Los restos de personas torturadas y asesinadas por Los Setas en el Cereso de Piedras Negras entre 2008 y 2011, fueron hallados en el río San Rodrigo y desembocadura en el río Bravo.
Regeneración 08 de mayo de 2016.- La Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) halló restos humanos de personas que habrían sido torturadas y asesinadas por Los Zetas en el Centro de Reinserción Social (Cereso) de Piedras Negras.
En enero de 2016, se dio a conocer que al menos 150 personas fueron asesinas en el Cereso entre 2008 y 2011 por la célula criminal quienes después de asesinar a estas personas.
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Sin embargo fue desde enero del 2014, durante un operativo de búsqueda de desaparecidos en municipios de la zona fronteriza del estado, agentes de la subprocuraduría «hallaron evidencias» de que el Cereso de Piedras Negras sirvió como casa de seguridad de Los Zetas.
Pero en un nuevo descubrimiento siniestro se supo que las personas asesinadas en el centro penitenciario fueron incineradas y aventadas en el río San Rodrigo.
«Por órdenes de Ramón Burciaga Magallanes en este centro penitenciario se privó de la vida a varias personas e incineraron sus cuerpos. Las cenizas fueron trasladadas y vertidas en el Río San Rodrigo a la altura del ejido El Moral, ubicado en la carretera Piedas Negras-Ciudad Acuña», dijo José Ángel Herrera, agente del Ministerio Público.
Derivado de la investigaci{on, se giraron órdenes de atención en contra de David Alejandro Loreto Mejorado, Francisco Javier Vélez, Santiago Peralta García, Ramón Burciaga Magallanes y Manuel Elguezabal Hernández por los delitos de desaparición forzada, entre diciembre de 2009 a enero de 2012. Todos se encuentran presos en ese reclusorio por secuestro, homicidio, portación de armas de fuego de uso exclusivo del Ejército y tráfico de drogas.
Indicó que las órdenes de aprehensión tienen como finalidad llegar a la verdad de lo ocurrido en el Cereso de Piedras Negras por la desaparición de siete personas que fueron privadas de la vida.
Policías, peritos y agentes del Ministerio Público hicieron con los reos la reconstrucción de hechos para conocer la forma y sitios exactos en que Los Zetas torturaban a sus víctimas, los ejecutaban y los desintegraban en tanques de acero.
«Se recolectó diversa evidencia que se envió a la Policía Federal División Científica para su análisis y una vez realizado el dictamen se concluyó que la evidencia recolectada correspondía a fragmentos óseos que por su grado de calcinación no se pudo determinar su origen», dijo el funcionario.
Vía La Jornada.