*En el sector de las telecomunicaciones México está a la cola de casi todo, señala la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
*Organismos internacionales señalan la falta de competitividad en el sector de las telecomunicaciones como la razón del atraso
Es lo mismo que se compare a nivel internacional que a nivel regional. México tiene servicios de internet y de telefonía cara, de poca calidad y con escasa penetración. En este momento, de entre las 20 empresas que más quejas reciben de los consumidores, diez pertenecen al sector de las telecomunicaciones, según información del Portal del Consumidor.
La OCDE, de la que forman parte 34 países, solo Chile y México de América Latina, sitúa al país norteamericano en el último lugar por la lentitud de su red. Y no se debe al nivel de saturación, ya que en el país solo hay 11,1 conexiones de banda ancha por cada 100 habitantes, lo que lo lleva al penúltimo lugar por su nivel de penetración de internet. La situación no es mejor si se compara con el resto de la región, el último estudio de la Cepal destaca que el 40% de los habitantes de América Latina están conectados a internet, una media en la que México se queda por debajo.
A la telefonía móvil no le va mucho mejor, pese a que es mexicana la mayor compañía de telefonía celular de Latinoamérica, América Móvil, propiedad del magnate Carlos Slim. La OCDE sitúa a México entre los países con las tarifas móviles más elevadas. Con casi cien millones de número de teléfono activos, hay poco más de 46 millones de personas con una línea individual, el 86% con tarjetas prepago. «México, con uno de los niveles de ingresos per cápita más altos de América Latina, tiene la penetración de suscriptores más baja», dice un informe de la GSMA, la mayor organización internacional de operadores móviles.
El estudio destaca la falta de competencia del sector en el país, ya que, aunque cuenta con cuatro operadores, las empresas de Slim controlan el 80% de la telefonía fija del país y el 70% de la móvil. Muy lejos del caso de Brasil, que tiene siete operadores para elegir y el líder apenas controla un 30% del mercado.
El Gobierno de México de Enrique Peña Nieto, bajo su compromiso de transformar el país con una serie de reformas estructurales, aprobó en junio de 2013 una nueva ley de telecomunicaciones con el objetivo de acabar con los monopolios y aumentar la competitividad. La reforma fue tildada de «histórica», pero no será hasta ahora cuando se empiece a conocer su alcance real con el desarrollo de las leyes secundarias. Estas deberían haberse aprobado antes de pasado 9 de diciembre, pero su tramitación en el Congreso apenas comenzó este martes, con más de tres meses de retraso.
Expertos y analistas se han lanzado a la evaluación del texto, pero lo que más preocupa a los consumidores es cómo puede afectarles esta reforma. Las leyes secundarias presentadas por el presidente no son definitivas, las numerosas críticas que han causado entre la oposición y las organizaciones civiles hacen prever algunas modificaciones para llegar a ser aprobadas. «En la telefonía fija y móvil sí habrá un impacto favorable y positivo en el mediano plazo, no en el corto», advierte Agustín Ramírez, presidente de la Asociación Mexicana de derecho a la Información (Amedi).
Las leyes, tal y como anunció el Instituto Federal de Telecomunicaciones hace un par de semanas, incluyen la eliminación del roaming nacional (cobro extra por hacer o recibir llamadas en un Estado diferente al propio de la línea) y de larga distancia (cobro extra por hacer llamadas a otro Estado desde el original). Aunque si se aprueba el texto tal y como está, los cambios pueden tardar hasta tres años en hacerse efectivos. Las empresas de telefonía de Slim, Telmex (fija) y Telcel (móvil) tendrán, además, que someterse a una imposición de tarifas por parte del instituyo federal, que podría obligarlas a establecer precios más altos al de sus competidores para promover la competencia hasta que pierdan el control mayoritario del mercado.
El objetivo es que con más jugadores se bajen los precios y se aumente la calidad del servicio para sacar a México del vagón de cola de todas las listas del sector. Si las leyes no lo logran, el país seguirá como hasta hora con la imagen de la pantalla congelada.