La reforma educativa no es una reforma de la educación, no es una reforma pedagógica. Es una reforma laboral contra la que luchan los maestros. Frente a esta deficiencia, un sector de los maestros democráticos impulsa el Programa Nacional Alternativo de Educación y Cultura, que está dividido por áreas y grados.
Por Fabiola Rocha
Regeneración, 16 de marzo de 2016.- Con el pretexto del mejoramiento de la educación, la reforma educativa centró su atención en la evaluación a los maestros a quienes se responsabiliza del fracaso de la educación nacional; pero la reforma educativa no plantea modificaciones pedagógicas.
Como escribió Antonio Candela en la Jornada el 23 de julio del 2013: “(La) reforma educativa que modifica, de manera vertical y antidemocrática, los artículos 3º y 73 constitucionales para promover la evaluación universal de los maestros con el aparente propósito de mejorar la educación nacional. Esta reforma no propone medidas propiamente pedagógicas o educativas, sino que se centra en una serie de criterios para calificar a los docentes, con lo cual su efecto es más de control laboral que educativo”.
La reforma ha provocado una Resistencia que se ha prolongado en el tiempo, pese a que las movilizaciones han disminuido, aún hay manifestaciones de maestros que defienden sus derechos laborales afectados por la reforma. Las autoridades buscan enfrentar a los padres de familia, la sociedad, los alumnos y los nuevos maestros con los maestros que mantienen la protesta.
Sí hay un proyecto de educación alternativo al plan de Nuño
Para sorpresa de muchos, los maestros sí han trabajado en un plan que va más allá de la disminución de derechos laborales a los profesores y se centra en el interés superior de la educación que reciben los niños.
La corriente del CNTE llamada Comité Ejecutivo Nacional Democrático, que declara presencia en todo el país, ha desarrollado un plan educativo dividido por áreas y grados llamado Programa Nacional Alternativo de Educación y Cultura (PNAEC).
En este Plan lo importante es el desarrollo integral de los estudiantes. Está dividido en dos ejes de acción: Desarrollo pedagógico y Desarrollo comunitario. Los contenidos de clase se diseñan con base en las necesidades de los alumnos y sus comunidades, relata Rosa María Cordova Rodríguez, subdirectora queretana involucrada en el proyecto.
“Los conocimientos pueden tener una integralidad y la escuela responde a problemas comunitarios”, subrayó.
“Las escuelas fueron desarrollándose de acuerdo con las necesidades de las comunidades”.
Escuela de Chamacuero
En la Escuela Integral de Chamacuero, Michoacán, se ha implantado el programa educativo alterno.
“Frente a la política neoliberal capitalista y a las formas homogeneizantes de la globalización de la vida, basadas en el individualismo económico, en la que se impone una única forma de educar, existen prácticas educativas diferentes que promueven el conocimiento desde y con la comunidad, como una forma alternativa de educación humanista crítica”, dice en su página la escuela.
Este tipo de enseñanza, involucra a todos en la comunidad: maestros, alumnos y padres de familia.
“El trabajo no se concentra en los directores”, dijo Cordova Rodríguez, “es un proceso comunitario que rompe con la lógica capitalista”.
Las reformas educativas no tienen sustento educativo, no velan por los intereses de la educación en México, en realidad, crean incertidumbre laboral en los profesores “interinos” (como eufemísticamente llaman a los maestros que tienen contratos temporales). Eso ha provocado que miles de alumnos no tengan clases, comentó la Subdirectora.
“Los maestros que no tienen contratación dejan a los niños sin clases por esa razón; hay grupos que han tenido hasta cinco maestros en el ciclo lectivo”, dijo.
Para ella, la reforma también trata de desvincular a los profesores de sus alumnos, pues al no pasar suficiente tiempo con ellos, no se forjan los lazos.
El Plan Nacional Alternativo de Educación y Cultura es una manera de resarcir las deficiencias educativas del País sin vulnerar los derechos de los niños a tener una educación de calidad ni los derechos laborales de los encargados de la Educación como un bien social.
Fuentes: Aristegui Noticias, La Jornada y PNAEC