Tres periodistas de Parral, Chihuahua; golpeados por presuntos militares

En el centro de Parral operativo de 20 uniformados, armados y 5 automóviles. Policía no detectó nada inusual. Sedena niega que fueran militares

Regeneración 2 de marzo del 2018. Periodistas de El Sol de Parral relatan que fueron agredidos por 3 miembros del ejército mexicano quienes los golpearon y les robaron sus pertenencias incluidas sus identificaciones. Por su parte el General Morfin, destacamentado en la zona señaló que no fueron militares sino delincuentes con ropa tipo militar. A decir de los medios de comunicación esto  «pone en jaque a todas las corporaciones que un comando armado entre a la ciudad y nadie se dé cuenta».

La red de Periodistas de Juárez hizo la denuncia en su página de Facebook e indico que los periodistas de El Sol de Parral agredidos por presuntos militares temen por su vida.

El Sol de Parral publicó que “los tres trabajadores de esta casa editora que fueron agredidos por personas con vestimenta militar, temen por su seguridad ahora que la SEDENA dio su postura y dijo que fueron personas de la delincuencia organizada vestidos como militares, y más que les quitaron sus identificaciones”.

Luego de que el comandante Vicente Javier Mandujano Acevedo, del 76 batallón de infantería dijera que no fue personal militar quienes los agredieron, y que fueron personas de la delincuencia organizada, se mostraron aún más nerviosos, pues afirman que los agresores les quitaron sus identificaciones.

Los hechos narrados en El Sol de Parral

A las 3:30 de la madrugada de ayer en la céntrica calle Ricardo Flores Magón y Godofredo Sarvide, un grupo de elementos con vestimenta militar y armas con matrículas visibles, similares a las del Ejército, acordonaron esta última arteria a la altura de donde se ubica una sucursal de las farmacias Guadalajara y frente al hotel Best Western La Mina.

El movimiento se realizó a tres calles de las instalaciones de El Sol de Parral. Tres trabajadores de la empresa que transitaban en un vehículo propiedad de la empresa periodística se percataron del hecho y se aprestaron a realizar la cobertura del incidente.

En el lugar se habían instalado cintas amarillas para acordonar la zona e impedir el acceso a la calle Godofredo Sarvide. Unos metros más adelante, rodeando un portón que da acceso a una bodega donde se guardan autos de una agencia automotriz, se ubicaron por lo menos cinco vehículos; algunos provistos de luces similares a las que tienen las unidades policiacas; había también al menos veinte elementos con vestimenta tipo militar distribuidos en la calle.

Desde ese lugar se escuchaban golpes sólidos, al parecer a un portón, el cual trataban de derribar. El reportero, desde la línea amarilla, realizó algunas tomas fotográficas con su teléfono celular, condición que bastó para que un grupo de seis uniformados se dirigiera hacia él y lo despojaran de su equipo de trabajo, además maltratarlo verbalmente.

Otros militares se dirigieron a los acompañantes –empleados también de esta empresa-, a uno de ellos lo hincaron apuntándole con las armas y le propinaron golpes en repetidas ocasiones, tanto con la culata y cañón del rifle, además patadas, hasta causarle una herida de varios centímetros en la cabeza y múltiples contusiones en las costillas.

Los golpes cesaron hasta que, quien cubría la información intervino, pero su participación desvió hacia él la golpiza; se le certificaron golpes en costillas y tórax ocasionados con la culata y punta de los rifles.

El tercer empleado de esta casa editora fue también golpeado en las costillas y la cara, produciéndole una herida cortante en el labio, además golpes en diferentes partes del cuerpo.

Finalmente, los militares cesaron el castigo, no sin antes despojar de cuatro  celulares y dos identificaciones a sus víctimas, a las que obligaron a abordar el vehículo oficial de esta empresa para que se retiraran del lugar.

Los lesionados después del incidente se dirigieron a las instalaciones del 76 Batallón de Infantería para solicitar una explicación al hecho, en donde les aseguraron que en esa unidad militar no tenían ningún elemento fuera de las instalaciones.

Sin embargo, después de denunciar lo que había ocurrido, ninguna unidad castrense salió a investigar; mientras que en Seguridad Pública no tienen reporte del evento. Ninguna autoridad reporta haber visto nada del despliegue armado en el centro de la ciudad, sólo los vecinos y los lesionados.