La empresa GESA dejo de tener permiso de Semarnat para construir una hidroeléctrica en las aguas de los ríos Zempoala y Ateno ,que abarcan varios municipios de la Sierra Norte de Puebla. Los indígenas de la sierra nororiental se oponen a la construcción de la obra que afectará la vida “una región rica en especies endémicas y apta para la conservación”.
Leticia Ánimas
Regeneración, 23 de mayo de 2017. Huauchinango, Puebla.- Sin efecto quedó el permiso ambiental que la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales había otorgado a la empresa Generadora de Energía Eléctrica San Antonio (GESA) para la construcción de una hidroeléctrica en las aguas de los ríos Zempola y Ateno en territorio de diversos municipios de la Sierra Norte de Puebla.
Lo anterior se desprende del oficio SGPA/DGIRA/DG/02487 de fecha 4 de Abril de 2017 que la SEMARNAT dirigió a Jaime Martínez Veloz, Comisionado Nacional para el Diálogo con los Pueblos Indígenas de la Secretaría de Gobernación, dado a conocer a este medio por la organización Serranos Unidos en Resistencia Indígena (SURI).
En el documento se informó que la licencia ambiental otorgada a la empresa GESA quedó sin efectos a partir del 8 de enero de 2016, debido a que no solicitó a la dependencia federal la ampliación del plazo de 24 meses que tenía para preparar el sitio y construir la hidroeléctrica que ocuparía terrenos de los municipios de Xochitlán de Vicente Suárez, Atlequizayan, Nauzontla, Zapotitlán de Méndez y Zoquiapan.
Los trabajos de GESA debían haberse suspendido desde junio de 2014 tras un acuerdo entre la Semarnat, la Comisión Nacional para el Diálogo con los Pueblos Indígenas (Cndpi) y el SURI, hasta en tanto fueran consultados los habitantes de los pueblos involucrados en su proyecto. La consulta nunca fue realizada.
Tras la información de la dependencia federal, el SURI advirtió que si la empresa realiza alguna actividad para concretar su proyecto hidroeléctrico estaría incurriendo en delitos ambientales, que además serán considerados una provocación a las comunidades indígenas.
Sin embargo, en octubre de 2016 personal de GESA incursionó e hizo perforaciones en el punto en que convergen los municipios de Zapotitlán y Xochitlán denominado Atemonamiqui, un cañón del río Zempoala que se encuentra dentro de la Región Terrestre Prioritaria 105, según la Comisión Nacional de la Biodiversidad (Conabio), donde hay flora y fauna endémica y en peligro de extinción “es un ecosistema único”.
La RTP 105, denominada Cuetzalan, tiene una superficie de mil 284 kilómetros cuadrados y se definió como prioritaria para la conservación, precisamente “por la existencia de bosques mesófilos de montaña presentes en las cañadas y la selva alta perennifolia en las partes bajas”.
La importancia de la zona radica también “en su aporte de agua en las cañadas con vegetación natural y el control de inundaciones”, según la Conabio.
Fue en diciembre de 2013, cuando la Semarnat aprobó la Manifestación de Impacto Ambiental (Mia) para la construcción de la hidroeléctrica San Antonio, de acuerdo con la Gaceta Ecológica número 056/13. El permiso tuvo una vigencia de 24 meses para la ejecución del proyecto que venció en enero de 2016, pero tiene concesionado por 30 años el uso de las aguas de los ríos Zempoala y Ateno.
Para la construcción de una brecha del proyecto hidroeléctrico San Antonio, la empresa GESA “arrasará” con las especies del bosque mesófilo de montaña –ecosistema del que queda menos de 1 por ciento en el país–, en los dos kilómetros de longitud que separan a la Poza Verde del Río Zempoala.
Los indígenas de la sierra nororiental se oponen a la construcción de la generadora de energía -que en total abarcará 19 hectáreas, 90 por ciento de las cuales deberán ser taladas -según la Semarnat-, pues acabará “con una región rica en especies endémicas y apta para la conservación”.