El actual sistema de retiro ofrece menos de la mitad de la pensión considerada por especialistas como necesaria para mantener un nivel digno de vida al término de la vida laboral.
Regeneración, 26 de junio de 2017.- Una pensión digna fue la oferta que hizo Ernesto Zedillo Ponce de León, el promotor de la privatización de la seguridad social, al plantear la reforma. En medio de la peor crisis que había vivido el país en seis décadas, el entonces mandatario propuso, en noviembre de 1995, modificar la forma en que había funcionado el sistema de retiro, basado en la solidaridad intergeneracional. Los trabajadores en activo financiaban la pensión de los que pasaban a retiro. Una ecuación que se hacía difícil de sostener por el cambio en la demografía del país y el aumento en la expectativa de vida.
La reforma fue presentada por el gobierno y apoyada en todo momento por la iniciativa privada. Lo que se buscaba, según la iniciativa, era regresar la viabilidad financiera al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), al liberarlo de la obligación de hacerse cargo de las pensiones de la población que se incorporaba al mercado de trabajo. Y, para alcanzar ese objetivo, los trabajadores tendrían que aportar a lo largo de su vida laboral para financiar la pensión. Llanamente, rascarse con sus uñas.
La reforma a la Ley del Seguro Social en que se incluyó la privatización de las pensiones fue aprobada en diciembre de 1995, en la última legislatura en que el PRI tuvo mayoría en la Cámara de Diputados. Y entró en vigor el primero de julio de 1997. Ahí nacieron las administradoras de fondos para el retiro (Afore), empresas privadas que gestionan los recursos a partir de invertirlos en instrumentos financieros, cuyo rendimiento está influido por los vaivenes de los mercados financieros internacionales.
¿QUÉ SIGNIFICA UNA PENSIÓN DIGNA?
La respuesta viene de la Organización Internacional del Trabajo, que considera una pensión suficiente a aquella que equivale, al menos, a 70 por ciento del ingreso que tuvo el trabajador al momento de pasar a retiro.
El sistema, por ahora, se ha quedado corto en lo que era la visión presidencial al momento de la reforma. En una entrevista con La Jornada, Carlos Ramírez Fuentes, presidente de la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (Consar), el regulador del sistema, dijo que con el nivel actual de cotización, el monto de la pensión de un trabajador que sólo haya cotizado en el sistema de las Afore, obtendría una pensión equivalente a 30 por ciento del último salario. Y para ello deberá cotizar, como mínimo, mil 250 semanas.
Para los trabajadores que comenzaron a cotizar a la seguridad social hasta un día antes de que entró en vigor el régimen de las Afore, el primero de julio de 1997, el requisito es cotizar al menos 500 semanas y, a partir de los 60 años, pueden obtener una pensión por al menos 70 por ciento de su último salario.
Con información de: La Jornada