Por Santiago Mayo
El trabajo de solidaridad internacional de Cuba es constante, tal como lo demuestra el reciente envío de 165 profesionales de la salud a Sierra Leona para combatir el virus del ébola. En ese sentido, la reciente celebración del día Mundial de la Alfabetización permite abordar uno de los campos (junto con el de la salud) donde mejor se ha desarrollado la isla: la educación.
El analfabetismo a nivel mundial
Según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco, por sus siglas en inglés) en el mundo hay actualmente 781 millones de personas analfabetas en edad adulta. Sobre ese total, alrededor de 500 millones (64%) son mujeres. Desde 1990 este porcentaje no se ha modificado, marcando así una tendencia que perjudica aun más a las mujeres.
Por otra parte del total de adultos analfabetos, 126 millones son jóvenes de entre 15 y 24 años y de ellos cerca de 77 millones (61%) son chicas.
Como sucede con otros indicadores mundiales, el reparto es muy desigual. Las regiones más afectadas son el África subsahariana junto al sur y oeste de Asia.
Países como Afganistán, Benín, Burkina Faso, República Centroafricana, Chad, Costa de Marfil, Etiopía, Guinea, Haití, Liberia, Malí, Mauritania, Sierra Leona y Níger, tienen más de la mitad de su población sin saber leer ni escribir. Mientras que en Europa el promedio es inferior al 10%.
Cuba y el “Yo sí puedo”
Luego de la llegada al gobierno de los revolucionarios cubanos (1959) con Fidel Castro a la cabeza, una de las primeras tareas que emprendió la Revolución Cubana fue la campaña de alfabetización. Así en 1961 la Unesco declaró a la isla caribeña como territorio libre de analfabetismo a disminuir en menos del 4% ese indicador.
Fue el segundo país latinoamericano en lograr este estándar después de Argentina que, históricamente, ha tenido un nivel de escolaridad e instrucción que la ha diferenciado del resto del continente.
Desde entonces Cuba fue desarrollando su método de alfabetización hasta crear el “Yo sí puedo” en el año 2001. Este programa, a diferencia de otros, no impone un modelo estándar y universal si no que se adapta a la realidad de cada país, de ahí su éxito que le ha permitido alfabetizar a 8 millones de personas en 28 Estados diferentes del mundo.
De América Latina a todo el planeta
Los principales logros del método de alfabetización cubano se han dado en los países que integran la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA). 1.482.000 personas aprendieron a leer y escribir en Venezuela y 824.000 en Bolivia.
En Bolivia el programa se aplicó tanto en español como en las lenguas indígenas originarias y en sistema Braille, mediante materiales gráficos y videos, producidos en la Televisión cubana y adaptados para el caso.
También Ecuador y Nicaragua llevaron a cabo el “Yo sí puedo” en sus respectivas variantes nacionales logrando el estatus de territorios libres de analfabetismo y elevando a seis la cantidad de países del subcontinente en esta condición.
El caso nicaragüense contaba con el antecedente que de que, durante la Revolución Sandinista (1979-1990), más de 2000 maestros y maestras de Cuba colaboraron durante todo el proceso donde se redujo el analfabetismo del 50,2% al 12,9%.
Actualmente Cuba asesora en planes nacionales, regionales o municipales a solicitud de numerosas instituciones de todo el mundo. Entre ellas podemos dar cuenta que hace poco más de un mes Panamá anunció que relanzaba su programa de alfabetización con ayuda de Cuba; El Salvador agradeció al Gobierno cubano por su ayuda en la reducción del analfabetismo; más de 19.000 personas han sido alfabetizadas en Guatemala gracias al “Yo sí puedo” y el Estado mexicano de Michoacán ha sido declarado también libre de analfabetismo gracias a Cuba.
Incluso países desarrollados como Australia y Nueva Zelanda han pedido la colaboración de los profesionales cubanos que están actualmente trabajando para alfabetizar poblaciones dentro de sus territorios.
Este trabajo de solidaridad internacional fue reconocido en 2006 cuando la Unesco entregó el Premio de Alfabetización Rey Sejong al Instituto Pedagógico Latinoamericano y Caribeño (IPLAC) de la República de Cuba por la creación y difusión del programa “Yo sí puedo”.
Hasta la fecha, gracias a la colaboración cubana ocho millones de personas han sido alfabetizadas en el mundo fuera de su territorio. Un logro que pocas naciones pueden ostentar.
(Notas)