La cifra de muertos subió luego de que uno de los reos que estaba hospitalizado falleciera, informó Aldo Fasci, director del CISEC.
Regeneración, 12 de octubre de 2017.- En un comunicado, Aldo Fasci Zuazua, director del Centro de Información para la Seguridad del Estado, de Evaluación y Control de Confianza de Nuevo León (CISEC), informó que la cifra de reos que perdieron la vida a causa del motín del lunes y martes en el penal de Cadereyta subió a 17.
Entre los fallecidos, 11 estaban acusados de delitos como secuestro y están vinculados al crimen organizado; al resto se les acusaba de delitos graves y violentos.
La cifra de muertos subió luego de que uno de los reos que estaba hospitalizado falleciera, dijo Fasci y agregó que del listado sólo hay uno pendiente de ser identificado.
Antes, en conferencia de prensa, el procurador del estado, Bernardo González, dijo que había 31 lesionados, de los que “hay una lista: cuatro en quirófano, uno de ellos herido por arma de fuego. Del resto no corre riesgo su vida, pero siguen hospitalizados”, dijo.
Aseguró que “se iniciará la investigación de los hechos, incluida desde luego la investigación completa de qué sucedió, quiénes participaron o quiénes deberán ser procesados”.
Hasta el momento, dijo Fasci Zuazua, se han identificado a 54 personas relacionadas con los sucesos.
“Insistimos: es una situación delicada, sí, pero hay orden en el centro penitenciario, se tomaron las medidas que se tenían que tomar. Estamos abiertos a que las organizaciones de derechos humanos y la Comisión Estatal, incluso la Comisión Nacional, nos acompañen en todo este procedimiento”.
El funcionario alegó que las autoridades estatales confían en que no hubo violación a los derechos humanos, “sino, por el contrario, se evitó la muerte de más personas”.
Además, mencionó que la Comisión de Derechos Humanos puede comprobar la sobrepoblación en el penal, así como su peligrosidad y las malas instalaciones con que cuentan.
Mientras, afuera del penal, este miércoles los familiares de los reos se enfrentaron en dos ocasiones con los policías que resguardan el acceso. Los familiares aventaron piedras y palos a los policías y éstos respondieron con gas para dispersarlos.
Los inconformes pedían mayor información sobre los hospitales a donde fueron trasladados los heridos.
Aldo Fasci explicó que, en la riña del martes, “primero se inició con un diálogo para poder rescatar a los rehenes. Los secuestradores establecieron una hora, las dos de la tarde, para dejar a los secuestrados; no fue así”. Entonces se tomó la decisión de que ingresaran los antimotines, “es decir, con armas no letales”.
Una vez en el lugar, dijo que se les exhortó para que entregaran a los secuestrados, pero no aceptaron y los comenzaron a golpear.
“Luego ingresan los cuerpos de seguridad al control. Fueron atacados con piedras, con escombros y fue herido gravemente un policía en un pulmón con una varilla y arreciaron los incendios. Y salen unos reos que estaban ocultos y atacan por la espalda a los elementos. La situación ya era de riesgo máximo. Fue cuando se tomó la decisión administrativa de usar la fuerza letal (…) para preservar la vida de compañeros y de algunos internos”, dijo.
Con información de Excélsior