Técnico nuclear reitera su denuncia de la bomba atómica israelí

bombaVista satelital del centro de investigación nuclear del Neguev, en el desierto del mismo nombre (sur de Palestina ocupada en 1948).

Regeneración, 9 de septiembre del 2015. El antiguo técnico nuclear Mordejái Vanunu apareció el viernes en televisión para recordar su denuncia del peligro que supone la bomba atómica clandestina israelí.

“Llegué a la conclusión de que era mi deber asegurarme de que la población de Oriente Medio y de todo el mundo conociese la existencia de ese polvorín, tanto de su cantidad como de su calidad”, dijo Vanunu en una entrevista con el canal 2 israelí, conforme se relató en el portal de Hispano.Tv

Vanunu hizo conocer al mundo, en 1986, la existencia del arsenal atómico israelí —en el cual trabajaba— a través del semanario británico The Sunday Times, lo que le valió ser secuestrado por el servicio de inteligencia israelí (Mossad) en Italia y encerrado durante 18 años, 11 de ellos en régimen de aislamiento.

Israel mantiene una política de ambigüedad sobre sus bombas atómicas, no confirmando ni desmintiendo su existencia, pero la difusión de la entrevista con Vanunu en un canal oficial puede considerarse un reconocimiento tácito, tras décadas de censura.

Sometido a una prohibición de viajar fuera de Palestina ocupada, Vanunuinsistió en su voluntad de renunciar su “nacionalidad” israelí y de trasladarse a Noruega para reunirse con su esposa, que “no puede vivir aquí”, según dijo.

“No tengo vínculos con Israel, no me siento israelí”, recalcó el antiguo técnico, contando cómo ha escrito varias veces al responsable de interior para renunciar a su pasaporte, sin éxito.

Si hubiera sido un asquenazí del kibutz, como Ehud Adiv, me habrían tratado bien, dijo Vanunu.

El antiguo técnico —nacido en Marruecos en 1954— denunció además el carácter racista del régimen israelí: “si hubiera sido un asquenazí del kibutz, como Ehud Adiv —un antiguo activista antisionista israelí que trató de colaborar con la Organización de Liberación de Palestina y fue condenado a 12 años de prisión—, me habrían tratado bien”, dijo.

“Mordejái Vanunu es del barrio de Dalet de Beerseba —un barrio marginal, en el centro sur de Palestina ocupada en 1948—, es marroquí, de familia numerosa… puedes volver a meterlo en la caja”, dijo, imitando el razonamiento de los dirigentes israelíes.

El régimen israelí nunca ha permitido ninguna inspección de sus instalaciones nucleares y hace oídos sordos a llamados internacionales a que se adhiera al Tratado de No Proliferación (TNP) de armas nucleares.

Un informe publicado en marzo por el Boletín de Científicos Atómicos, publicado en Chicago (centro este de EE.UU.) concluyó que Israel posee al menos 80 ojivas nucleares operativas, y que dispone de material suficiente para producir hasta 190 más.

Los expertos de proliferación nuclear Robert Norris y Hans Kristensen estiman en el estudio que el régimen de Tel Aviv detuvo su producción de cabezas atómicas en 2004, “una vez que alcanzó en torno a 80 proyectiles”.