En el mundo no hay lugar para los débiles: Jósé Mujica

En el mundo que viene no hay lugar para los débiles, y los que son débiles tienen que juntarse entre sí, para ser fuertes y tener peso en el mundo que nos toca vivir

El presidente de Uruguay, José Mujica, concedió una entrevista en exclusiva a RT durante la cumbre de la Celac en La Habana. (entrevista completa) 

 

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El presidente uruguayo, José Mujica, concedió una entrevista en exclusiva a RT en la que abordó asuntos neurálgicos como la legalización de las drogas, el proceso de paz en Colombia y la necesidad de integración en América Latina.

Mujica abrió la entrevista haciendo referencia a la actual situación de inequidad que existe en Sudamérica, afirmando que «seguimos siendo el continente más injusto que hay sobre la Tierra, hay una desigualdad enorme».

Según el mandatario, además de los problemas de desarrollo, existen problemas asociados a la «mala distribución del ingreso en las capas de nuestra sociedad». «Naturalmente, nos damos cuenta de que la lucha contra la pobreza, contra la indigencia, es uno de los cometidos más importantes de esta etapa y, bueno, lo tenemos que señalar», aseguró.

Otro hecho que impide la total integración y frena el desarrollo radica en que, históricamente, «cada capital importante, cada puerto importante miraba hacia Europa y hacia el resto del mundo».

Sin embargo, Mujica dijo que hay algo básico en lo que coinciden los pueblos miembros de la Celac. «Ahora hemos llegado a una etapa en la que nos hemos dado cuenta de que tenemos que mirarnos a nosotros mismos. Los latinoamericanos pensamos en una lengua en común, tenemos un patrimonio religioso común. En la base de nuestra sociedad, a pesar de las diferencias, tenemos mucha más identidad que la que existe en muchísimos macroestados».

«En el mundo que viene no hay lugar para los débiles, y los que son débiles tienen que juntarse entre sí, para ser fuertes y tener peso en el mundo que nos toca vivir».

Al referirse a las críticas en contra de la Alianza del Pacífico, organización a la cual Uruguay quiere pertenecer, Mujica recalcó que su país es observador en dicho organismo. «Nosotros somos observadores en la Alianza del Pacífico. También somos observadores en el ALBA, aunque somos miembro pleno en el Mercosur. Donde se hable de fenómenos de integración de América Latina, nosotros siempre vamos a estar. Es posible que la Alianza del Pacífico algunos la puedan ver como un instrumento de la política de Estados Unidos. Si no estamos, va a ser más instrumento».

Las negociaciones de paz entre el Gobierno de Colombia y las FARC también fueron tema central. Al preguntarle sobre cuál podría ser su función en estas negociaciones, Mujica respondió con vehemencia y prudencia.

«Yo lo único que puedo hacer es aplaudir. Me parece que los caminos de paz hay que ayudarlos siempre, como principio, en cualquier parte de la tierra. Pero acá en América Latina, mucho más. Por supuesto, es una decisión de los colombianos. Será el Gobierno y las FARC los que tendrán que decidir -en definitiva- lo que hacen».

Además aseguró que este proceso es algo «saludable» porque siendo un conflicto de Colombia es una «amenaza de continuar como conflicto para toda América Latina».

El presidente habló también de la legalización de las drogas, aclarando que «nosotros no tenemos ninguna receta mágica, lo que constatamos es que la represión sola no resuelve este problema y lo que tratamos de experimentar es un camino que procure robarle el mercado al narcotráfico», señaló.

El mandatario advirtió que hay que olvidarse de la idea de que va a haber un turismo atraído por el fácil acceso a las drogas, de que «vas a ir a Uruguay y vas a comprar en un café marihuana, no, no es así, no somos tan ingenuos», enfatizó Mujica. «No es bueno el consumo de drogas, no hay que defender el consumo de drogas. La drogadicción es un castigo», agregó.