manera desapasionada, encontrará las razones que esgrimo: Los partidos mayores suelen tener: a) más militancia; b) más estructuras territoriales, y c) más operadores políticos y brigadas. O sea, más maquinaria.

 La ecuación no es tan compleja. Si usted no niega que en algún porcentaje de los votos que se emiten en México, media la coacción, el acarreo, la entrega de despensas, etcétera, tendrá que estar de acuerdo con lo siguiente: Mientras más indecisos votemos nulo, más valor cobran los votos obtenidos con esas trampas (y con voto duro).

 En contraste, mientras más indecisos distribuyamos libremente nuestro voto válido entre el abanico de partidos y candidatos, decrece el peso de esas maquinarias en el resultado electoral.

 Por eso es que la promoción del voto nulo es tan perniciosa: Incentiva esas prácticas desaseadas que por desgracia no hemos erradicado en el país. Puede usted comprobarlo con evidencia empírica: ¿Quiénes son los partidos que ahora mismo –incluso en su propaganda– invitan a que no anulemos nuestro voto? Respuesta: Los partidos con menos maquinaria. ¿A qué cree que se deba?

 Y una última súplica, doctora. El próximo 7 de junio, cuando acuda usted a la casilla y se encuentre en la soledad del cancel, crayón en mano, traiga por favor a su mente los razonamientos por los que hace cuatro meses pensó que el voto nulo beneficia a una maquinaria partidista. En una de esas usted misma se convence de validar su voto en vez de anularlo. Quién quita y –de último minuto– retoma su penúltima convicción.

 Reciba un respetuoso saludo.

 @DuqueRoquero

 Nota:

 El movimiento #NoTeAnules surgió con el siguiente video informativo acerca de cómo funcionan las reglas del juego electoral en relación con el voto nulo.

 A muchos nos gustaría que la anulación del voto fuera una herramienta eficaz para castigar a la clase política por su mal desempeño. Pero las reglas del juego –que ellos mismos diseñaron– no dejan que así sea. Además, los partidos ya nos han enseñado que no son muy sensibles que digamos frente a la pésima imagen que tienen –en general– ante a la ciudadanía (en la encuesta de Parametría que aparece en el video están en el último lugar de la tabla).

 Nuestra propuesta es que cambien las reglas y que el «voto en blanco» tenga validez. Que en el futuro los ciudadanos tengamos en la boleta una opción de protesta que sí valga. De esa manera: a más votos en blanco, menos beneficios reales para los partidos. Por ende, habría un incentivo para que éstos mejoren su oferta política, cosa que urge. Esa lucha sí vale la pena.

(La Silla Rota)