La SEDATU dirigida por Rosario Robles gastó 6 mmdp en el programa de Infraestructura para las zonas de mayor rezago, pero no comprobó que la población objetivo fuera la que realmente se benefició.
Regeneración, 1 de agosto de 2017.- La Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (SEDATU) dirigida por rosario Robles Berlanga, erogó 6 mil millones de pesos en el programa de Infraestructura para las zonas de mayor rezago, pero olvidó comprobar que la población objetivo fuera la que realmente se benefició.
La Auditoria Superior de la Federación (ASF), detectó en el informe parcial de la Cuenta Pública 2016, que la SEDATU gastó el presupuesto para construir 57 mil cuartos adicionales para familias en hacinamiento, situación de pobreza y alta marginalidad, pero no presentó la documentación que lo comprobara.
El informe indica que el programa de Infraestructura, en el componente “Ampliación y/o mejora de la vivienda” tuvo deficiencias desde las normas de operación pues debe seguir medidas precisas para regular la entrega de los subsidios. “No se definió de manera específica su población objetivo, ni cómo se garantizaría que los recursos se canalizaron exclusivamente a esta”.
Y es que, aunque la secretaría a cargo de Rosario Robles reportó la utilización de los recursos, “no acreditó” la emisión de los pagos que supuestamente hizo, “ni la documentación que comprobara las erogaciones de las cuentas por liquidar, ni el desglose de los gastos de operación y subsidios otorgados en los proyectos y obras del programa”.
Por ello, para que se investigue y sancione a quienes hayan cometido una falta a la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria, la ASF reportó las irregularidades al Órgano Interno de Control de la dependencia.
El programa de ampliación y mejoramiento de vivienda de la SEDATU detectó a casi 22 mil hogares como su población potencial, y registró en sus bases de datos a 69 mil 681 hogares atendidos; pero no pudo confirmar que los beneficiarios eran todos los que se tenían que atender porque desde el inicio, no dictaminó a la población objetivo.
La ASF mencionó que esto “evidenció un riesgo para entregar el subsidio, y demostró la falta de mecanismos de control para el registro y generación de información clara, confiable, oportuna y suficiente, que permita la adecuada rendición de cuentas relacionada con la atención de los hogares ubicados en las localidades rurales de muy alto, alto y medio rezago social”.
Además, en dicho programa también operó el “componente infraestructura para el hábitat”, enfocado en subsidios para la construcción de obras de infraestructura básica, complementaria y equipamiento, pero tampoco fue eficaz.
La SEDATU reportó que apoyó mil 749 proyectos para mejoramiento del entorno, que significó un gasto de mil 521 millones de pesos; sin embargo, la dependencia tampoco corroboró que el dinero se haya ejecutado para beneficiar a la población vulnerable pues “no acreditó los avances físicos financieros para verificar el seguimiento de la ejecución de los proyectos autorizados”.
La ASF comprobó en el reporte de beneficiarios que la SEDATU benefició a cinco mil 852 hogares que no se encuentran en las zonas de actuación del programa, por tanto, los recursos no fueron canalizados a la población de alto y muy alto rezago.
Además, en el rubro “Espacios Públicos y Participación Comunitaria”, la Secretaría gastó 569 millones 823 mil pesos, pero las supuestas acciones “no contribuyeron” en el combate del problema de poca cohesión social, inseguridad, deterioro de la imagen y presencia de conductas de riesgo de zonas urbanas y rurales con hogares de alto y muy alto rezago social.
Con información de Animal Político