En el Océano Pacífico habrá 8 huracanes, y 5 o 6 en el Golfo de México y Mar Caribe, pronosticó el Centro de Ciencias de la Atmósfera (CCA) de la UNAM.
Regeneración, 16 mayo 2017.- Para este año se pronostican alrededor de 14 huracanes en México, 8 en el Océano Pacífico, y 5 o 6 en el Golfo de México y Mar Caribe, informó el Centro de Ciencias de la Atmósfera (CCA) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
De acuerdo con Rosario Romero Centeno, investigadora del CCA, la temporada de huracanes en México inició ayer en el Pacífico. El 2 de junio le tocará al Golfo y Mar Caribe, y concluirán el 30 de noviembre. “Esto no significa que no puedan ocurrir fuera de estas fechas, simplemente es menos probable”, precisó.
Los pronósticos de la temporada de huracanes se basan en los registros históricos de estos fenómenos, es decir, las fechas en que ocurren con mayor frecuencia, explicó la universitaria.
En el Golfo de México y Mar Caribe el promedio marca alrededor de 11 o 12 tormentas con nombre, de las cuales entre 5 y 6 llegarán a categoría de huracán, y alrededor de dos serán de categoría mayor: tres, cuatro o cinco.
Mientras tanto, en el Pacífico el promedio marca alrededor de 15 o 16 tormentas con nombre, de las cuales aproximadamente ocho alcanzarán categoría de huracán, y en promedio tres serán huracanes de categoría mayor, agregó en un comunicado.
Romero Centeno aclaró que éstas son proyecciones para la temporada, hechas a partir del análisis de las condiciones actuales, que pueden ser semejantes a las de años anteriores. “Pero la variación de un año a otro es muy grande y siempre tenemos que estar pendientes por si ocurre una temporada menos o más activa de lo que se pronostica”.
Para estudiar huracanes, en el CCA se analizan los registros históricos, reiteró la universitaria. “Son estudios estadísticos para saber el tipo de trayectorias que han seguido, de qué manera han afectado a distintos estados de la República, su intensidad y los daños que han producido”.
También son analizados mediante modelos de pronósticos del tiempo, que orientan a los científicos sobre cómo evolucionará la atmósfera; esos pronósticos revelan con cierta incertidumbre la probabilidad de que se forme un sistema de éstos, y se le puede dar el seguimiento adecuado. La información se completa con las observaciones de los satélites, explicó.
La de huracanes es una buena época para medir las metodologías que se utilizan. “Ahora dependemos mucho de los modelos numéricos para los pronósticos de corto plazo y las observaciones que se hacen con satélite o con mediciones in situ, que sirven mucho para calibrar los modelos y que cada vez sean mejores”, finalizó.
Con información de CCA de la UNAM