Las comisiones estatales de derechos humanos pueden ser piezas clave para ofrecer una vía de acceso a la justicia
La violencia obstétrica es la violencia física o psicológica de la que es objeto una persona durante su embarazo y parto a manos de quienes tienen a su cargo proveer los servicios de salud.
Entre enero de 2014 y junio de 2015, 266 mujeres que sufrieron violencia obstétrica interpusieron una queja en las secretarías de salud estatales, según lo documentó el Grupo de Información en Reproducción Elegida (GIRE) en su informe Violencia obstétrica. Un enfoque de derechos humanos.
De los 266 casos, 130 ocurrieron en Guerrero, 54 en Morelos, 18 en el Distrito Federal, 14 en el Estado de México y 14 en Veracruz.
El estudio analiza los abusos cometidos por el personal de salud en clínicas, centros de salud y hospitales hacia las mujeres que acuden a dar a luz, y la inacción del Estado mexicano para lograr una rendición de cuentas y frenar la impunidad.
Un ejemplo de violencia obstétrica es el caso de una mujer indígena de Oaxaca que dio a luz en un jardín, debido a que los médicos no la recibieron en el hospital pese a que ya había iniciado el trabajo de parto.
Las mujeres que han sido víctimas de este tipo de violencia, también han acudido a las comisiones estatales de derechos humanos. Según los investigadores, éstos órganos pueden ser piezas clave para ofrecer una vía de acceso a la justicia a través de recomendaciones con perspectiva de derechos humanos y que demanden la implementación de garantías de no repetición.
Sólo en Chiapas, Guerrero y Veracruz, la violencia obstétrica está tipificada como delito.
(Con información de Animal Político)