Mapa de sembradíos de amapola en ocho estados de México

La amapola se emplea para la elaboración de morfina y heroína, las cuales son suministradas principalmente por cárteles mexicanos a Estados Unidos y Canadá.

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Por Bianca Carretto para Expansión.

La región conformada por Chihuahua, Sinaloa y Durango llamada «Triángulo Dorado» y el estado de Guerrero son las zonas donde se concentran los sembradíos de amapola en México, país que a nivel mundial es el tercer mayor productor.

Así lo muestra el informe “Monitoreo del Cultivo de Amapola en México 2014-2015”, que realizó la Oficina de las Naciones Unidas contra las Drogas y el Delito (UNODC) en colaboración con autoridades mexicanas. Se trata del primer registro oficial de siembra de amapola públicamente reconocido por el gobierno mexicano. Fue presentado la semana pasada.

Tanto en las mencionadas zonas enclavadas en la Sierra Madre Occidental, como en la comunidad de Santa Rosalía, las condiciones de pobreza extrema orillan a los pobladores a dedicarse al cultivo ilegal de amapola. A cambio del cultivo, los sembradores reciben de 100 a 150 pesos diarios.

Mapa de la amapola, por Expansión.

Otros estados dedicados a este cultivo son Nayarit, Jalisco, Michoacán, Oaxaca y Chiapas, aunque en menor grado.

A nivel nacional, el reporte da cuenta de una producción media anual equivalente a las 24,800 hectáreas ―identificadas en 3 ciclos de cultivo.

Tras ser recolectada, la planta es enviada a laboratorios ubicados en poblados de Durango, Sinaloa y Durango. Esto, debido a que la amapola es la materia prima para la elaboración de drogas como la morfina, la heroína y la cocaína, las cuales son suministradas principalmente por cárteles mexicanos a Estados Unidos y Canadá.

El Reporte Mundial de Drogas 2016, con datos reconocidos por las autoridades mexicanas, coloca al país en el tercer lugar en cultivo de amapola, sólo después de Afganistán y Myanmar, donde para el mismo periodo se sembraron 183,000 y 55,500 hectáreas respectivamente.

ACCIONES PARA LA ERRADICACIÓN DE AMAPOLA ¿SON SUFICIENTES?

Desde hace más de 50 años, el gobierno mexicano ha puesto en marcha estrategias orientadas a combatir la siembra de enervantes, de acuerdo con datos recabados en el estudio “Monitoreo del Cultivo de Amapola en México 2014-2015”.

Entre las acciones implementadas, está la destrucción de cultivos a través de programas como el “Plan Canador”, la “Operación Cóndor” y la “Fuerza de Tarea Marte”; así como el desarrollo de investigación técnico-científica, y el monitoreo de plantíos a partir de fotografías aéreas.

En el ámbito de políticas públicas, entre 1990 y 1993 se llevó a cabo un programa de reconversión de cultivos ilícitos, el cual se implementó en los estados de Guerrero, Oaxaca y Michoacán; sin embargo, la falta de seguimiento por parte de las autoridades impidió llevar a cabo una medición de sus beneficios.

El representante regional de la UNODC en México, Antonio Mazzitelli, enfatizó que la recomendación de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) es que toda acción que busque abatir el cultivo de sustancias ilegales debe estar fortalecida por el Estado.

“Lo que Naciones Unidas propone es entrar con el ofrecimiento de programas de desarrollo alternativo, pero siempre acompañados de una fuerte presencia del Estado y de sus fuerzas de seguridad. La erradicación la tiene que acompañar necesariamente el ofrecimiento de otros servicios. El ofrecimiento de alternativas económicas no es viable, entonces hay que encontrar otras soluciones”, apuntó.

En Guerrero, por ejemplo, el alto número de plantíos ha llevado incluso al gobernador Héctor Astudillo a plantear la posibilidad de legalizar la siembra de la planta con fines médicos, bajo el argumento de que ello ayudaría a disminuir el alto nivel de violencia provocado por el trasiego de droga en la región.

‘UN TRABAJO NOVEDOSO’

Aunque desde hace años, la Administración para el Control de Drogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés) había puesto el foco en la región del Pacífico y en especial en Guerrero, al contar con informes sobre la ubicación de plantíos ilegales de amapola, fue hasta 2012 que arrancó en México un programa piloto para detectar plantíos ilegales.

Basados en históricos de destrucción masiva realizados previamente por la Procuraduría General de la República (PGR), la Secretaría de Marina (Semar) y la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), se inició el rastreo y monitoreo de las zonas, cuyas condiciones morfológicas y climáticas permiten el crecimiento del opiáceo.

Mazzitelli señaló que este trabajo busca, más allá de delinear un mapa, analizar cómo funciona la industria de la amapola en el país, es decir, cuál es la producción potencial de goma de opio, a partir de las condiciones de cada región.

“El año pasado, las instituciones del gobierno mexicano han acordado extender la investigación a lo que es la producción potencial de goma de opio y de morfina. Esto es un trabajo novedoso que va mucho más allá en el análisis de cómo funciona la industria de la amapola; se trata de sacar muestras en el terreno, en las diferentes localidades, para estimar cuánto produce en promedio una hectárea de amapola en el Triángulo Dorado, en Guerrero”, dijo el representante de la ONU, quien refirió que estos datos se darían a conocer en el siguiente estudio que presentarán en 2017.

Con información de Expansión.