Pronunciada en lengua macehual de la Sierra Nororiental del estado de Puebla dice «unidos venceremos».
Por Francisco López Bárcenas | La Jornada
unidos venceremos, pero quienes la usan para identificarse la han convertido en una organización a la cual acuden para resolver sus problemas cotidianos y construir su futuro; no cualquier organización por cierto, pues el pasado domingo 26 de febrero se reunieron para festejar que llevan 40 años luchando por ser ellos, lo que quiere decir controlar su vida colectiva actual y planear la del mañana, para que sus hijos no sufran lo que ellos sufrieron. Como en casi todos los pueblos indígenas de México, que cuando tratan asuntos serios para ellos hacen fiesta, el aniversario fue de alegría, donde los anfitriones mostraron lo mejor de sí mismos, lo que han construido y lo que se proponen construir.
Ahí estuvieron presentes todos los sectores sociales que se identifican con la Tosepan Titataniske: los niños, los jóvenes, los adultos y las mujeres. A cargo de los niños corrieron los honores a la bandera, en lengua masehual, y la relatoría de los 40 años de vida de la organización; niños y jóvenes se encargaron de amenizar el acto con la unión de dos bandas de viento que interpretaron piezas musicales mexicanas junto con música de cámara europea, dando un ejemplo práctico de diversidad y pluriculturalidad; los adultos recordaron su participación en la construcción de la organización y las mujeres, en voz de la presidenta de la organización, proyectaron su futuro, el cual imaginan sustentado en los principios de su propia cultura, el esfuerzo de todos, incluidos sus asesores, asesoras y personas solidarias.
Fue importante escuchar a los participantes afirmar que al principio no pensaron ser lo que son ni llegar adonde están, que lo único que querían es que los caciques y agiotistas disminuyeran el precio de productos alimentarios que ofrecían a costos desorbitantes, principalmente el azúcar; que dejaran de distribuir aguardiente entre la población para controlarla, que dejaran de pagar sus cosechas a precios miserables. Para lograrlo fue que en 1977 comenzaron a organizarse, pero se dieron cuenta de que si no se apropiaban y controlaban su proceso de producción seguirían siendo sometidos por los acaparadores, así que se siguieron para adelante y tres años después tosepan titataniske dejó de ser consigna para convertirse en una sociedad cooperativa agropecuaria regional, formalmente constituida el 20 de febrero de 1980.
Dentro de los propósitos de la cooperativa estuvo capacitar a sus socios para la producción, acopio y comercialización de café y pimienta, a quienes introdujeron en los vericuetos del mercado de comercio justo, para después pasar a la construcción y mejoramiento de caminos para mover sus productos. Con buen tino se fueron adaptando a las necesidades de las coyunturas económicas y nueve años después promovían la diversificación de los cultivos para dejar de depender de un solo cultivo. Para 1998 ya incursionaban en los servicios financieros con la idea de contar con capital propio; en 2003 recuperaron la abeja Scaptotrigona mexicana convirtiendo a la región en la más productiva de miel virgen en el mundo; en 2004 incursionaron en el ecoturismo; así han ido sumando a sus quehaceres cuanta actividad consideran que les puede ser útil en su afán de conseguir una mejor vida para todos.
Pero no sólo se han preocupado por los aspectos económicos o culturales de su vida. En los últimos años la Tosepan Titataniske se ha convertido también en el espacio donde se ha armado la resistencia contra varios megaproyectos que se han querido emplazar en la región, como la instalación de una tienda comercial Walmart, la represa del río Apulco para la generación de energía eléctrica para empresas privadas, la explotación minera y de hidrocarburos por empresas de capital extranjero. A diferencia de otros lugares, a los nahuas y totonacos de esta región no tienen que explicarles mucho los efectos de estos megaproyectos, basta con que sepan que amenazan la forma de vida que ellos se han trazado para que de inmediato se arme la resistencia, que es una manera de reafirmar su derecho a diseñar su propio desarrollo.
Además de la cooperativa, Tosepan Titataniske cuenta con el Centro de Formación Indígena Kaltaixpetaniloyan, donde se preparan los hombres del futuro y con la Fundación Tosepan Titataniske, a través de la cual buscan financiar su futuro que, según la explicación que dio la presidenta de la cooperativa, recupera los valores de los macehual y los coloca como base de sus acciones. Cuatro décadas de vida son bastante tiempo, sobre todo si se piensa que en ese periodo otras organizaciones han desaparecido, abandonaron los propósitos para los que fueron construidas, perdieron el camino o se acomodaron al sistema. Por eso es importante festejar junto con ellos tantos años de vida.