“Los ríos son la sangre que nutre la Tierra, son las venas de la madre Tierra. No queremos vender nuestras tierras a nadie, en ellas sembramos y de ella dependemos para vivir”, señalaron los indígenas totonakús que rechazaron los proyectos mineros, hidroeléctricos y petroleros con fracking
Leticia Ánimas
Regeneración, 25 de abril de 2016. San Felipe Tepatlán, Puebla.- Indígenas totonakús de ocho municipios de la Sierra Norte de Puebla decidieron unir sus luchas en defensa del “chuchutsipi” –un concepto ancestral que engloba al territorio, la tierra y el agua como fuente de vida– y aclararon que ésta no es una lucha electoral ni de partidos políticos, sino por los bienes naturales y sus derechos.
Reunidos en la cabecera de esta demarcación donde la empresa Deselec-Comexhidro tiene proyectado construir la hidroeléctrica Puebla 1 en las aguas del río Ajajalpan, los pobladores sirvieron de anfitriones de cientos de personas que representaron a Tlapacoya, Olintla, Ahuacatlán, Zongozotla, Cuetzalan, quienes recordaron que la “férrea lucha de su pueblo” data desde antes de que llegaran los españoles.
Tras una ritual pagano-religioso que incluyó la colocación de una ofrenda de maíz, frijol, café, calabazas, tomates, flores y veladoras, los participantes en la reunión reiteraron sus razones para oponerse a los proyectos de la industria extractiva que, consideraron, afectará su forma de vida y organización porque al dañará sus tierras, sus lugares de siembra, el lugar que los provee de vida.
“Los ríos son la sangre que nutre la Tierra, son las venas de la madre Tierra. No queremos vender nuestras tierras a nadie, en ellas sembramos y de ella dependemos para vivir”, dijeron los indígenas totonakús.
Fue el antropólogo Gabriel Hernández quien hizo con ellos un repaso sobre la historia de la defensa del Totonacapan y con él recordaron que su territorio no es sólo su fuente de trabajo, sino que es su principal riqueza y el origen de la vida.
“Nosotros hemos encontrado una palabra muy importante, una palabra antigua, que sigue siendo vigente en el pueblo totonakú: chuchutsipi que es el equivalente al territorio, precisamente el agua, la tierra, el cerro. Y la vida de los pueblos depende directamente de estos elementos”, agregó.
Doña Irene, habitante de Ignacio Zaragoza en Olintla, que en diciembre de 2012 junto con otras mujeres de su comunidad pararon la maquinaria de Grupo México que quería hacer una hidroeléctrica en su territorio, les habló de su lucha y de cómo lograron detener este proyecto y hacer que la empresa se fuera.
Por ello, las comunidades totonakús, reafirmaron su amor a la madre tierra que les ha dado alimento y agua; lamentaron ver su vida convertida en mercancía, lo mismo que los bienes naturales y el deterioro de los mismos y rechazaron la minería, el fracking, las hidroeléctricas y hermanar sus luchas con otros pueblos.
Indicaron que no esperan nada de los partidos políticos, “porque se manejan como negocios, ni del mal gobierno ni de las empresas. No queremos sus limosnas que nos dividen. Tenemos dignidad, tenemos derechos, tenemos nuestras manos, nuestra inteligencia para trabajar y una gran historia que nos muestra el camino. Nos comprometemos a defender nuestro territorio totonakú”.