‘Un frente muy discutible’

¿Cuándo y por qué cambiaron su punto de vista los perredistas?

Por Octavio Rodríguez Araujo

El Frente Amplio Democrático (FAD) se convirtió de golpe en Frente Ciudadano por México (FCM), según fue presentado en el Instituto Nacional Electoral (INE) el 5 de septiembre por el PRD, el PAN y MC. De hecho lo que se formalizó en el INE fue una intención, la de conformarlo con miras a la elección de 2018. Se supone que será validado por la instancia electoral a fin de año, cuando sean los tiempos de registrar las coaliciones electorales. Sin embargo, Alejandra Barrales dijo que en realidad se trataba de un frente político, no electoral: “no es un frente para ganar una elección –dijo– sino para construir un gobierno de coalición” (El Universal, 5/9/17). Dante Delgado, de MC, añadió que es un frente ciudadano, antirégimen, un frente antiPRI. ¿Y por qué dejaron fuera al PAN del régimen prevaleciente si fue tan presidencialista y proneoliberal como el PRI? Vale recordar también que durante el gobierno de Calderón el entonces denominado Frente Amplio Progresista (FAP), formado por el PRD, MC (antes Convergencia) y el Partido del Trabajo, fue creado, y así se dijo, para enfrentar al régimen de la derecha, representado tanto por el Partido Acción Nacional como por el Partido Revolucionario Institucional. ¿Cuándo y por qué cambiaron su punto de vista los perredistas?

Una vez más, como ya lo he destacado en anteriores entregas, se ha señalado que el cambio de régimen político será por otro que no sea presidencialista, pasando por alto el mandato constitucional que hace descansar el Poder Ejecutivo en un presidente de la República, es decir, en un cargo de representación unipersonal que bien puede optar, o no, por formar un gobierno de coalición a partir de que tome posesión el primero de diciembre de 2018.

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Los artífices de dicho frente han advertido que han dejado de lado (o fuera de las negociaciones) sus diferencias para sólo hacer propias las propuestas que los unen. ¿Entre éstas habrán considerado la lucha contra el neoliberalismo que sobre todo el PAN (además del PRI) ha suscrito desde los tiempos de Salinas de Gortari? ¿El PRD dejó de ser un partido antineoliberal como lo fue desde su inicio? Si es así, salta a la vista que los partidos del nuevo frente eluden un compromiso que sería y es fundamental para cambiar el rumbo del país, rumbo determinado por políticas neoliberales hasta ahora dominantes. ¿Serán conscientes de que al no declararse antineoliberales le dejan la cancha libre al único partido explícitamente contrario al neoliberalismo, Morena?

Con dicha formalización del FCM el PAN de Ricardo Anaya le acaba de dar un albazo a Margarita Zavala o, en el mejor de los casos, su fracción ha tratado de neutralizarla. Debería de ser evidente que, aunque sea por lealtad matrimonial, la señora Zavala de Calderón no puede estar de acuerdo con formar parte de un frente antiPRI, pues sin el apoyo del ahora partido gobernante su marido no hubiera ganado (si es que ganó) en 2006. El nuevo frente buscará un candidato negociado y, según se especula, sería un ciudadano no comprometido con un partido. ¿Quién? Está en albanés o en chino, porque por ejemplo Juan Ramón de la Fuente ya dijo que no participaría en un frente antiPRI y que dicho frente, en su opinión, no debería de ser anti sino pro. ¿Mancera? No ganaría ni siquiera en la ahora mal llamada Ciudad de México. ¿Woldenberg? No creo que se preste a estas jugarretas de baja calidad. ¿Meade? Ya lo tiene el PRI en su nómina. Y menciono personas, porque sin un candidato fuerte y popular el FCM está destinado a perder ya que los tres partidos firmantes están en crisis, especialmente el PAN y el PRD; MC con dificultades estaría en crisis pues nunca ha estado en auge ni es estable.

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Espero haber dejado claro, en mi artículo del domingo en estas páginas, que el PRI apoyaría al PAN bajo dos condiciones principales: que la candidata panista sea la esposa de Felipe Calderón y que el antes denominado Frente Amplio Democrático (ahora FCM) se concrete con una fracción del partido blanquiazul y no con su totalidad o que, de plano, no pueda llevarse a cabo. ¿Por qué apoyaría el PRI al PAN con Zavala como abanderada? Porque, como todos sabemos, el tricolor está en el peor momento de su historia, sólo comparable con el periodo en que lo dirigió Roberto Madrazo quien también, por cierto, quiso ser candidato para perder de fea manera. Lo que interesa al sector calderonizado del PAN y al PRI y sus apoyos oligárquicos, es la continuidad del neoliberalismo a como dé lugar, pues saben que si sigue creciendo la simpatía por López Obrador el rumbo del país será otro o, por lo menos, con menos garantías para aquellos que deseen seguir lucrando con el poder que han disfrutado por tres décadas en medio del lodazal de la corrupción inocultable.

rodriguezaraujo.unam.mx